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1/6/25

La evolución histórica y territorial de la Layetania,

La evolución histórica y territorial de la Layetania, especialmente en su sector interior y en la ciudad de Barcelona, constituye un ejemplo paradigmático de la transformación de un espacio indígena ibérico en una provincia plenamente integrada en la estructura del Imperio romano. La síntesis de los estudios recientes (Oller, Aguilar, Pozo Gutiérrez) permite comprender tanto la complejidad interna de la sociedad layetana como el impacto de la romanización sobre sus estructuras políticas, económicas y sociales (Oller; Pozo Gutiérrez).

La Layetania abarcó la franja central de la costa catalana y su hinterland interior, correspondiendo este último a la actual comarca del Vallès, un corredor natural fértil y estratégico entre las cordilleras Litoral y Prelitoral, que favoreció el asentamiento humano desde la Antigüedad (Oller). El territorio layetano se extendía desde el sur del río Llobregat hasta la Tordera, incluyendo la costa barcelonesa y el llano donde se asienta la actual ciudad de Barcelona (Pozo Gutiérrez).

Localización geográfica de Barcelona ciudad

Barcelona, capital de Cataluña, se sitúa en la costa noreste de la península ibérica, a orillas del mar Mediterráneo. La ciudad se asienta sobre una llanura —el llano de Barcelona— formada entre los deltas de los ríos Llobregat (al suroeste) y Besòs (al noreste), y está delimitada al noroeste por la sierra de Collserola, cuyo punto más alto es el Tibidabo (516 m). Esta sierra actúa como barrera natural, separando el llano de Barcelona de la Depresión Prelitoral Catalana (Wikipedia; Meet Barcelona; Viquipèdia).

El núcleo histórico de la ciudad se asienta sobre el monte Táber, un pequeño promontorio de 16,9 metros de altitud, en torno al cual se desarrolló la Barcino romana y posteriormente la Barcelona medieval. La montaña de Montjuïc (184,8 m) se eleva al suroeste, separando la ciudad del delta del Llobregat y constituyendo un punto estratégico desde época protohistórica. El relieve barcelonés está salpicado por otras colinas urbanas, como el Carmelo, Monterols, Putxet, la Rovira y el Turó de la Peira 

Barcelona cuenta con cerca de 5 kilómetros de playas, resultado de la acumulación de sedimentos y de la transformación de la línea de costa a lo largo de los siglos. La ciudad está organizada actualmente en 10 distritos y 73 barrios, con una población de 1,7 millones de habitantes en el municipio y más de 5 millones en su área metropolitana 

Su ubicación estratégica, entre mar y montaña, y la proximidad a los Pirineos y la frontera francesa, han propiciado históricamente su papel como nodo de comunicaciones y centro económico del noreste peninsular.
La investigación sobre la Layetania y Barcelona combina fuentes literarias clásicas (Estrabón, Plinio el Viejo, Ptolomeo), epigráficas, numismáticas y, fundamentalmente, arqueológicas, junto con herramientas como los Sistemas de Información Geográfica (SIG) para el análisis del territorio y la evolución del poblamiento (Oller; Pozo Gutiérrez). Se parte de trabajos pioneros como los de Àngels Aguilar y de la metodología desarrollada por O. Olesti e I. Arrayás, integrando hallazgos recientes y nuevas interpretaciones sobre la romanización y sus efectos.

El objetivo principal es comprender cómo la llegada de Roma transformó las estructuras indígenas, tanto en el plano político y económico como en el social y territorial, y cómo la interacción entre layetanos y romanos dio lugar a una nueva realidad en el noreste peninsular (Oller; Pozo Gutiérrez).
La Layetania en época ibérica (ss. IV–III a.C.)

Durante el Ibérico Pleno, la Layetania interior presentaba una sociedad jerarquizada y una organización territorial compleja, resultado de un proceso de concentración y jerarquización del poblamiento iniciado en la Edad del Hierro (Pozo Gutiérrez). La estructura territorial se articulaba en varios niveles:

  • Capitales o núcleos centrales, como Burriac y Montjuïc, en la costa, con funciones de control político y económico.
  • Núcleos de primer orden, como Ca n’Oliver (Cerdanyola) y la Torre Roja, con estructuras urbanas complejas y actividades de transformación (La Vanguardia).
  • Núcleos de segundo orden, como Turó del Vent o Puig Castellar, con funciones específicas de control territorial o residencia de élites subordinadas.
  • Hábitat rural disperso, formado por pequeños asentamientos agrícolas y granjas con silos, como Can Gambús o Can Vedell (Oller; Pozo Gutiérrez).
La economía layetana se basaba en la agricultura cerealista, la producción de vino —el vino layetano es citado por autores clásicos—, la ganadería y la artesanía (cerámica, textil, metalurgia), complementadas por el comercio con otros pueblos mediterráneos (Plinio el Viejo; Estrabón). Las élites controlaban el territorio mediante el monopolio de los recursos y la coerción, gestionando excedentes y tributos a través de una incipiente administración (Pozo Gutiérrez).

Las necrópolis layetanas, como las de Cabrera de Mar, reflejan esta jerarquía social, con ajuares diferenciados y rituales de cremación reservados a las élites. La cueva de Les Encantades del Montcabrer pudo funcionar como santuario, con ofrendas a deidades como Deméter, lo que evidencia la complejidad religiosa y la influencia de cultos mediterráneos (Pozo Gutiérrez).
La conquista romana y sus consecuencias (ss. II–I a.C.)

La Segunda Guerra Púnica (218–201 a.C.) marcó el inicio de la influencia romana en la región. Aunque los layetanos pudieron ser aliados iniciales de Roma, la consolidación del poder romano tras la guerra y campañas como la de Catón supuso una contracción socioeconómica, con el abandono de muchos núcleos de segundo orden hacia mediados del siglo II a.C. Roma debilitó a las élites indígenas para facilitar el control territorial (Oller; Pozo Gutiérrez).

En el último cuarto del siglo II a.C., Roma inició una intervención territorial directa en la Layetania interior, materializada en:
  • La creación de nuevos núcleos de tipología romano-itálica, como Can Tacó, vinculados a la red viaria y a la administración romana.
  • La reforma de la red viaria, con miliarios como los de Manio Sergio en la vía del Congost.
  • La acuñación de moneda en la ceca de Lauro (Vallès Oriental), reflejo de la integración económica y fiscal (Oller; Pozo Gutiérrez).
Durante la primera mitad del siglo I a.C., en un contexto de conflictos como la guerra de Sertorio, se introdujo el modelo de civitas romana, con la creación o potenciación de ciudades costeras como Baetulo (Badalona) e Iluro (Mataró). Simultáneamente, importantes oppida ibéricos del interior, como Ca n’Oliver, fueron abandonados, marcando el inicio de una nueva organización territorial (Oller).
La Layetania romana: de Augusto a los Flavios (ss. I a.C. – I d.C.)

Las reformas de Augusto (27 a.C.–14 d.C.) transformaron definitivamente la Layetania, consolidando su romanización:
  • Fundación o promoción de núcleos vertebradores como Barcino (Barcelona) en la costa, y Égara (Terrassa) y Aquae Calidae (Caldes de Montbui) en el interior.
  • Catastración del territorio, con la posible implantación de una centuriación en el área vallesana vinculada al ager Barcinonensis.
  • Consolidación de la red viaria con la Vía Augusta, que atravesaba el corredor vallesano, y la construcción de infraestructuras como el Pont del Diable.
  • Reorientación de la economía hacia la producción vitivinícola a gran escala, mediante la implantación de villae romanas como Can Feu (Oller; Pozo Gutiérrez).

Bajo la dinastía Flavia (69–96 d.C.), se completó la integración jurídica de la Layetania interior con la concesión del ius Latii a municipios como Égara y Caldes de Montbui. Las élites locales, documentadas epigráficamente, consolidaron su poder y su integración en las estructuras políticas y económicas del Imperio.
  • La Layetania experimentó una profunda transformación desde una sociedad ibérica jerarquizada, con una compleja organización territorial y socioeconómica propia, hasta convertirse en un territorio plenamente integrado en el Imperio Romano. Este proceso implicó:
  • La desaparición progresiva de los oppida ibéricos y su sustitución por ciudades romanas y villae.
  • La reorganización territorial mediante catastros y una red viaria mejorada.
  • La integración económica centrada en la producción vitivinícola para el mercado imperial.
  • El caso de Barcelona y su entorno inmediato ilustra cómo Roma adaptó sus modelos administrativos a las realidades locales preexistentes, transformando radicalmente el paisaje y la sociedad a lo largo de varios siglos (Oller; Pozo Gutiérrez; Aguilar).

Bibliografía

Aguilar, À. (s.f.). Estudios sobre la romanización en la Layetania. [Consulta en: CEIPAC, Universitat de Barcelona].
http://ceipac.ub.edu/biblio/Data/L/0842.pdf

Estrabón. (2004). Geografía (Vols. I-XVII). [Obra clásica].
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/estrabon.htm

Oller, J. (s.f.). El territorio y poblamiento de la Layetania interior (ss. IV a.C. – I d.C.). [Tesis doctoral, Universitat de Barcelona].
http://ceipac.ub.edu/biblio/Data/L/0842.pdf

Plinio el Viejo. (77 d.C.). Historia Natural (Libros III-VI). Biblioteca Clásica Gredos.
https://www.mercaba.es/roma/historia_natural_I-II_de_plinio_el_viejo.pdf

Pozo Gutiérrez, D. (2013). Protohistoria catalana: los layetanos. Análisis historiográfico y problemática del pueblo íbero en la provincia de Barcelona entre los siglos VI y II a.C. [Trabajo de Fin de Grado, Universidad de Barcelona].
https://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/49865/1/TFG_%20Pozo_Gutierrez.pdf

Ptolomeo, C. (c. 150 d.C.). Geografía. [Obra clásica].
https://es.wikipedia.org/wiki/Claudio_Ptolomeo

Universidad de Burgos. (2014). Protohistoria de la Península Ibérica: del Neolítico a la Romanización. Burgos: Universidad de Burgos y Fundación Atapuerca.
https://www.ubu.es/catalogo-de-publicaciones/protohistoria-de-la-peninsula-iberica-del-neolitico-la-romanizacion

Valera Barros, J. (2022). La Romanització de l’Urgellet i Andorra [Trabajo final de máster, Universitat Oberta de Catalunya].
https://openaccess.uoc.edu/handle/10609/146638?locale=es



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