El período comprendido entre 1869 y 1900 representa una fase de transformación decisiva en la historia de la comunicación visual que culminó con la consolidación de la tarjeta postal ilustrada como fenómeno cultural y comunicativo de masas. Este desarrollo no puede explicarse como resultado de un factor único, sino como la convergencia de múltiples elementos tecnológicos, sociales, culturales e institucionales que crearon las condiciones necesarias y suficientes para su surgimiento y expansión (Riego, 2000). La comprensión de esta convergencia resulta fundamental para explicar cómo un simple medio de comunicación postal evolucionó hasta convertirse en uno de los productos culturales más exitosos de la modernidad española, transformando tanto las prácticas comunicativas como las formas de representación visual del territorio y la sociedad.
9.1 Análisis de la convergencia
9.1.1 Factores tecnológicos
Mejoras
en imprenta y reproducción de imágenes
La revolución
tecnológica en los sistemas de impresión durante el siglo XIX constituyó un
factor determinante para el posterior desarrollo de la tarjeta postal ilustrada
en España. Las innovaciones en las técnicas de reproducción de imágenes,
especialmente durante la segunda mitad del siglo, transformaron radicalmente
las posibilidades de producción masiva de materiales gráficos con calidad
superior y costes accesibles (Sánchez Vigil, 2007). Esta evolución técnica no
fue un proceso aislado, sino que se inscribió en el contexto más amplio de la
industrialización y modernización de los sistemas productivos españoles, aunque
con las limitaciones y particularidades propias del desarrollo industrial
español.
La mecanización de la
imprenta durante este período permitió incrementos exponenciales en la
capacidad productiva, reduciendo significativamente los costes unitarios y
ampliando las posibilidades de acceso a productos impresos para sectores
sociales más amplios. La introducción de prensas mecánicas y, posteriormente,
rotativas, revolucionó tanto la velocidad como la escala de la producción
impresa, estableciendo las bases técnicas para la posterior producción masiva
de tarjetas postales (Vega, 2017). Estas innovaciones técnicas respondían a
demandas crecientes de material impreso que caracterizaron el siglo XIX, especialmente
en el contexto del desarrollo de la prensa periódica y la expansión de la
cultura letrada.
Las técnicas de
reproducción de imágenes experimentaron una evolución significativa que
culminaría con el desarrollo de procedimientos fotomecánicos capaces de
reproducir fotografías con calidad superior. La evolución desde la xilografía y
la litografía hacia técnicas más sofisticadas como la cromolitografía y,
finalmente, la fototipia, estableció las bases técnicas para la posterior
producción de postales ilustradas (Fontanella, 1999). Esta evolución técnica no
solo mejoró la calidad de reproducción, sino que transformó fundamentalmente
las posibilidades expresivas y comunicativas de los materiales impresos,
permitiendo la integración efectiva de texto e imagen en formatos
estandarizados y reproducibles masivamente.
Desarrollo
de la fotografía y fototipia
El desarrollo de la
fotografía en España durante la segunda mitad del siglo XIX constituyó un
factor tecnológico fundamental para el posterior surgimiento de la postal
ilustrada. Desde la introducción del daguerrotipo hasta la consolidación de
técnicas más avanzadas como el colodión húmedo, la fotografía experimentó una
evolución técnica que amplió significativamente sus posibilidades de aplicación
comercial y cultural (López-Mondejar, 2018). Esta evolución no solo mejoró la
calidad técnica de las imágenes, sino que transformó fundamentalmente las
relaciones sociales con la imagen reproducida mecánicamente, creando nuevas
formas de memoria visual y representación del territorio.
La fototipia
representó la innovación técnica decisiva que hizo posible la reproducción
masiva de imágenes fotográficas con calidad superior y costes controlados. Este
procedimiento, que permitía reproducir clisés fotográficos sobre una capa de
gelatina, estableció un puente revolucionario entre la fotografía y la
impresión masiva, superando las limitaciones de métodos anteriores (Almarcha,
2006). La superioridad técnica de la fototipia residía en su capacidad para
reproducir tonos continuos sin recurrir a técnicas de tramado, manteniendo la
suavidad tonal característica de las fotografías originales, lo que la
distinguía claramente de otros métodos fotomecánicos.
La aplicación
comercial de la fototipia en España encontró su máxima expresión en la
empresa Hauser y Menet, establecida en Madrid desde 1890, que se convirtió en
el referente principal de la producción de postales ilustradas en el país. Esta
empresa demostró la viabilidad comercial de la integración entre innovación
técnica y estrategias de mercado orientadas hacia la producción masiva de
materiales gráficos de calidad, alcanzando una capacidad de producción de medio
millón de tarjetas mensuales en 1902 (Almarcha, 2006). El dominio técnico de la
fototipia proporcionó a Hauser y Menet ventajas competitivas decisivas que
explicarían su posterior dominio del mercado postal español, llegando a
producir el 40% de las aproximadamente dos mil quinientas tarjetas postales de
tipo distinto emitidas en el siglo XIX.
Innovaciones
en sistemas postales
Las innovaciones en
los sistemas postales durante la segunda mitad del siglo XIX constituyeron
un factor tecnológico e institucional fundamental para el desarrollo de la
tarjeta postal. La modernización de las infraestructuras postales, la estandarización
de procedimientos y la creación de redes internacionales de distribución
establecieron las bases logísticas necesarias para la posterior circulación
masiva de tarjetas postales (Sánchez Vigil, 2007). Estas innovaciones no se
limitaron a aspectos puramente técnicos, sino que implicaron transformaciones
organizativas y administrativas que optimizaron la eficiencia del sistema
postal en su conjunto.
La creación de la
Unión Postal Universal en 1874 representó un hito fundamental en la
internacionalización de los sistemas postales, facilitando la armonización de
procedimientos, formatos y tarifas que harían viable el intercambio postal
transnacional. Esta institución proporcionó el marco normativo y técnico
necesario para la consolidación del sistema postal como medio de comunicación
verdaderamente internacional (Villena, 2017). La función coordinadora de la
Unión Postal Universal trascendía los aspectos puramente técnicos para
articular un sistema de cooperación internacional que facilitara el intercambio
cultural y comercial a través de medios postales.
La liberalización del
mercado postal durante la década de 1890 representó una transformación
institucional decisiva que permitió la transición desde el monopolio estatal
hacia un mercado privado dinámico y competitivo. Esta apertura a la iniciativa
privada estableció un marco regulatorio que combinaba supervisión estatal con
libertad comercial, creando las condiciones para la innovación en diseño,
contenidos y estrategias comerciales que caracterizarían el posterior
desarrollo de la postal ilustrada (Riego, 2000). La regulación de la
competencia entre el sector público y privado requirió el desarrollo de marcos
normativos específicos que garantizaran tanto la calidad técnica como la
compatibilidad con el sistema postal internacional.
9.1.2 Factores sociales y culturales
Democratización
de la comunicación
La democratización de
la comunicación durante la segunda mitad del siglo XIX constituyó un factor
social fundamental para el posterior desarrollo de la tarjeta postal ilustrada
en España. Las transformaciones en las prácticas comunicativas, la expansión de
la alfabetización y el acceso creciente a medios de comunicación crearon las
condiciones sociales necesarias para la adopción masiva de nuevos formatos
comunicativos como la postal ilustrada (Vega, 2017). Esta democratización
comunicativa no fue un proceso homogéneo, sino que reflejó las desigualdades y
particularidades del desarrollo social español, con importantes diferencias
regionales y sociales en el acceso a la cultura escrita y visual.
La expansión de la
alfabetización durante este período, aunque limitada en comparación con
otros países europeos, amplió significativamente los públicos potenciales para
medios de comunicación escrita como la tarjeta postal. Las reformas educativas
implementadas en diferentes contextos nacionales crearon nuevos públicos
lectores que podían participar en prácticas comunicativas anteriormente
restringidas a élites educadas (López-Mondejar, 2018). Esta expansión educativa
no solo aumentó las competencias de lectoescritura, sino que transformó las
expectativas sociales sobre el acceso a la información y la cultura.
La accesibilidad
económica de las tarjetas postales para todas las clases sociales
constituyó uno de los factores fundamentales de su éxito masivo, democratizando
el acceso a productos culturales que anteriormente permanecían restringidos a
élites económicas. Los precios accesibles de las postales ilustradas permitían
a sectores sociales amplios participar en prácticas de consumo cultural,
coleccionismo y comunicación visual que contribuían a su integración en formas
modernas de sociabilidad (Riego, 2000). Esta democratización cultural
representó una innovación social significativa que anticipó desarrollos posteriores
en la cultura de masas española.
Desarrollo
de cultura visual
El desarrollo de la
cultura visual durante la segunda mitad del siglo XIX constituyó un factor
cultural determinante para la posterior recepción masiva de la tarjeta postal
ilustrada. La familiarización progresiva con la lectura e interpretación de
imágenes, la expansión de la prensa ilustrada y la creciente presencia de la
fotografía en la vida cotidiana crearon las competencias visuales necesarias
para la adopción de nuevos medios de comunicación visual (Fontanella, 1999).
Esta evolución de la cultura visual no fue un proceso aislado, sino que se
inscribió en transformaciones más amplias de las formas de representación y
consumo cultural que caracterizaron la modernidad emergente.
La prensa ilustrada
desempeñó un papel fundamental en la formación de públicos familiarizados con
la lectura de imágenes y la integración de texto e imagen como forma
comunicativa. Publicaciones como La Ilustración Española y Americana,
establecida en 1869, contribuyeron decisivamente a la difusión de códigos
visuales y convenciones estéticas que posteriormente influirían en la
producción postal (Sánchez Vigil, 2007). Estas publicaciones no solo difundían
imágenes, sino que establecían marcos interpretativos y valorativos que
condicionarían la posterior recepción de productos visuales como las postales
ilustradas.
La fotografía
comercial y turística desarrollada durante las décadas de 1870 y 1880
constituyó el antecedente directo más significativo del contenido postal
turístico que caracterizaría el fenómeno de la postal ilustrada. Las
competencias técnicas desarrolladas por los estudios fotográficos
especializados en vistas urbanas y monumentales proporcionaron tanto las
habilidades como las bibliotecas de imágenes necesarias para la posterior
producción masiva de postales ilustradas (Almarcha, 2006). Esta especialización
comercial en vistas urbanas creó bibliotecas de imágenes que posteriormente
serían adaptadas para su reproducción en formato postal.
Transformaciones
en movilidad y turismo
Las transformaciones
en la movilidad geográfica durante la segunda mitad del siglo XIX
constituyeron un factor social determinante para el posterior desarrollo de la
tarjeta postal ilustrada. La expansión de las redes ferroviarias, la mejora de
las infraestructuras de transporte y el incremento de los desplazamientos tanto
nacionales como internacionales crearon nuevas necesidades comunicativas que el
sistema postal tradicional no podía satisfacer adecuadamente (Villena, 2017). Estas
transformaciones en la movilidad no solo ampliaron las posibilidades de
desplazamiento físico, sino que generaron nuevas formas de relación con el
territorio y nuevas prácticas de sociabilidad a distancia.
La emergencia del
turismo moderno durante este período introdujo nuevas modalidades de
movilidad geográfica que requerían medios de comunicación adaptados a las
necesidades específicas de los viajeros. El desarrollo de la retratística
turística comercial ilustra cómo los turistas comenzaron a documentar sus
visitas mediante la compra de retratos con fondos locales, estableciendo
prácticas culturales que prefiguraban el uso posterior de postales como
souvenirs y medios de comunicación de experiencias de viaje (López-Mondejar,
2018). Esta nueva forma de movilidad demandaba medios comunicativos que
combinaran funcionalidad práctica con valor conmemorativo.
La separación
familiar y laboral creciente como consecuencia de los procesos migratorios
internos asociados a la industrialización y urbanización creó demandas
específicas de comunicación rápida y económica que mantuviera los vínculos
sociales a pesar de la distancia geográfica. Los trabajadores migrantes
experimentaron transformaciones que abarcaron cambios fundamentales en las
estructuras sociales y familiares, generando necesidades comunicativas
específicas que la postal ilustrada podría satisfacer eficientemente (Riego,
2000). Esta reconfiguración de las redes sociales demandaba medios de
comunicación adaptados a las nuevas formas de organización social.
9.2 El modelo explicativo
9.2.1 Condiciones necesarias
Convergencia
tecnológica indispensable
La convergencia
tecnológica entre diferentes innovaciones técnicas constituyó una condición
necesaria indispensable para el surgimiento y desarrollo de la tarjeta postal
ilustrada en España. Esta convergencia no fue resultado de un desarrollo lineal
y progresivo, sino de la intersección de múltiples trayectorias tecnológicas
que alcanzaron simultáneamente niveles de madurez suficientes para hacer viable
la producción masiva de postales ilustradas (Sánchez Vigil, 2007). La
sincronización temporal de estas innovaciones creó una ventana de oportunidad
tecnológica que hizo posible la emergencia de un nuevo medio de comunicación
visual.
La integración entre
fotografía e impresión masiva a través de la fototipia marcó un momento
decisivo en la historia de la comunicación visual, permitiendo por primera vez
la reproducción industrial de imágenes fotográficas con calidad superior y
costes relativamente controlados. Esta integración no fue meramente técnica,
sino que implicó la convergencia de tradiciones artesanales y industriales
previamente separadas (Almarcha, 2006). El desarrollo de talleres
especializados en fototipia requería la combinación de competencias fotográficas,
químicas e impresoras que tradicionalmente habían permanecido separadas,
produciendo nuevos perfiles profesionales y nuevas formas de organización del
trabajo.
La estandarización
internacional de formatos y procedimientos postales proporcionó el marco técnico
y administrativo necesario para la circulación eficiente de tarjetas postales a
escala nacional e internacional. Esta estandarización, promovida por
instituciones como la Unión Postal Universal, facilitó tanto la producción como
la distribución de postales, eliminando barreras técnicas y administrativas que
habían limitado el intercambio postal internacional (Villena, 2017). Los
estándares técnicos establecidos durante este período influirían en el
desarrollo posterior de la industria postal, estableciendo convenciones que
perdurarían durante décadas.
Transformaciones
sociales facilitadoras
Las transformaciones
sociales que caracterizaron la segunda mitad del siglo XIX en España
constituyeron condiciones necesarias que facilitaron la adopción masiva de la
tarjeta postal ilustrada como medio de comunicación y producto cultural. Estas
transformaciones no fueron específicas del contexto postal, sino que formaron
parte de procesos más amplios de modernización social que reconfiguraron las
formas de comunicación, consumo cultural y sociabilidad (Vega, 2017). La
comprensión de estas transformaciones resulta fundamental para explicar cómo un
nuevo medio de comunicación pudo encontrar aplicaciones sociales significativas
en contextos diversos.
La formación de públicos
familiarizados con la lectura e interpretación de imágenes constituyó una
condición social necesaria para la posterior adopción masiva de la postal
ilustrada. La expansión de la prensa ilustrada, la difusión de la fotografía y
el desarrollo de nuevas formas de cultura visual crearon las competencias
necesarias para la recepción de productos que combinaban texto e imagen como
forma comunicativa (Fontanella, 1999). Estas competencias visuales no estaban
distribuidas homogéneamente en la sociedad española, sino que reflejaban las
desigualdades educativas y culturales que caracterizaban el desarrollo social
del país.
Las nuevas formas de
movilidad geográfica y social que emergieron durante este período crearon
demandas específicas de comunicación que el sistema epistolar tradicional no
podía satisfacer adecuadamente. La separación familiar y laboral, el desarrollo
del turismo y la intensificación de los intercambios comerciales generaron
necesidades comunicativas específicas que requerían medios adaptados a las
nuevas realidades sociales (López-Mondejar, 2018). Estas demandas comunicativas
emergentes constituyeron el sustrato social sobre el que se desarrollaría
posteriormente el fenómeno de la postal ilustrada.
Marco
institucional apropiado
El marco institucional
que regulaba los sistemas de comunicación postal constituyó una condición
necesaria para el desarrollo de la tarjeta postal ilustrada en España. Las
transformaciones en las políticas postales, la liberalización del mercado y la
creación de instituciones internacionales de coordinación establecieron el
contexto regulatorio que haría viable la producción y circulación masiva de
postales ilustradas (Riego, 2000). Este marco institucional no fue resultado de
un diseño deliberado orientado hacia el desarrollo postal, sino de
transformaciones más amplias en las concepciones sobre el papel del Estado y el
mercado en la regulación de las comunicaciones.
La liberalización del
mercado postal durante la década de 1890 representó una transformación
institucional decisiva que permitió la transición desde el monopolio estatal
hacia un mercado privado dinámico y competitivo. Esta apertura a la iniciativa
privada estableció un marco regulatorio que combinaba supervisión estatal con
libertad comercial, creando las condiciones para la innovación en diseño,
contenidos y estrategias comerciales que caracterizarían el posterior
desarrollo de la postal ilustrada (Sánchez Vigil, 2007). La regulación de la
competencia entre el sector público y privado requirió el desarrollo de marcos
normativos específicos que garantizaran tanto la calidad técnica como la
compatibilidad con el sistema postal internacional.
La cooperación
internacional a través de instituciones como la Unión Postal Universal
proporcionó el marco normativo y técnico necesario para la consolidación del
sistema postal como medio de comunicación verdaderamente internacional. Esta
cooperación institucional resultó fundamental para superar las barreras
administrativas y técnicas que limitaban la comunicación postal transnacional
durante el período anterior (Villena, 2017). La armonización de procedimientos,
formatos y tarifas facilitó tanto la producción como la circulación de postales
entre diferentes países, eliminando barreras técnicas y administrativas que
habían limitado el intercambio postal internacional.
9.2.2 Condiciones suficientes
Demanda
social efectiva
La existencia de una demanda
social efectiva para productos que combinaran comunicación textual,
representación visual y función conmemorativa constituyó una condición
suficiente fundamental para el desarrollo exitoso de la tarjeta postal
ilustrada en España. Esta demanda no era meramente potencial, sino que se
manifestó en prácticas concretas de consumo, coleccionismo y comunicación que
demostraron la viabilidad comercial y cultural del nuevo medio (Almarcha,
2006). La comprensión de esta demanda efectiva resulta fundamental para
explicar cómo las condiciones necesarias identificadas anteriormente pudieron
traducirse en un fenómeno cultural y comercial de masas.
La multifuncionalidad
de la postal ilustrada como medio de comunicación, souvenir turístico, objeto
de colección y vehículo de memoria visual amplió significativamente su base
potencial de usuarios, creando mercados diversificados que sustentarían su viabilidad
comercial. Las postales ilustradas funcionaban simultáneamente como medios de
comunicación, objetos de colección, souvenirs turísticos y vehículos de memoria
visual, optimizando su valor para diferentes tipos de consumidores (Riego,
2000). Esta multifuncionalidad explicaba tanto su éxito comercial como su
impacto cultural en una sociedad que experimentaba transformaciones aceleradas
en sus formas de comunicación y consumo.
El éxito comercial
inmediato de las primeras postales ilustradas demostró la existencia de una
demanda latente que el sistema comunicativo anterior no había satisfecho
adecuadamente. La "época de gran auge a finales del siglo XIX y principios
del XX" representó la consolidación definitiva de la postal ilustrada como
fenómeno cultural y comercial de masas que transformó tanto las formas de
comunicación como las prácticas de consumo cultural en España (Vega, 2017).
Este auge no fue un fenómeno espontáneo, sino el resultado de la convergencia
entre innovaciones técnicas, liberalización comercial y transformaciones
sociales que crearon condiciones favorables para el desarrollo de nuevos
mercados culturales.
Viabilidad
económica
La viabilidad
económica de la producción y distribución masiva de tarjetas postales
ilustradas constituyó una condición suficiente fundamental para su desarrollo
como industria cultural. Esta viabilidad no dependía exclusivamente de factores
técnicos o de demanda, sino de la configuración de modelos de negocio
específicos que optimizaran tanto los costes de producción como las estrategias
de comercialización (Sánchez Vigil, 2007). La comprensión de estos modelos
económicos resulta fundamental para explicar cómo las innovaciones técnicas
pudieron traducirse en productos comercialmente viables dirigidos a mercados masivos.
Las economías de
escala logradas mediante la producción industrial de postales ilustradas
permitieron reducir significativamente los costes unitarios, haciendo viable la
comercialización de productos de calidad a precios accesibles para amplios sectores
sociales. La capacidad de producción masiva alcanzada por empresas como Hauser
y Menet, llegando a producir "medio millón de tarjetas" mensuales,
ilustra la escala industrial que había alcanzado la empresa y la dimensión del
mercado postal español a principios del siglo XX (Almarcha, 2006). Esta
producción masiva requería coordinación eficiente de múltiples procesos
especializados y desarrollo de sistemas de gestión que optimizaran la
eficiencia operativa.
La segmentación del
mercado postal en categorías específicas optimizó las oportunidades
comerciales mediante la diversificación de productos dirigidos a diferentes
tipos de consumidores. El desarrollo de múltiples categorías de postales
durante este período reflejó tanto la sofisticación del mercado como la
capacidad de la industria para responder a demandas específicas de diferentes
segmentos de consumidores (Fontanella, 1999). Las categorías temáticas incluían
vistas urbanas y monumentos, paisajes naturales, tipos populares y costumbres,
escenas históricas, reproducciones artísticas y postales conmemorativas que
atendían intereses específicos de diferentes públicos.
Innovación
empresarial
La innovación
empresarial en la producción y comercialización de tarjetas postales
ilustradas constituyó una condición suficiente decisiva para su desarrollo
exitoso como industria cultural. Esta innovación no se limitó a aspectos
puramente técnicos, sino que abarcó dimensiones organizativas, comerciales y
estéticas que transformaron fundamentalmente las posibilidades del medio postal
(López-Mondejar, 2018). La comprensión de estas innovaciones empresariales
resulta fundamental para explicar cómo las condiciones técnicas y sociales
identificadas anteriormente pudieron traducirse en productos culturales
exitosos dirigidos a mercados masivos.
El surgimiento de
empresas especializadas en la producción de postales ilustradas durante la
década de 1890 representó un fenómeno empresarial significativo que transformó
tanto la estructura del mercado como las características del producto postal.
Estas empresas combinaban competencias técnicas en reproducción gráfica con
estrategias comerciales específicas orientadas hacia mercados segmentados y
demandas especializadas (Riego, 2000). El desarrollo de esta industria
especializada reflejaba tanto las oportunidades comerciales identificadas como
las capacidades técnicas emergentes que hacían viable la producción masiva de
materiales gráficos de calidad.
La innovación en
diseño e ilustración constituyó el factor diferencial más significativo que
distinguió la producción privada de la oferta monopolística anterior. Las
empresas privadas introdujeron concepciones estéticas que integraban
tradiciones artísticas con demandas comerciales, desarrollando lenguajes
visuales específicos que combinaban funcionalidad comunicativa con atractivo
estético (Vega, 2017). Esta innovación no se limitaba a aspectos puramente
visuales, sino que implicaba la creación de nuevos códigos de comunicación que
anticiparían desarrollos posteriores en la cultura visual masiva.
Conclusiones sobre la convergencia de factores
El análisis de la convergencia
de factores que hizo posible el surgimiento y desarrollo de la tarjeta
postal ilustrada en España revela la complejidad de un proceso que no puede
reducirse a explicaciones monocausales. La postal ilustrada no fue resultado
exclusivo de innovaciones técnicas, transformaciones sociales o cambios
institucionales aislados, sino de la intersección
sincrónica de múltiples factores que crearon tanto las condiciones
necesarias como suficientes para su desarrollo exitoso (Almarcha, 2006). Esta
perspectiva multifactorial permite comprender cómo un simple medio de
comunicación postal evolucionó hasta convertirse en uno de los productos
culturales más exitosos de la modernidad española.
El modelo explicativo
propuesto distingue entre condiciones necesarias y suficientes, reconociendo
que la mera existencia de posibilidades técnicas o marcos institucionales
favorables no garantiza el desarrollo exitoso de un nuevo medio de comunicación.
La convergencia tecnológica, las transformaciones sociales facilitadoras y el
marco institucional apropiado constituyeron condiciones necesarias que hicieron
posible la emergencia de la postal ilustrada, pero fue la existencia de una
demanda social efectiva, la viabilidad económica de su producción y la
innovación empresarial lo que garantizó su consolidación como fenómeno cultural
y comercial de masas (Sánchez Vigil, 2007). Esta distinción analítica permite
comprender tanto las posibilidades como las realizaciones efectivas del medio
postal en el contexto español.
La síntesis de
factores tecnológicos, sociales, culturales, institucionales y económicos
que caracterizó el desarrollo de la tarjeta postal ilustrada en España ofrece
un modelo interpretativo que puede aplicarse al análisis de otros fenómenos
comunicativos y culturales. La comprensión de cómo diferentes factores
convergen para crear las condiciones de posibilidad de nuevos medios de
comunicación proporciona herramientas analíticas valiosas para el estudio de la
historia de la comunicación y la cultura visual (Villena, 2017). Este enfoque
multifactorial trasciende las limitaciones de perspectivas deterministas, ya
sean tecnológicas o sociales, para ofrecer una comprensión más compleja y
matizada de los procesos de innovación y cambio cultural.
En síntesis, el período 1869-1900 representa una fase fundamental en la historia de la
comunicación visual española que estableció las bases para el desarrollo de uno
de los fenómenos culturales más significativos de la modernidad. La
convergencia entre factores tecnológicos, sociales, culturales, institucionales
y económicos creó las condiciones necesarias y suficientes para el surgimiento
y consolidación de la tarjeta postal ilustrada como medio de comunicación
visual masiva (Riego, 2000). Esta transformación no fue meramente técnica o
comercial, sino que reflejó cambios profundos en las formas de comunicación,
consumo cultural e identidad social que caracterizarían el desarrollo posterior
de la sociedad española.
Referencias bibliográficas
- Almarcha, E. (2006). Hauser y Menet: pioneros de la tarjeta postal ilustrada en España. Madrid: Espasa.
- Fontanella, L. (1999). La historia de la fotografía en España desde sus orígenes hasta 1900. Madrid: El Viso.
- López-Mondejar, P. (2018). 150 años de fotografía en España. Madrid: Fundación Banco Santander.
- Riego, B. (2000). La construcción social de la realidad a través de la fotografía. Santander: Universidad de Cantabria.
- Sánchez Vigil, J. M. (2007). Del daguerrotipo a la Instamatic. Gijón: Trea.
- Vega, C. (2017). Fotografía en España (1839-2015): historia, tendencias, estéticas. Madrid: Cátedra.
- Villena, R. (2017). "La tarjeta postal como documento histórico: una aproximación visual a la Primera Guerra Mundial". Vínculos de Historia, 6, 228-252.
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