en el Contexto de la Modernización Europea
1. Introducción
La tarjeta
postal ilustrada experimentó, en menos de un siglo, una transformación
paradójica: de conformar un elemento cotidiano omnipresente a ocupar un lugar
marginal en la investigación histórica, desplazamiento que revela un prejuicio
académico persistente nacido de su carácter comercial y masivo (Guereña,
2005). Sin embargo, la postal cumple los requisitos básicos de un documento
de archivo: se genera en un contexto práctico, suele conservarse mucho
tiempo, deja huellas de la memoria individual y social y, en ocasiones, posee
valor probatorio (Riego Amézaga, 2011). Su estudio, por tanto, permite
esclarecer procesos de modernidad y la formación de imaginarios
colectivos entre los siglos XIX y XX.
Su análisis
requiere un enfoque interdisciplinario que reconozca que la postal
ilustrada no fue simplemente un medio de comunicación, sino un vehículo de
construcción de imaginarios colectivos y un instrumento de modernización
cultural que anticipó desarrollos posteriores en los medios de comunicación
masiva (Anderson, 1983). El estudio de este objeto efímero revela las
transformaciones fundamentales que caracterizaron la Segunda Revolución Industrial,
la consolidación de los Estados-nación y la emergencia de una cultura visual
democrática.
El siglo XIX
representa un momento de transformación radical en la historia de los
medios de comunicación visual, caracterizado por innovaciones tecnológicas
que revolucionaron las formas de producción, circulación y consumo de imágenes.
Esta transformación inició los fundamentos técnicos y culturales para el
desarrollo de la tarjeta postal ilustrada, uno de los medios de comunicación
masiva más exitosos de la modernidad temprana. Para comprender
adecuadamente este fenómeno, resulta fundamental examinar el conjunto de
transformaciones tecnológicas y cambios culturales que configuraron el contexto
histórico en el cual emergió y se desarrolló la postal ilustrada (Benjamin,
1936; Mitchell, 1994).
Las tecnologías
de reproducción visual que se desarrollaron durante este período no constituyen
meros avances técnicos aislados, sino elementos constitutivos de un sistema
complejo de transformaciones sociales, culturales y económicas que redefinieron
las relaciones entre tecnología, arte y sociedad. La convergencia entre
innovaciones en fotografía, procesos de impresión y sistemas
de distribución creó las condiciones materiales necesarias para la
emergencia de nuevos medios de comunicación que articularon de manera inédita
las dimensiones técnicas, estéticas y comerciales de la cultura visual
moderna (Crary, 1990; Sekula, 1984).
La postal
ilustrada funcionó como laboratorio experimental donde convergieron
innovaciones tecnológicas, transformaciones sociales y cambios culturales que
alteraron profundamente las formas de comunicación y las relaciones sociales.
1.1 Contextualización Historiográfica
La historiografía
española sobre la postal ilustrada ha experimentado una evolución
significativa durante las últimas décadas, transitando desde estudios
puramente descriptivos hacia análisis más complejos que incorporan
perspectivas de la cultura visual y la historia de la comunicación (Carrasco
Marqués, 1992). Los trabajos pioneros de investigadores como Martín
Carrasco Marqués, Jean-Louis Guereña y Bernardo Riego han establecido las bases
metodológicas para un abordaje científico riguroso de este fenómeno,
superando las limitaciones de los enfoques meramente coleccionistas que
dominaron los estudios iniciales (Teixidor, 1999).
La renovación
historiográfica ha sido impulsada por la incorporación de nuevas
perspectivas teóricas procedentes de los estudios visuales y la historia
cultural, que han permitido situar la postal ilustrada en el contexto más
amplio de las transformaciones de la sociedad de masas emergentes
(Riego, 2011). Esta perspectiva ha resultado fundamental para comprender cómo
la postal funcionó como precedente de las redes sociales contemporáneas
y como instrumento de construcción de identidades nacionales y regionales
(Almarcha, 2007).
2. Metodología contemporánea y
perspectivas de investigación
La historiografía
postal contemporánea ha superado los prejuicios académicos iniciales que
relegaron estos documentos al ámbito del coleccionismo privado, reconociendo
actualmente su valor como fuentes históricas privilegiadas para el
estudio de procesos de modernización cultural y construcción de imaginarios
colectivos (Guereña, 2005). El desarrollo de marcos metodológicos
específicos permite analizar estas fuentes desde perspectivas
interdisciplinarias que integran historia cultural, estudios visuales y
ciencias de la documentación (López Hurtado, 2013).
El análisis
científico de estas piezas requiere una estrategia que combine el material
de examen y la interpretación semiótica. Desde el punto de vista físico,
resulta imprescindible describir dimensiones, técnicas de impresión,
soportes y marcas editoriales, pues tales rasgos facilitan la datación
aproximada y la identificación de procedimientos industriales específicos
(Staff, 1966). Dos hitos regulatorios ayudan a acotar cronologías: la
aprobación del « Privilegierte Correspondenz-Karte » en Austria-Hungría
(1869) y la reforma de la Unión Postal Universal (1906), que dividió el
reverso en mensaje y dirección, generando cambios normativos fácilmente
rastreables (López Hurtado, 2013).
La descripción
material debe complementarse con un análisis de contenido que atienda la
interacción multimodal entre imagen, texto impreso y mensaje manuscrito.
Esta perspectiva desvela la función camaleónica de la postal como
fotografía, publicidad, souvenir y correspondencia simultánea (Andriotis &
Mavrič, 2013). La lectura de sus escenas urbanos-turísticas, retratos exóticos
o alegorías patrióticas exponen tanto la circulación de estereotipos
como la negociación local de identidades, un aspecto que adquiere especial
relevancia al aplicar un enfoque postcolonial centrado en las jerarquías
de mirada y poder (Alloula, 1986).
La
investigación rigurosa se fortalece mediante triangulación con fuentes independientes:
registros fotográficos, prensa, guías de viaje y documentación administrativa.
Esta verificación es crucial ante la frecuente manipulación editorial
—retoques, recortes o leyendas añadidas— que perseguía fines turísticos,
propagandísticos o de auto-promoción urbana (Staff, 1966).
La postal
ilustrada del siglo XIX constituye un fenómeno cultural multidimensional
que requiere un análisis interdisciplinar para comprender su verdadero alcance
histórico (Riego, 2010). Este objeto, aparentemente modesto en su materialidad,
representa una síntesis civilizatoria excepcional que articula
transformaciones tecnológicas, sociales y culturales de profunda trascendencia
para la modernidad española (Guereña, 2005). El estudio de la postal ilustrada
trasciende el mero análisis de un producto postal para convertirse en una ventana
privilegiada hacia la comprensión de los procesos de democratización
visual y construcción de imaginarios colectivos que caracterizaron el
tránsito de la España tradicional hacia la modernidad (Sánchez Vigil, 2014).
El estudio de
estos procesos requiere un enfoque interdisciplinario que integre
perspectivas de la historia de la tecnología, los estudios culturales, la
historia del arte, la sociología y la economía. Solo mediante esta aproximación
integral es posible comprender cómo las innovaciones técnicas se
articularon con demandas sociales específicas, proyectos culturales
determinados y estrategias comerciales particulares para dar lugar a fenómenos
culturales complejos como la tarjeta postal ilustrada (Gitelman, 2006; Bolter
& Grusin, 1999).
La metodología
empleada en esta investigación adopta un enfoque interdisciplinar
que integra perspectivas de la historia social, la historia de la tecnología,
los estudios culturales y la teoría de la comunicación visual. Esta
aproximación metodológica resulta imprescindible para captar la complejidad de
un fenómeno que no puede ser reducido a una única dimensión analítica, sino que
debe ser comprendido como resultado de una convergencia multifactorial
de elementos tecnológicos, económicos, sociales y culturales (Contreras, 2017).
3. Antecedentes históricos y genealogía
del medio
La genealogía
de la tarjeta postal se articula mediante una secuencia de innovaciones
que optimizaron la comunicación breve, visible y de bajo coste. Los billetes de
visita y las tarjetas comerciales introdujeron la autopresentación escrita sin
sobre, mientras los papeles abiertos militares y administrativos consolidaron
la escritura expuesta y abarataron tarifas postales (Araneda, 2023). La
estandarización de formularios preimpresos oficiales reforzó la idea de un
portador público, barato y confiable.
3.1 Transformaciones socioeconómicas
La Segunda
Revolución Industrial (1870-1914) proporcionó las condiciones técnicas
indispensables para el desarrollo masivo de la tarjeta postal ilustrada
(Gordon, 2021). Los avances en siderurgia, química y electricidad
revolucionaron los procesos de producción gráfica, mientras que la
expansión del ferrocarril y la navegación a vapor comprimieron
las distancias geográficas.
La postal
ilustrada representó una síntesis tecnológica excepcional que integró
múltiples innovaciones desarrolladas durante la segunda mitad del siglo
XIX (Riego, 2010). Esta convergencia no fue fortuita, sino resultado de
la maduración simultánea de diversas tecnologías que encontraron en la
postal un punto de intersección particularmente fértil. Las mejoras en los sistemas
de transporte, especialmente el ferrocarril, proporcionarán la infraestructura
logística necesaria para la circulación masiva de correspondencia,
mientras que los avances en las técnicas de impresión hicieron posible
la producción industrial de imágenes de alta calidad a costes
accesibles (Standage, 1998).
En Gran
Bretaña, las tasas masculinas de alfabetización aumentaron del 69,3% al 97,2%
entre 1851 y 1900, mientras que la alfabetización femenina creció del 54,8% al
96,8% durante el mismo período (Vincent, 2000). Esta expansión educativa creó
una demanda social masiva de medios de comunicación accesibles y económicos.
Las reformas
postales de Rowland Hill transformaron el sistema británico mediante la
introducción del " Penny Post " en 1840, estableciendo una
tarifa uniforme de un penique por carta de media onza independientemente de la
distancia transportada (Hill, 1840). El impacto fue inmediato: en el primer año
del Penny Post, el número de cartas enviadas en el Reino Unido se duplicó,
duplicándose nuevamente en diez años.
3.2 Institucionalización Internacional:
La Unión Postal Universal
La creación de
la Unión Postal Universal (UPU) representa uno de los hitos más
significativos en la historia de las comunicaciones internacionales. El 9 de
octubre de 1874 se firmó el Tratado de Berna, que desarrolló la Unión
General de Correos, denominada Unión Postal Universal a partir de 1878 (Staff,
1979). España fue miembro cofundador en 1878, participando activamente en los
procesos de estandarización que definirían las características técnicas y
comerciales del medio postal.
La UPU
descubrió especificaciones precisas: tamaño estandarizado de 14 × 9 cm y
tarifas unificadas de 10 céntimos para las tarjetas que transitaban entre
países miembros (Teixidor, 1999). El éxito de esta estandarización
internacional fue extraordinario: a principios del siglo XX, la organización
proporcionaba cobertura postal a 1.084 millones de habitantes de los 1.600
millones que componían la población mundial, estableciendo la primera red de
comunicación verdaderamente global de la historia moderna.
4. Transformación de la industria postal
4.1 Breve historia de la tarjeta postal
La transición
estructural del monopolio estatal hacia la producción privada marcó un punto de
inflexión fundamental en la historia de la comunicación masiva. En España, las
primeras tarjetas postales ilustradas aparecieron hacia 1890, siendo las más
antiguas conocidas las tituladas " Recuerdo de Madrid " de la
casa Hauser y Menet , circuladas el 21 de octubre de 1892 (Guereña,
2005).
La síntesis
innovadora de texto e imagen anticipó la comunicación audiovisual moderna,
estableciendo patrones comunicativos que perdurarían durante décadas. Al
destacar monumentos emblemáticos, paisajes representativos y eventos
patrióticos, la postal contribuyó decisivamente a construir imaginarios
nacionales cohesivos y un globalismo cultural característico de la modernidad
emergente.
4.2 La fotografía del siglo XIX:
diversidad tipológica y material
La aparición
de la postal ilustrada en España debe situarse en el contexto más
amplio de la revolución visual que transformó la cultura europea durante
el siglo XIX (Fandiño, 2005). Esta revolución no fue resultado de un factor
único, sino de una convergencia excepcional de innovaciones
tecnológicas, transformaciones sociales y nuevas necesidades
comunicativas que crearon las condiciones para el surgimiento de nuevos
medios de reproducción y difusión de imágenes (Martos Causapé, 2005).
El proceso se
inició con la invención de la fotografía en 1839, que representó una transformación
radical en las posibilidades de reproducción visual de la realidad. Sin
embargo, la verdadera revolución no residió únicamente en la capacidad técnica
de capturar imágenes, sino en las transformaciones socioculturales que
esta nueva tecnología generó al democratizar el acceso a la
representación visual (Vázquez Casillas, 2004). La fotografía no solo documentó
la realidad, sino que transformó la percepción social de la misma,
creando nuevas formas de ver y entender el mundo (Naranjo, 2003).
La democratización
del retrato fotográfico constituyó uno de los primeros indicadores del potencial
transformador de las nuevas tecnologías visuales (Vázquez Casillas, 2004).
Mientras que durante siglos el retrato había sido privilegio de élites,
la fotografía permitió que amplios sectores de la población accedieran por
primera vez a la posibilidad de conservar su imagen para la posteridad. Este
proceso no fue meramente técnico, sino que implicó una transformación
cultural profunda en las concepciones sobre la memoria, la identidad
y la representación social (Díez, 2004).
La expansión
de la fotografía en España durante la segunda mitad del siglo XIX siguió patrones
similares a los observados en otros países europeos, aunque con ciertas especificidades
derivadas de las características particulares del contexto español. El retraso
relativo en la adopción de las nuevas tecnologías se compensó con una asimilación
acelerada una vez que las condiciones técnicas y económicas lo permitieron
(Martos Causapé, 2005).
La fotografía
iniciada en 1839 modificó las formas de producción y circulación de imágenes,
creando las condiciones técnicas y culturales que harían posible la tarjeta
postal ilustrada. El daguerrotipo de Daguerre proporcionó la primera
captura «real» de la realidad (Daguerre, 1839), pero su carácter irreproducible
limitaba la difusión.
La
introducción del colodión húmedo de Archer redujo los tiempos de
exposición y permitió negativos estables aptos para copias múltiples
(Archer, 1851), mientras el papel albuminado de Blanquart-Evrard abrió
la puerta a tiradas industriales al ofrecer copias nítidas y económicas
(Blanquart-Evrard, 1850).
La auténtica
democratización llegó con la carta de visita patentada por Disdéri, que
multiplicó ocho retratos en una sola placa y abarató el coste hasta hacerlo
accesible a la clase media emergente (Disdéri, 1854). La «cartomanía»
desatada tras el retrato de Napoleón III en 1859 se convirtió en el intercambio
de retratos en práctica social masiva (McCauley, 1985).
4.3 Revolución en las técnicas de
producción gráfica industrial.
La revolución
de las técnicas gráficas del siglo XIX colocó las bases de la tarjeta
postal ilustrada al conjugar calidad fotográfica y producción
industrial. La postal ilustrada representó una síntesis tecnológica
excepcional que integró múltiples innovaciones desarrolladas durante
la segunda mitad del siglo XIX (Riego, 2010). Esta convergencia no fue
fortuita, sino resultado de la maduración simultánea de diversas
tecnologías que encontraron en la postal un punto de intersección
particularmente fértil.
La mecanización
de la imprenta durante este período permitió incrementos exponenciales
en la capacidad productiva, reduciendo significativamente los costos
unitarios y ampliando las posibilidades de acceso a productos impresos para
sectores sociales más amplios. La introducción de prensas mecánicas y
posteriormente de sistemas de impresión rotativa transformó
completamente la economía de la producción gráfica, creando las
condiciones para el desarrollo de una verdadera industria de la imagen
(Thomas i Bigas, 1885).
La cromolitografía
de Engelmann (1837) introdujo el color polisémico mediante múltiples piedras
litográficas, pero su complejidad y costo limitaron las tiradas (Engelmann,
1837). El fotograbado de semitono aportó rapidez en prensa, aunque
sacrificó matices tonales frente al modelo fotográfico.
El desarrollo
de la cromolitografía en los talleres españoles durante las
décadas de 1860 y 1870 representó un avance técnico decisivo que
permitió la producción de materiales impresos en color con calidad superior
y costes controlados (Senefelder, 1796). Esta técnica, que utilizaba múltiples
piedras litográficas para conseguir efectos cromáticos complejos,
fue adoptada rápidamente por las empresas editoriales más innovadoras,
que vieron en ella una oportunidad para diferenciarse comercialmente y
atender demandas cada vez más sofisticadas del público (Guereña, 2005).
La fototipia,
perfeccionada entre 1897 y 1905, destacada por su malla gelatinosa que
replicaba la continuidad tonal de la fotografía, permitiendo altos
volúmenes a costes reducidos (Teixidor Cadenas, 2021).
4.4 Los objetos efímeros y la paradoja
de la permanencia
La efímera
describe materiales de uso inmediato y desechables, como las tarjetas postales
ilustradas, producidas masivamente en cartulina ligera con baja expectativa de
conservación (Lewis, 1985). Paradójicamente, su gran tirada y el coleccionismo
precoz les otorgaron una permanencia excepcional; hoy funcionan como fuentes
históricas privilegiadas para el estudio de la cultura visual y la vida
cotidiana.
Aunque
concebidas para un solo envío, las postales sobrevivieron gracias a redes de
intercambio y archivos informales: clubes de coleccionistas y álbumes
familiares que luego donaron sus fondos a bibliotecas y museos (Makepeace,
1985). Su valor documental radica en la evidencia directa de prácticas
turísticas, transformaciones urbanas y hábitos epistolares ausentes en fuentes
oficiales.
5. El boom como fenómeno comunicativo
masivo
5.1 Características cuantitativas del
intercambio masivo
La expansión
inicial de la tarjeta postal tras su lanzamiento el 1 de octubre de 1869 mostró
un éxito inmediato sin precedentes. En los primeros tres meses después
de la emisión de la primera postal austriaca se vendieron cerca de tres
millones de ejemplares, evidenciando una demanda social latente que había
permanecido sin satisfacer hasta entonces.
La
transformación decisiva llegó con la introducción de postales ilustradas
en la década de 1890. En España, Hauser y Menet editaron las primeras
postales con imágenes de Madrid en 1892, iniciando una revolución visual que
transformó radicalmente el carácter de la correspondencia popular. Para 1900
había ya más de 140 casas dedicadas a imprimir, editar o vender postales
relativas a España, evidenciando la rapidez con que se desarrolló una industria
especializada en torno a este nuevo medio de comunicación (Riego, 2011).
La Edad de
Oro de las postales ilustradas, que abrió el período comprendido entre 1900
y 1914, constituyó el momento de máxima expansión del fenómeno postal. En
Estados Unidos, donde la población era de 88.7 millones de habitantes, se
enviaron por correo 677.777.798 tarjetas entre junio de 1907 y junio de
1908, lo que equivale a aproximadamente 18.570 postales diarios con un promedio
de siete postales por habitante anual (Restrepo-Millán, 2012).
5.2 Coleccionismo especializado y
cartofilia
El coleccionismo
postal se convirtió en un fenómeno social masivo que generó estructuras
organizativas internacionales y creó redes de intercambio entre personas que no
se conocían personalmente. La práctica del intercambio entre desconocidos se
había generalizado hasta tal punto que las postales a menudo se enviaban y
recibían hacia y desde extraños por docenas. Los anuncios para corresponsales
de postales eran comunes en revistas, y se establecieron clubes de tarjetas
postales ilustradas alrededor del mundo, creando una red global de
comunicación que anticipó las características fundamentales de los sistemas
de intercambio digital contemporáneos.
En 1901 se
fundó en Barcelona la Sociedad Cartófila Española Hispania, que llegó a
tener 900 socios en los primeros meses y editaba la revista España Cartófila
(Tarrés Pujol, 2024). La Asociación Mundial Kosmopolit , fundada en
Núremberg en 1897, llegó a contar con más de 15.000 miembros solo en Alemania
durante su momento álgido antes de la Primera Guerra Mundial.
Esta práctica
anticipó características de las comunicaciones globalizadas que se
desarrollaron plenamente en épocas posteriores, estableciendo precedentes de lo
que hoy entendemos como redes sociales (Riego, 2010).
6. Dimensiones comunicativas innovadoras
6.1 democratización revolucionaria
La accesibilidad
económica de las postales constituía el factor fundamental de su capacidad
democratizadora (Blanco y Negro, 1898). Mientras que libros ilustrados,
revistas artísticas o reproducciones enmarcadas resultaban prohibitivos para la
mayoría de la población, las postales ofrecían calidad visual comparable
a precios al alcance de sectores sociales medios y populares. Las postales
constituyeron el primer medio masivo que democratizó genuinamente la
fotografía, transformándola de actividad privada limitada a élites económicas
en fenómeno público universalmente accesible. Los fotógrafos encontraron
un campo extraordinariamente propicio para divulgar su trabajo, mientras las
" foto-postales " con papel fotográfico sensibilizado
permitieron la producción artesanal de ediciones únicas y personalizadas.
6.2 Multimodalidad comunicativa e
interactividad
La postal
ilustrada desarrolló un innovador sistema de comunicación multimodal
al fusionar imagen fotográfica y texto manuscrito,
constituyéndose como el primer medio interactivo masivo de la historia.
Su naturaleza bidireccional contrastaba radicalmente con los medios
tradicionales unidireccionales, ya que demandaba participación activa
del usuario mediante la personalización del mensaje y el envío.
Este formato
funcionó como catalizador cultural que propició la hibridación de
tradiciones visuales previamente independientes (Berenguer et al., 2019).
La convergencia técnica de fotografía, grabado, litografía y diseño
gráfico en un único soporte generó nuevas posibilidades expresivas que
superaban las restricciones individuales de cada disciplina. Esta síntesis
creativa trascendió lo meramente técnico para configurar un lenguaje
visual específico adaptado a las particularidades funcionales del medio
(Riego, 2011).
La articulación
equilibrada entre elementos visuales y textuales transformó la postal en un
vehículo extraordinariamente eficiente para transmitir mensajes complejos
mediante formatos accesibles. Esta capacidad comunicativa resultó
decisiva en su posterior adopción como instrumento de construcción
identitaria y difusión de imaginarios culturales (Almarcha, 2007).
6.3 Convergencia inédita de lo privado y
lo público
Las postales
dictaminaron una convergencia única entre lo privado y lo público
al carecer de sobre protector. Las imágenes eran públicas por sus temas y
reproducción masiva, pero se privatizaban al dirigirse a destinatarios
específicos. Esta hibridación comunicativa permitió formas sutiles de
"salir del anonimato" y "gritar al mundo la existencia"
(Guereña, 2005).
7. Impacto cultural y social
7.1 Transformación radical de patrones
de consumo cultural
La postal
introduce transformaciones fundamentales en los patrones de consumo cultural
al proporcionar acceso masivo a imágenes de calidad previamente reservadas a
élites sociales. Esta democratización del consumo visual alteró
profundamente las relaciones entre clases sociales y modificó formas
tradicionales de construcción del gusto estético. Los álbumes de postales
se incorporan al mobiliario doméstico como símbolos de modernidad y
refinamiento (Riego Amézaga, 2011).
7.2 Función educativa y transformadora
cultural
Las postales
funcionaron como ventanas al mundo que ampliaron extraordinariamente
horizontes geográficos y culturales. La tarjeta postal ilustrada con fototipia
significó para el naciente turismo europeo internacional su mejor agente
de divulgación (Lois, 2017). Esta función educativa excepcional
convirtió las postales en herramientas fundamentales de conocimiento geográfico
y comprensión intercultural.
7.3 Construcción de imaginarios
colectivos e identidades nacionales
La tarjeta
postal ilustrada funcionó efectivamente como vehículo privilegiado para la construcción
de imaginarios colectivos durante el período 1869-1914. Su desarrollo
coincidió con los procesos de modernización europea, actuando simultáneamente
como producto y productor de transformaciones socioculturales fundamentales
(Anderson, 1983). La construcción de identidades regionales a través de
las postales siguió patrones específicos que combinaban elementos patrimoniales
tradicionales con innovaciones representativas modernas. Las series dedicadas a
diferentes regiones españolas no se limitaban a reproducir monumentos y
paisajes, sino que construían narrativas visuales coherentes que presentaban
cada territorio con características distintivas pero integradas en el conjunto
nacional (Almarcha, 2007).
La temática de
las postales no fue neutral: privilegió monumentos nacionales, paisajes
emblemáticos, tipos populares característicos y eventos
históricos significativos, construyendo sistemáticamente una iconografía
nacional que contribuyó decisivamente a la consolidación de identidades
colectivas.
7.4 Estructura Industrial y Empresarial
del Sector Postal
El desarrollo
de la industria postal española siguió a patrones europeos con
especificidades propias del contexto nacional (Carrasco Marqués, 1992). Entre
1892 y 1900 operaron más de ciento cuarenta editores e impresores locales
especializados en tarjetas postales ilustradas, evidenciando la vitalidad
del sector y la diversidad de iniciativas empresariales (Guereña, 2005).
La estructura
empresarial se caracterizó por la coexistencia de grandes empresas
especializadas con múltiples iniciativas locales de menor
envergadura. Mientras librerías y bazares ampliaron su oferta editando sus
propias postales, empresas como Hauser y Menet desarrollaron estrategias
de alcance nacional (Teixidor, 1999). La empresa se especializó en impresión
fotomecánica mediante fototipia, alcanzando niveles de calidad técnica
que la convirtió en referencia nacional (Rodríguez Molina, 2013).
Su modelo
de negocio integrado abarcó múltiples aspectos de la cadena de valor:
desde la impresión hasta funciones editoriales, organizando expediciones
fotográficas sistemáticas por todo el territorio español para crear un archivo
visual completo del país (Palá, 2014). En 1892 encargaron al fotógrafo
Francisco Pérez Linares una serie general de vistas de España que
constituyó la base de su catálogo posterior (Hauser y Menet, 1892).
La empresa
desarrolló redes de distribución nacional integrando canales directos y
sistemas de intermediación comercial, estableciendo relaciones con librerías,
bazares y tiendas en todo el territorio (Boletín de la Sociedad Española de
Excursiones, 1899; Teixidor, 1999). Su éxito comercial se evidencia en
las cifras de producción de 1901: medio millón de postales mensuales,
una capacidad extraordinaria que la situó entre las empresas editoriales más
importantes de España (Blanco y Negro, 1902; Palá, 2014).
8. Críticas contemporáneas y
resistencias
El éxito
masivo de las postales generó críticas acérrimas, comparables a las
recibidas posteriormente por televisión y medios digitales. Se consideraron
" microbios que todo infectaban ", " epidemia que
amenazaba la cordura " y " forma de manipulación ". A
pesar de su carácter democratizador, la postal ilustrada reflejó y
reprodujo sesgos sociales y culturales significativos que limitaron su
capacidad de representación integral de la realidad española (Guereña,
2005).
Las imágenes
seleccionadas respondían a criterios estéticos y comerciales que
favorecían determinadas visiones de la realidad, creando representaciones
selectivas que no correspondían con la diversidad y complejidad social
española (Almarcha, 2007). Las postales tendían a representar aspectos
pintorescos o monumentales, evitando mostrar problemas sociales, pobreza
urbana o conflictos laborales que caracterizaron también la España
de la época (Riego, 2010). Esta selección respondía tanto a consideraciones
comerciales como a limitaciones técnicas y estéticas.
Las postales
construyeron una imagen idealizada del país que, aunque contribuyó a la promoción
turística y al refuerzo de identidades positivas, ocultó dimensiones
importantes de la realidad social y económica (Rodríguez, 2024).
Las limitaciones
de género también resultaron evidentes, reproduciendo estereotipos
tradicionales sobre roles masculinos y femeninos sin reflejar las transformaciones
sociales del período estudiado (Almarcha, 2007), evidenciando cómo la
postal permanencia condicionada por las estructuras culturales dominantes
de su época.
El proyecto
de democratización visual encontró límites significativos derivados de condicionantes
económicos y restricciones culturales y educativas (Riego, 2010).
Aunque los precios eran relativamente accesibles, el coleccionismo
sistemático seguía restringido a sectores con cierta capacidad económica
y cultural (Teixidor, 1999).
Las barreras
de alfabetización visual limitaron el impacto democratizador, especialmente
en áreas rurales donde los referentes culturales y estéticos
necesarios para la decodificación de imágenes no estaban extendidos (Guereña,
2005). Estas limitaciones evidencian cómo los procesos de democratización
cultural requieren condiciones sociales y educativas que trascienden la
mera disponibilidad técnica de productos culturales innovadores.
Durante la
Primera Guerra Mundial, algunos sectores consideraron que las postales
ilustradas pudieron convertirse en elementos de propaganda y manipulación
de la opinión pública (López Torán, 2021).
9. Declive y transformación histórica
Después de
1914, la demanda disminuyó notablemente debido a las restricciones políticas y
económicas de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión. El
aumento de fotografías en periódicos y revistas, la generalización de cámaras
fotográficas, los avances del teléfono y la radio proporcionarán comunicación
más rápida y entretenimiento alternativo.
En Alemania,
que había sido paradigma en la utilización de las tarjetas ilustradas como
elemento comunicativo durante décadas, el declive fue particularmente notable
tras el conflicto mundial. Sin embargo, el fenómeno había transformado
irreversiblemente las prácticas comunicativas globales, estableciendo
precedentes fundamentales para el desarrollo posterior de sistemas de
comunicación masiva.
10. Legado y proyección contemporánea
La "Edad
de Oro" de las postales ilustradas (1900-1914) constituyó un fenómeno
de comunicación masiva sin precedentes que transformó radicalmente las prácticas
sociales, democratizó el acceso a imágenes y desarrolló formas
comunicativas que anticiparon desarrollos posteriores en medios de
comunicación. Su estudio revela que la postal no fue simplemente un souvenir o
medio epistolar, sino el primer medio interactivo masivo de la historia
moderna.
Las postales
pueden considerarse precursoras directas de formas comunicativas
contemporáneas. Su capacidad de combinar imagen y texto, facilitar la comunicación
a distancia, conjugar lo privado con lo público y funcionar como entretenimiento
interactivo anticipó características fundamentales de redes sociales
y medios digitales actuales.
Continuidades en el Desarrollo de Medios
Visuales
El legado
de la postal ilustrada en el desarrollo de la cultura visual
contemporánea resulta evidente en múltiples dimensiones que trascienden su
función comunicativa original (Riego, 2010). Los códigos visuales
desarrollados por la industria postal influyeron significativamente en el
desarrollo posterior de medios como el cine, la fotografía comercial
y la publicidad, estableciendo convenciones estéticas y narrativas
que perduran en la actualidad (Benjamin, 2005).
La estandarización
de formatos visuales que caracterizó la producción postal constituyeron
precedentes directos de procesos similares en otros medios de comunicación
masivos (Adorno y Horkheimer, 1947). El desarrollo de series temáticas
sistemáticas anticipó estrategias posteriormente adoptadas por industrias
como la cinematográfica, utilizando mecanismos similares para la construcción
de géneros y la segmentación de audiencias (Riego, 2011).
Las transformaciones
digitales contemporáneas han actualizado muchas de las funciones
sociales y comunicativas que cumplió la postal ilustrada durante su época
dorada (Riego, 2010). Las redes sociales digitales reproducen mecanismos
de intercambio visual y construcción de identidades que presentan
similitudes estructurales evidentes con las prácticas de coleccionismo
e intercambio postal (Castells, 2009).
La inmediatez
y accesibilidad que caracterizan las comunicaciones digitales actualizan,
en condiciones tecnológicas diferentes, las mismas demandas sociales que
satisfacen la postal ilustrada durante el cambio de siglo XIX-XX (Manovich,
2001). La capacidad para combinar imagen y texto en formatos accesibles
sigue siendo una característica central de los medios contemporáneos heredada
directamente de las innovaciones introducidas por la postal ilustrada
(Riego, 2010).
11. Conclusiones
La tarjeta
postal ilustrada se revela como un artefacto paradigmático de la
modernidad europea, sintetizando múltiples procesos transformadores
que definieron el período 1869-1914. Su desarrollo coincidió con y facilitó
cambios fundamentales: la Segunda Revolución Industrial, la consolidación
de los Estados-nación, la urbanización masiva y la emergencia de una
cultura visual democrática.
La estandarización
internacional promovida por la Unión Postal Universal, junto con las
innovaciones técnicas en la producción gráfica, posibilitaron la expansión
masiva de un medio que democratizó el acceso a la comunicación
visual. La postal ilustrada funcionó como laboratorio experimental para
el desarrollo de lenguajes comunicativos que posteriormente adoptarían
otros medios masivos.
El estudio
confirma que este objeto efímero compatible con un papel central en la construcción
de imaginarios colectivos y la configuración de identidades nacionales,
anticipando funciones desarrolladas posteriormente por el cine y otros
medios audiovisuales. La postal contribuye así a una comprensión más matizada
de los procesos de modernización y nacionalización en la Europa
de entre siglos.
La pervivencia
documental de estos materiales, concebidos originalmente como desechables,
plantea cuestiones teóricas relevantes sobre los mecanismos de patrimonialización
cultural y la construcción de la memoria histórica. La tarjeta
postal ilustrada se confirma como una ventana privilegiada para
comprender las transformaciones comunicativas que caracterizaron el
tránsito hacia la modernidad.
La postal
ilustrada ha funcionado como objeto de estudio privilegiado para el
desarrollo de metodologías innovadoras en el campo de los estudios
visuales (Contreras, 2017). Su carácter híbrido, que combina
dimensiones tecnológicas, económicas, sociales y estéticas, la ha convertido en
caso de estudio especialmente relevante para comprender los procesos de construcción
social de la experiencia visual (Mirzoeff, 2003).
Los enfoques
interdisciplinares desarrollados para el análisis de la postal ilustrada
han proporcionado modelos metodológicos aplicados posteriormente al
estudio de otros fenómenos de la cultura visual contemporánea (Riego,
2010). La integración de perspectivas históricas, sociológicas,
estéticas y tecnológicas que requiere el estudio de la postal ha contribuido al
desarrollo de marcos teóricos más complejos para el análisis de la
cultura visual moderna (Mitchell, 2005).
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