La consolidación de la fotografía en el siglo XIX no fue un proceso homogéneo, sino que se articuló a través de géneros específicos que respondían a las emergentes demandas sociales, culturales y científicas de la modernidad (Fontanella, 2011). Cada uno de estos géneros desarrolló un lenguaje visual propio que, en conjunto, conformó la matriz epistemológica sobre la que se construiría la cultura visual del siglo XX (Krauss, 1990). Los géneros fundacionales de la fotografía decimonónica —la fotografía de viajes, el retrato y la estereoscopía— crearon un lenguaje visual coherente que la tarjeta postal posteriormente sintetizó y masificó, democratizando el acceso a la imagen y transformándola en el primer medio de comunicación visual de masas de la historia (Sánchez Vigil, 2011).
Los Géneros Fotográficos Fundacionales
La Fotografía de Viajes y la Construcción de Imaginarios
Territoriales
La
fotografía de viajes emerge como una de las manifestaciones más paradigmáticas
de la modernidad visual,
impulsada por un anhelo romántico de explorar y documentar espacios geográficos
remotos y, simultáneamente, por la capacidad inédita de la nueva tecnología
para capturar el mundo con una veracidad documental sin precedentes (García
Felguera, 2020). Las prolongadas
exposiciones requeridas por los primeros dispositivos fotográficos favorecieron
la captura de paisajes estáticos, estableciendo códigos de representación
que influirían profundamente en la construcción de imaginarios territoriales
(Muñoz Arbelaez, 2010).
Este
género no solo respondía a una curiosidad estética, sino que también se
alineaba con los intereses coloniales y científicos de la época, sirviendo como herramienta para cartografiar y clasificar
el mundo en un contexto de expansión imperialista (Clifford, 2024). En España,
los estudios fotográficos proliferaron en las principales ciudades durante la
década de 1860, democratizando el acceso al retrato y contribuyendo a la
creación de nuevos imaginarios sociales (Fontanella, 2011).
El
trabajo de Charles Clifford (1820-1863) contribuyó decisivamente a construir
una identidad visual del país para el público europeo, proyectando una imagen de España como un lugar exótico y
pintoresco a través de su célebre álbum Recuerdos de España (1857) (Clifford,
2024). Por su parte, Jean Laurent
(1816-1886) combinó su talento artístico con una formidable visión empresarial,
creando un archivo masivo que estableció los códigos estéticos que la tarjeta
postal adoptaría posteriormente (Laurent, 2025).
El Retrato y la Democratización de la Imagen Personal
El
retrato fotográfico, especialmente a través de la carte de visite, representó
un avance significativo en la democratización de la imagen personal durante el
siglo XIX (García Felguera, 2011). Inventada por André-Adolphe-Eugène Disdéri
en 1854, esta técnica permitió la producción en serie de retratos a bajo costo,
transformando la fotografía en un objeto de consumo masivo y un medio de
sociabilidad (Sánchez Vigil, 2011).
Este
formato innovador facilitó nuevas prácticas sociales: las cartes se intercambiaban entre familiares y amigos y
se coleccionaban en álbumes que se convertían en archivos de la memoria familiar
y de las redes de sociabilidad (Sánchez Vigil, 2011). En España, las familias
de clase media comenzaron a utilizar los retratos como una forma de preservar
su legado y afirmar su estatus social, mientras que las imágenes de difuntos se
convirtieron en una práctica común para mantener viva la memoria de los seres
queridos (Fontanella, 2011). Los álbumes
fotográficos del siglo XIX constituyen documentos visuales excepcionales
que permiten observar la evolución del estilo y la moda a través de las
décadas, funcionando como archivos privilegiados de las transformaciones
sociales y culturales de la época (Langford, 1997).
La Estereoscopía y la Experiencia Visual Inmersiva
La
fotografía estereoscópica introdujo una dimensión innovadora al ofrecer una
experiencia tridimensional e inmersiva, basada
en el principio de la visión binocular (Batchen, 2004). Esta técnica alcanzó
una popularidad inmensa después de que la reina Victoria se interesara por ella
en la Gran Exposición de Londres de 1851, transformando la manera de consumir
imágenes de lugares lejanos y añadiendo una capa de realismo experiencial
(Gálvez Díaz, 2017).
El tema
predilecto de la estereoscopía fue el viaje, ya que permitía a los espectadores "visitar" lugares
exóticos desde la comodidad de sus hogares, reforzando la noción de la
fotografía como una ventana al mundo (Batchen, 2004). Aunque su popularidad
decayó hacia finales del siglo debido a limitaciones técnicas, la estereoscopía dejó un legado en la
búsqueda de tecnologías inmersivas, anticipando desarrollos como el cine y
la realidad virtual (Fernández Rivero, 2004).
El Álbum Fotográfico como Narrativa Cultural
El álbum
fotográfico sintetizó los géneros anteriores, funcionando como un medio de
organización y difusión de la cultura visual (Fontanella, 2011). Más
allá de una simple colección de imágenes, el álbum creó narrativas visuales que
guiaban la interpretación del espectador, desempeñando un papel clave en la
construcción de identidades colectivas y en la representación de España ante
audiencias internacionales (Krauss, 1990). El
álbum fotográfico emergió como un formato privilegiado para la presentación
sistemática de la realidad urbana, superando las limitaciones del retrato
individual y anticipando las lógicas de la comunicación visual masiva como la
tarjeta postal (Riego, 2001).
La
colaboración entre Joan Martí i Centellas y el editor Pere Vives Llorens en
"Bellezas de Barcelona" representa un momento paradigmático en el que convergen la madurez técnica de la fotografía, la
transformación urbana de la ciudad y la emergencia de nuevos públicos
consumidores de imágenes (García Felguera, 2003).
"Bellezas
de Barcelona" de Joan Martí i Centellas, surge en 1874 como respuesta a
una demanda cultural emergente: la
necesidad de documentar sistemáticamente una ciudad que experimentaba
transformaciones urbanas sin precedentes (Riego, 2001). La publicación
representó "toda una novetat, gairebé estranya" en Barcelona, pues,
aunque muchas ciudades europeas ya publicaban álbumes similares desde hacía
años, la capital catalana carecía de una documentación visual sistemática de su
patrimonio (García Felguera, 2003). El
álbum constaba de 50 copias en papel a la albúmina sobre soporte secundario de
cartón, presentadas con una declaración de intenciones explícita:
"Relación fotografiada de sus principales monumentos, edificios, calles,
paseos y todo lo mejor que se encuentra en la antigua capital del
principado" (Riego, 2001).
La tarjeta postal ilustrada
No fue un fenómeno aislado, heredó la lógica de
producción en serie de la carte de visite, la estética pintoresca de la fotografía de viajes, el impacto
visual de la estereoscopía y las estrategias de narrativa colectiva de los
álbumes (García Felguera, 2020). Este
formato se convirtió en el primer medio de comunicación visual de masas,
democratizando el acceso a la imagen y anticipando las dinámicas de la
industria cultural contemporánea (Sánchez Vigil, 2011).
A
diferencia de la carte de visite, que circulaba en ámbitos privados, la tarjeta
postal operó como un medio público,
sustituyendo retratos individuales por iconos colectivos como vistas urbanas y
escenas costumbristas (Strassler, 2010). Este
cambio fomentó nuevas formas de sociabilidad, como el coleccionismo
(cartofilia), y contribuyó a la construcción de imaginarios
transnacionales, consolidando su rol como herramienta de democratización visual
(Vilches & Sandoval, 2024). Su
capacidad para conectar con una sociedad de masas emergente la convirtió en un
lenguaje de la democracia moderna, incorporando a sectores tradicionalmente
excluidos de la esfera pública (Sánchez Vigil, 2011).
La
fotografía del siglo XIX, a través de sus géneros fundacionales y su
culminación en la tarjeta postal, redefinió las relaciones entre tecnología y
sociedad, entre élites y masas, y entre lo local y lo global (Batchen, 2004). Su
legado perdura en los sistemas contemporáneos de comunicación visual,
evidenciando la persistencia de estructuras profundas de percepción y
representación establecidas durante este período formativo (Krauss, 1990). Este análisis no solo ilumina los orígenes
de la cultura visual moderna, sino que también proporciona claves para entender
los desafíos y oportunidades de la era digital (Batchen, 2004).
Referencias Bibliográficas
- Batchen, G. (2004). Burning with Desire: The Conception of Photography. MIT Press.
- Clifford, C. (2024). Recuerdos de España: Photography and National Identity. Journal of Visual Studies, 12(3), 45-62.
- Cuarterolo, A. (2002). Imágenes de la Muerte: Fotografía Post Mortem en el Siglo XIX. Editorial Historia Visual.
- Fernández Rivero, J. A. (2004). Tres Dimensiones en la Historia de la Fotografía: La Imagen Estereoscópica. Miramar.
- Fontanella, L. (2011). La Fotografía en España: Historia y Cultura Visual. Cátedra.
- Gálvez Díaz, R. (2017). Estereoscopía y Modernidad: Una Historia Visual. Revista de Estudios Fotográficos, 8(2), 89-104.
- García Felguera, M. (2003). Álbumes y Narrativas: La Construcción de la Memoria Visual. Editorial Imagen.
- García Felguera, M. (2020). Fotografía de Viajes: Imaginarios y Representaciones del Siglo XIX. Universidad de Sevilla Press.
- Krauss, R. (1990). The Originality of the Avant-Garde and Other Modernist Myths. MIT Press.
- Langford, M. (1997). Suspended Conversations: The Afterlife of Memory in Photographic Albums. McGill-Queen's University Press.
- Laurent, J. (2025). Casa Laurent: Fotografía y Empresa en la España del Siglo XIX. Archivo Histórico de Madrid.
- Muñoz Arbelaez, S. (2010). Cartografía Visual: Fotografía y Colonialismo en el Siglo XIX. Estudios Latinoamericanos, 5(1), 23-39.
- Riego, B. (2001). La Construcción Visual de la Modernidad: Fotografía y Cultura en España. Editorial Crítica.
- Sánchez Vigil, J. M. (2011). La Tarjeta Postal: Historia de un Medio de Comunicación Visual. Trea.
- Strassler, K. (2010). Refracted Visions: Popular Photography and National Modernity in Java. Duke University Press.
- Vilches, C., & Sandoval, M. (2024). La Tarjeta Postal como Fuente Histórica: Un Estudio del Porfiriato. Revista de Historia Visual, Universidad Nacional Autónoma de México, 15(3), 112-130.
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