Buscar este blog

15/6/25

4.3. La Edad de Oro (1901-1905)

 4.1. El Apogeo del Fenómeno Postal

Entre 1901 y 1905, el envío y coleccionismo de postales alcanzó su apogeo en España, constituyendo la denominada "edad de oro" de la tarjeta postal por el volumen y la calidad de las mismas (Teixidor, 1999). Durante estos años, la postal se convirtió en símbolo de los nuevos tiempos, y su circulación masiva reflejaba el dinamismo social y cultural de la época (Riego, 2011). La producción mensual de postales llegó a cifras notables, como el medio millón de tarjetas editadas mensualmente por la empresa Hauser y Menet en 1902 (Carrasco, 1992). En 1931 circularon aproximadamente veintiséis millones de postales en España, mientras que tan solo once años antes, la cifra apenas había alcanzado los nueve millones (Biblioteca Nacional de España, 2014).

4.2. Diversificación Temática y Función Social

Las temáticas de las postales españolas abarcaron desde vistas urbanas y paisajes rurales hasta acontecimientos históricos, retratos, escenas costumbristas y motivos publicitarios (Berenguer et al., 2019). Se comercializaron muchos tipos de postales: dibujadas, adornadas, en relieve, incluso perfumadas (Guereña, 2005). Las escenas urbanas se convirtieron en motivos protagonistas, mostrando el peculiar progreso o desarrollo de cada ciudad en sus aspectos productivos, sociales, culturales y urbanísticos (Otero, 2016). El lenguaje escrito empleado en las tarjetas postales se asemejaba al del telégrafo, por la necesidad de ajustar el texto a un espacio escaso, motivando la selección de breves y expresivas palabras (Ripert & Frère, 1983).

5. Principales Empresas Editoras

5.1. Hauser y Menet: Pioneros de la Industria Postal

La empresa Hauser y Menet fue una de las grandes empresas editoriales españolas, cuya trayectoria comenzó en 1891 y se extendió durante casi 90 años, cerrando en 1979 debido a problemas económicos (Carrasco, 1992). En 1890, dos fotógrafos suizos, Óscar Hauser Muller y Adolfo Menet Kurstiner, se instalaron en Madrid, fundando en la calle de la Ballesta una empresa de artes gráficas que iba a convertirse en la empresa editora de postales más importante de España (Teixidor, 1999). Su especialidad era la impresión fotomecánica por el procedimiento calificado de "fototipia", capaz de reproducir fotografías con gran nitidez (Guereña, 2005). El catálogo de Hauser y Menet era realmente impresionante, con la serie general (numerada hasta el nº 2.078) que se interesaba por casi toda España, la serie cromolitográfica, la serie del Museo del Prado, la serie "Periódicos" y la serie "Landáburu Hermanos" (Carrasco, 1992).

5.2. Otras Empresas Destacadas

La Fototipia Lacoste, antigua casa Laurent, que fotografió de forma sistemática ciudades, monumentos o personajes de España en la segunda mitad del XIX, se convirtió en otra destacada imprenta española especializada en tarjetas postales (Biblioteca Nacional de España, 2014). La casa Thomas, ubicada en Barcelona y ligada a los orígenes de la fotomecánica en España, también empezó a producir postales a partir de 1901, resultando conocidas sus abundantes vistas de ciudades posteriores a 1905 (Restrepo, 2010). Diversos impresores y editores extranjeros se introdujeron en el mercado español, destacando la casa Purger & Co. de Múnich, por estar impresas en colores con el proceso del fotocromo, y las ediciones de Knackstedt y Näther (Hamburgo) o Stengel & Co. (Dresde) (Teixidor, 1999). Numerosos fotógrafos locales editaron postales impresas por Hauser y Menet u otros, e incontables establecimientos comerciales promovieron sus propias ediciones (Guereña, 2005).

6. La Transformación Normativa de 1906

6.1. La División del Reverso

A finales de 1905, la Dirección General de Correos y Telégrafos del Ministerio de la Gobernación estipuló la división del reverso de las tarjetas postales, diferenciando el espacio para la dirección y el texto (Biblioteca Nacional de España, 2014). Esta decisión permitió que las imágenes del anverso crecieran en tamaño, llegando a ocupar toda una cara, y abrió una nueva etapa en la historia de la tarjeta postal a partir de 1906 (Ripert & Frère, 1983). La ausencia de reverso dividido permite datar con facilidad las postales anteriores a 1906 (Teixidor, 1999). Esta transformación técnica fue fundamental para el desarrollo posterior de la postal ilustrada, ya que al existir en el reverso espacio específico para el texto, disminuyó el espacio en blanco junto a la imagen y las imágenes crecieron en importancia hasta ocupar completamente el anverso (Guereña, 2005).

6.2. Impacto en la Función Comunicativa

El "Antes" y el "Después" de 1906 supuso una transformación significativa (Biblioteca Nacional de España, 2014). Antes de 1906, el reverso de la postal estaba reservado exclusivamente para la dirección del destinatario, que se escribía sobre unas líneas horizontales impresas, y el mensaje del remitente debía escribirse en los márgenes del anverso, junto a la ilustración, lo que limitaba enormemente el espacio (Ripert & Frère, 1983). Esto obligaba a usar un lenguaje telegráfico, con palabras breves y expresivas, e incluso a recurrir a la "escritura cruzada" (escribir en horizontal y luego en vertical sobre el mismo texto) para aprovechar el espacio (Guereña, 2005). A partir de 1906, el reverso se dividió con una línea vertical; la mitad derecha quedó reservada para la dirección y el sello, mientras que la mitad izquierda se destinó al mensaje del remitente (Biblioteca Nacional de España, 2014).

7. El Coleccionismo como Fenómeno Social

7.1. Revistas y Asociaciones Cartófilas

El fenómeno del coleccionismo de tarjetas postales se manifestó en Europa a mediados de la década de los setenta del siglo pasado (primero en Francia y en Gran Bretaña, algo más tarde en España, empezando por Cataluña) (Guereña, 2005). El coleccionismo de postales se consolidó como práctica social a partir de 1901, impulsado por la aparición de revistas especializadas como "Boletín de la Tarjeta Postal Ilustrada" (Barcelona), "El Coleccionista de Tarjetas Postales" (Madrid) y "España Cartófila" (Barcelona), que en 1902 contaba con más de 300 socios (Riego, 2011). La creación de asociaciones cartófilas, como la Cartófila Española Hispania fundada en Barcelona en 1901, evidencia cómo los avances técnicos generaron nuevas formas de sociabilidad e intercambio cultural (Biblioteca Nacional de España, 2014).

7.2. La Postal como Objeto de Deseo

Son muchos los mensajes que pueden leerse en las postales referidos al coleccionismo, por ejemplo, cuando alguien muestra su interés por conseguir una postal de un lugar lejano o facilitar su intercambio (Guereña, 2005). La tarjeta postal es hoy en día objeto de múltiples colecciones de base esencialmente local o regional y a veces temática (ilustradores, trenes, barcos, corridas de toros, artistas, militares...), y fuente de un activo comercio específico (presente en tiendas especializadas, en subastas, en rastros o en diversas manifestaciones comerciales periódicas referidas al "papel antiguo") (Riego, 2011). El coleccionismo se convirtió en una práctica social transversal, estimulada por la diversidad temática y la perfección técnica alcanzada (Teixidor, 1999).

8. Declive e Impacto de la Primera Guerra Mundial

8.1. Cambio de Tendencia

La Primera Guerra Mundial marcó un punto de inflexión en la historia de la tarjeta postal, provocando un estancamiento en la obsesión colectiva de circular y coleccionar postales (Riego, 2011). Las relativas dificultades de comunicación provocadas por la Gran Guerra y la expansión de la circulación de imágenes fotográficas en la prensa y revistas ilustradas iniciaron un cambio de tendencia en el mundo de la postal (Berenguer et al., 2019). Las postales perdieron calidad e interés, salvo contadas excepciones, y los grandes impresores redujeron su calidad por fallar el suministro de buenas cartulinas y tintas (Biblioteca Nacional de España, 2014).

8.2. Innovaciones en la Posguerra

A partir de 1915, y hasta la Guerra Civil española, fueron frecuentes las ediciones de postales en papel fotográfico, que eran verdaderas fotografías reproducidas en serie por expertos fotógrafos locales, con tiradas cortas y de alta calidad (Restrepo, 2010). Como ejemplo pueden citarse las excelentes series de Andrés Fabert (Valencia) o Martínez Julia (Granada), entre otras muchas (Biblioteca Nacional de España, 2014). Posteriormente, se incorporó el color y se produjeron cambios de formato, reflejando las nuevas demandas sociales y turísticas (Otero, 2016). El envío de postales pervivió como medio de comunicación de masas hasta fechas recientes, conviviendo con la aparición del cine, la televisión y la informática (Mirzoeff, 2003).

9. La Segunda República y la Guerra Civil

9.1. Desaparición de la Censura y Uso Propagandístico

Con la llegada en 1931 de la Segunda República desapareció la censura de años anteriores (Docutren, 2012). Durante la Guerra Civil fue muy utilizada la tarjeta postal, tanto como medio de comunicación personal como instrumento propagandístico político e ideológico (Box, 2007). La tarjeta postal fue utilizada como herramienta de propaganda política y militar por ambos bandos durante la contienda (Biblioteca Nacional de España, 2014). En la zona republicana se crearon las denominadas "postales de campaña" con la finalidad de difundirlas gratuitamente entre los combatientes (Almarcha & Villena, 2019). Estaban sometidas a censura y no podían mostrar imágenes de localidades por cuestiones de inteligencia militar (Box, 2007).

9.2. La Postal como Documento Histórico

Entre el infinito repertorio de temas reflejados por las tarjetas, tienen un significativo protagonismo los acontecimientos históricos, como las series editadas sobre el atentado contra el rey Alfonso XIII, la Semana Trágica de Barcelona o el ingente volumen relacionado con la Primera Guerra Mundial (Berenguer et al., 2019). Como instrumento de comunicación, a la vez escrita y visual, la tarjeta postal ilustrada permite un acercamiento pormenorizado de las realidades sociales y una comprensión generalizada de sus representaciones estereotipadas (Guereña, 2005). La esencia postal de la tarjeta, que circulaba de lugar en lugar además a la vista, potencia el efecto multiplicador que tenía al convertir una imagen en millares de visualizaciones (Almarcha & Villena, 2019).

10. Conclusiones: La Tarjeta Postal como Patrimonio Cultural

10.1. Valor Documental y Fuente para la Investigación

La tarjeta postal constituye una fuente privilegiada para el estudio de la historia social, la iconografía urbana y la memoria visual de España (Berenguer et al., 2019). Su análisis permite reconstruir procesos de cambio social, identificar transformaciones en el paisaje y la vida cotidiana, y rastrear la evolución de los gustos y sensibilidades colectivas (Riego, 2011). La postal se revela como documento histórico de primer orden, capaz de iluminar aspectos poco conocidos de la vida española entre 1900 y 1936 (Guereña, 2005). La contribución de la tarjeta postal a la configuración iconográfica de la ciudad contemporánea y sus principales hitos urbanos en el siglo pasado ha sido decisiva, según afirma Bernardo Riego, para quien sería viable cotejar diferentes colecciones de tarjetas y comprobar la permanencia en el tiempo de determinados espacios con una elevada representatividad social (Riego, 2011).

10.2. Preservación y Revalorización

En los últimos años del siglo XX, las tarjetas postales se han convertido en objeto de deseo de muchos coleccionistas particulares, y han aparecido bastantes publicaciones sobre el tema (Riego, 2011). Son escasas las colecciones públicas de tarjetas postales en España, destacando los fondos del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla o del Archivo de la Diputación Provincial de Cádiz (Biblioteca Nacional de España, 2014). La Biblioteca Nacional de España posee la colección más significativa del país con un total de 493.985 documentos (Biblioteca Nacional de España, 2014). La postal ilustrada se ha convertido también en soporte de estudios que tienden a inventariar el patrimonio iconográfico español en sus distintas regiones (Guereña, 2005). En las últimas décadas, la tarjeta postal ha experimentado un renovado interés como objeto de estudio y de colección, reflejo de la creciente valoración de la cultura material y la memoria visual (Riego, 2011).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.