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3/7/25

Tarjetas Postales Ilustradas fuente Histórica.

La Fotografía como Fuente Histórica y las Tarjetas Postales Ilustradas:
Una Aproximación Metodológica Integral a los Documentos Visuales
Introducción: Hacia una Democratización de la Imagen en el Contexto Historiográfico

La fotografía ha experimentado una transformación radical en las últimas décadas, evolucionando desde un proceso técnico complejo y costoso hacia una práctica cotidiana facilitada por la popularización de la tecnología digital. Sin embargo, esta democratización técnica no ha disminuido su valor como documento histórico y testimonio visual porque desde el principio estableció un doble camino paralelo: el puramente artístico y el documentalista, naciendo para testimoniar acontecimientos determinados y precisamente las tarjetas postales se insertaron principalmente en esta segunda vertiente, funcionando como documentos históricos de primer orden que cubrieron un espectro temporal de casi siglo y medio (Guereña, 2005) y son uno de sus más significativos vehículos de difusión masiva y democratización social. 

Estas pequeñas cápsulas del tiempo, surgidas a partir de 1869 con la primera postal del imperio Austro-Húngaro, constituyen el primer fenómeno masivo de democratización de la imagen desde la aparición de la daguerrotipia en 1839 (Fontanella, 1981; Olivera-Zaldua et al., 2024). Este fenómeno transformó radicalmente la comunicación visual, haciendo accesible la imagen fotográfica a todas las capas sociales y constituyendo lo que diversos autores denominan textos visuales de extraordinario valor histórico (Riego, 2001; Staley, 2009).

La convergencia entre fotografía y postal ilustrada representa un momento crucial en la evolución de los documentos visuales como fuentes históricas. Como señala Aróstegui (2001), la ampliación de la temática susceptible de ser historiada conllevó un debilitamiento de la concepción omnipotente en torno a las fuentes textuales, permitiendo la incorporación de nuevos tipos de documentación donde la imagen fotográfica ocupa un lugar privilegiado (Ponsoda & Blanes, 2020). Las postales ilustradas materializan esta transformación metodológica, constituyendo un corpus documental que trasciende la mera ilustración para convertirse en fuente primaria de conocimiento histórico.

La Revolución Visual: Génesis y Transformación de la Modernidad Líquida

El surgimiento de las postales ilustradas no constituye un acontecimiento aislado, sino la culminación de una serie de transformaciones técnicas, sociales y culturales que definen lo que Bauman (2003) conceptualiza como modernidad líquida. Si bien las primeras tarjetas postales oficiales, aparecidas en Austria en 1869 y adoptadas en España en 1873, funcionaban como meros vehículos funcionales con franqueo impreso, la verdadera metamorfosis llegó con la democratización de la imagen mediante avances revolucionarios en las técnicas de impresión fotomecánica (Riego, 2010; Vázquez, 2012).

La adopción internacional del reverso dividido alrededor de 1906 maximizó el impacto visual de las postales, consagrando su valor estético y documental. Esta transformación técnica se enmarca en un contexto más amplio de reproductibilidad técnica que Benjamin (2003) identificó como fundamental para comprender la pérdida del "aura" en la obra de arte. Las postales ilustradas ejemplifican perfectamente este proceso: cada imagen reproducida mecánicamente perdía su singularidad original pero ganaba en capacidad de circulación y construcción de memoria colectiva (Barthes, 1981; Halbwachs, 1950).

La democratización fotográfica del siglo XIX, impulsada por la Revolución Industrial, transformó radicalmente la representación visual. Como señala Flusser (1983), la fotografía no es meramente una técnica neutral, sino que incorpora los conceptos científicos y las ideologías de su época en sus propios mecanismos de producción. Las postales funcionaron como "arquitecturas para la imagen" (Díaz Barrado, 1996), estructuras que permitían conectar, relacionar e interpretar las imágenes fotográficas sin verse desbordado por su abundancia.

Regímenes de Historicidad y Construcción de Realidades Visuales

Las postales ilustradas operan bajo diferentes regímenes de historicidad que Hartog (2007) identifica como marcos temporales que articulan las relaciones entre pasado, presente y futuro. En el contexto de las postales, estos regímenes se manifiestan en: el régimen premoderno (ruinas clásicas y alegorías, donde el pasado dictaba el presente), el régimen moderno (fábricas y bulevares, celebrando el progreso como escalón hacia el futuro), y el régimen posmoderno (nostalgia retro, donde las viejas postales se fetichizan como reliquias de un "pasado mejor").

La fotografía postal funcionó como motor de democratización al capturar un espectro temático casi infinito: vistas urbanas y monumentales que construían la identidad visual de las ciudades; paisajes rurales que ofrecían una visión pintoresca del territorio; tipos y costumbres populares que transmitían visiones a menudo estereotipadas de la identidad local y nacional; reproducciones de obras de arte que contribuían a la divulgación cultural; y acontecimientos sociales que documentaban la transformación histórica (Guereña, 2005).

Sesgos Ideológicos y Construcción de Identidades Nacionales

Sin embargo, esta ventana al pasado no siempre es transparente. Las imágenes postales, seleccionadas y frecuentemente manipuladas por los editores, reflejan intereses comerciales e ideológicos específicos, mostrando ciertos aspectos de la realidad mientras ocultan otros. Este sesgo interpretativo constituye un valioso objeto de estudio que revela cómo una sociedad deseaba representarse y ser percibida (Burke, 2005; Kossoy, 2001).

Como advierte Freund (1976), toda imagen es una interpretación. Las postales no solo documentan la historia, sino que la construyen activamente, un proceso afín a la "invención de la tradición" que Hobsbawm (1983) identifica como fundamental en la construcción de identidades nacionales. La repetición sistemática de motivos en las postales contribuyó a forjar identidades locales y nacionales mediante la creación de lo que Anderson (1983) denomina "comunidades imaginadas".

En el contexto colonial, las postales fueron cruciales en la construcción del "otro", perpetuando estereotipos raciales que justificaban la dominación y exotizaban a las poblaciones sometidas. Como señala Said (1978) en su análisis del orientalismo, cada postal colonial constituía un acto de epistemicidio, naturalizando jerarquías raciales al representar territorios como tierras de exotismo atemporal. Este "régimen escópico" (Jay, 1988) convertía la postal en un instrumento de soft power que legitimaba la dominación imperial.

Metodología Integral para el Análisis de Documentos Visuales

Para superar las limitaciones de la fotohistoria tradicional, es necesario desarrollar una metodología integral que trascienda las relaciones de subsidiariedad entre texto e imagen. Como propone García de León (1999), las relaciones entre fotografía y palabra deben pasar de términos de subsidiariedad a complementariedad, ya que estas interrelaciones posibilitan contextualizar adecuadamente la imagen fotográfica a través de la palabra.

Las postales ilustradas enfrentan el mismo problema metodológico identificado para la fotografía: la tendencia a utilizarlas como mera ilustración en lugar de como fuente documental prioritaria. La metodología propuesta para trabajar con fotografías históricas es perfectamente aplicable a las postales ilustradas, requiriendo herramientas teóricas específicas para la decodificación visual que trascienden las competencias tradicionales centradas exclusivamente en fuentes textuales.

Funciones Documentales y Patrimonio Visual

Las postales ilustradas se manifestaron en diversas categorías que abarcaron vistas fotográficas, colecciones de tipos del país, escenas típicas y representaciones de acontecimientos específicos. Esta diversidad temática las convierte en una fuente documental de extraordinaria riqueza para el análisis histórico, funcionando como "cederrones de la memoria colectiva" que preservan fragmentos del pasado visual.

Su función como documento social se manifiesta en la capacidad para transmitir, conservar y visualizar las actividades políticas, sociales, científicas y culturales de la humanidad. Como señala del Valle (1999), la fotografía "juega un importante papel en la transmisión, conservación y visualización de las actividades políticas, sociales, científicas o culturales de la humanidad, de tal manera que se erige en verdadero documento social".

Resistencias Académicas y Nuevas Competencias Profesionales

El desarrollo limitado de la investigación con fuentes visuales se explica, en parte, por la tradicional configuración de los planes académicos universitarios. Como señala Gaskell (1999), aunque el material de fuentes utilizado por los historiadores es de muchos tipos, su preparación les lleva a sentirse mucho más cómodos con los documentos escritos, estando mal adaptados para tratar el material visual.

La formación universitaria tradicional ha relegado el estudio de la fotografía como documento a campos específicos como Ciencias de la Información, Bellas Artes o Historia del Arte, desatendiendo su integración en los planes de estudios de Historia. Esto conlleva la poca familiaridad, cuando no absoluta ignorancia, de la fotografía como fuente histórica, ya que se desconoce la metodología para trabajar con estas fuentes del conocimiento.

Permanencia en la Era Digital y Nuevas Posibilidades

En la actualidad, las postales persisten no como meras reliquias, sino como actos de resistencia frente a la fugacidad digital. Su materialidad —el tacto del cartón, la caligrafía, el sello— cobra nueva importancia. Como escribe Sontag (2006), "coleccionar postales es coleccionar el mundo". En contraste con la instantaneidad electrónica, el acto de escribir y enviar una postal implica una conexión más pausada y reflexiva.

Como señala Aróstegui (2001), "en el futuro, la historiografía tendrá que hacer necesariamente un uso masivo de estos tipos de fuentes [visuales]". La integración de materiales digitalizados mediante la informática abre nuevas posibilidades para el trabajo con fuentes visuales, aunque es necesario desarrollar una formación específica que permita a los historiadores trabajar con competencia con este tipo de documentación.

Hacia una Historia Visual Integrada: Perspectivas Metodológicas

La postal ilustrada permite desarrollar una metodología que supere las relaciones de subsidiariedad tradicionales y contribuya a la construcción de arquitecturas para la imagen que permitan conectar, relacionar e interpretar las imágenes fotográficas. El desarrollo de esta metodología integral requiere colaboración interdisciplinaria entre historiadores, archiveros, especialistas en imagen y tecnólogos digitales.

Para definir con claridad las relaciones entre Historia y fotografía, es necesario distinguir los conceptos de historia ilustrada e historia gráfica (Pérez Monfort, 1998). En la primera, la fotografía ilustra y acompaña visualmente al texto. En la segunda, la fotografía se convierte en elemento principal o complementario, generador de información, construyendo el discurso histórico a partir de las imágenes fotográficas.

Conclusiones: La Integración Metodológica como Desafío del Siglo XXI

Las tarjetas postales ilustradas representan la materialización práctica de los conceptos teóricos desarrollados sobre la fotografía como fuente histórica. Constituyen un ejemplo paradigmático de cómo la democratización de la imagen puede contribuir al enriquecimiento de las Humanidades y Ciencias Sociales mediante nuevas aportaciones metodológicas.

La integración de las postales ilustradas en la práctica historiográfica representa un paso fundamental hacia la construcción de una historia visual integrada que supere las limitaciones de la historia tradicional basada exclusivamente en fuentes textuales. Este proceso de integración metodológica constituye uno de los desafíos más importantes para la historiografía contemporánea.

Las postales ilustradas, como documentos históricos de primer orden, ofrecen un campo de investigación prácticamente inagotable. Su estudio sistemático puede contribuir significativamente al desarrollo de nuevas metodologías para el trabajo con fuentes visuales, estableciendo precedentes para el análisis de otros tipos de documentación iconográfica y consolidando su posición como testimonios esenciales de la memoria colectiva moderna.

En la "modernidad líquida" que describe Bauman (2003), donde el olvido acecha constantemente, las postales resisten como artefactos culturales que desafían la fugacidad. Su capacidad para condensar experiencias, emociones y narrativas visuales las convierte en conectores privilegiados entre lo personal y lo colectivo, entre el pasado documentado y el presente interpretativo, consolidando su valor como fuentes históricas insustituibles para la comprensión integral de los procesos de modernización y transformación social.

Construcción de Memoria Colectiva

Las tarjetas postales ilustradas representan la materialización práctica de los conceptos teóricos sobre la fotografía como fuente histórica³. Constituyen un ejemplo de cómo la democratización de la imagen contribuye al enriquecimiento de las Humanidades y Ciencias Sociales (Riego, 2001).

La fotografía participa activamente en la construcción de la memoria colectiva entendida como "el conjunto de representaciones, ideas y símbolos compartidos por un grupo social". Los archivos fotográficos funcionan como "custodios de decisiones, actuaciones y memorias que se transmiten de generación en generación", constituyendo el patrimonio visual de las comunidades.

La tarjeta postal como Patrimonio Esencial

La fotografía se ha consolidado como una fuente histórica insustituible que trasciende su función ilustrativa para convertirse en documento primario de conocimiento histórico. Su capacidad para preservar fragmentos de tiempo y espacio la convierte en un testimonio privilegiado de la experiencia humana.

Los vínculos entre la tarjeta postal y la memoria histórica se articulan a través de múltiples dimensiones que incluyen la preservación temporal, la construcción de memoria colectiva y la función testimonial. Estos vínculos determinan la importancia de las fotografías como patrimonio documental que merece ser conservado para las futuras generaciones.

La conservación del patrimonio fotográfico y de la tarjeta postal requiere el desarrollo de políticas integrales que combinen la preservación física, la digitalización y la gestión de metadatos. Estas políticas deben ser sostenibles económicamente y adaptarse a los cambios tecnológicos para garantizar la preservación a largo plazo.

En el contexto contemporáneo, donde la producción fotográfica ha alcanzado dimensiones masivas, la conservación selectiva basada en criterios metodológicos rigurosos resulta esencial para preservar los testimonios visuales más significativos de nuestra época. Las tarjetas postales, como "memoria visual de los siglos XIX, XX y XXI", constituye un patrimonio cultural fundamental que debe ser preservado como evidencia visual y testimonio histórico para las generaciones futuras.

La complementariedad entre texto e imagen emerge como principio fundamental, superando relaciones de subsidiariedad tradicionales y estableciendo arquitecturas metodológicas que permitan aprovechar las inmensas posibilidades informativas de las fuentes fotográficas como documentos históricos de primer orden.(Riego, 2001).

La Relevancia Histórica del Fenómeno

La tarjeta postal ilustrada constituye efectivamente uno de los fenómenos comunicativos más significativos del siglo XIX por múltiples razones convergentes:

  • Democratización Comunicativa: Representó la primera democratización masiva de la comunicación visual, haciendo accesible la imagen fotográfica a todas las capas sociales.
  • Revolución Tecnológica: Materializó la convergencia entre innovaciones en impresión, fotografía y sistemas postales, creando una nueva industria cultural.
  • Transformación Social: Acompañó y facilitó procesos fundamentales de modernización como la urbanización, el desarrollo ferroviario y la expansión turística.
  • Construcción Identitaria: Contribuyó a la construcción de identidades nacionales y a la creación de imaginarios colectivos sobre territorios y culturas.
  • Precedente Histórico: Estableció patrones de comunicación masiva que prefiguran el desarrollo de los medios de comunicación del siglo XX y marcan la transición desde formas tradicionales de comunicación epistolar hacia la modernidad comunicativa, donde la imagen se democratiza y se convierte en elemento central del intercambio social. La tarjeta postal ilustrada, en este contexto, no fue simplemente un medio de comunicación más, sino el catalizador de una transformación cultural que estableció las bases conceptuales y técnicas para el desarrollo posterior de la sociedad de la información.
  • La convergencia multifactorial que caracterizó su surgimiento - combinando innovaciones tecnológicas, transformaciones sociales, desarrollo de infraestructuras y demandas culturales específicas - ilustra perfectamente cómo los fenómenos comunicativos más exitosos emergen de la intersección sincrónica de múltiples factores históricos, confirmando así la relevancia del análisis propuesto y la justificación del tema de investigación.

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