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23/6/25

CAPÍTULO VI: EXPOSICIONES INTERNACIONALES Y PROMOCIÓN CULTURAL (1851-1890)

 El período comprendido entre 1851 y 1890 representa una fase de transformación fundamental en la proyección cultural y la promoción internacional de España a través de las Exposiciones Universales e Internacionales. Durante estas cuatro décadas se consolidaron formas específicas de representación nacional que establecieron las bases para la posterior construcción de imaginarios visuales sobre España, tanto hacia el exterior como para el consumo interno (Sánchez Vigil et al., 2022). Las Exposiciones Universales funcionaron como catalizadores de modernidad que permitieron a España, a pesar de su posición periférica en el contexto europeo, participar en los circuitos internacionales de intercambio cultural y tecnológico, estableciendo precedentes fundamentales para el posterior desarrollo de la industria gráfica y la comunicación visual en el país.

6.1 Las Exposiciones como catalizador

6.1.1 Contexto de las Exposiciones Universales

Función promocional y cultural

Las Exposiciones Universales durante la segunda mitad del siglo XIX constituyeron escenarios privilegiados para la representación y promoción de las identidades nacionales en un contexto de creciente competencia internacional. En el caso español, la participación en estos eventos reflejaba las tensiones entre diferentes concepciones de la identidad nacional y las aspiraciones de modernización del país (Almarcha y Villena, 2020). La construcción de la identidad española adquirió especial relevancia en el contexto de las Exposiciones Universales del siglo XIX, donde la pérdida de su antigua condición de gran potencia internacional, su pluralidad cultural y el contraste de sus costumbres con respecto al resto del continente europeo situaban a España en una encrucijada, allí donde se diluían los límites entre Oriente y Occidente, donde tradición y modernidad, exotismo y civilización, terminaban confundiéndose (Almarcha y Villena, 2019).

La función promocional de las Exposiciones Universales para España se articulaba en torno a dos ejes fundamentales: por un lado, la presentación de los avances industriales y tecnológicos que demostraran la capacidad del país para incorporarse a la modernidad europea; por otro, la exhibición de elementos culturales distintivos que reforzaran la singularidad española en el contexto internacional (Vega, 2017). Esta dualidad generaba tensiones significativas en la representación nacional, oscilando entre la imagen de una España moderna y progresista y la de una España exótica y pintoresca que respondía a las expectativas románticas del público europeo.

La participación de España en las exposiciones universales del siglo XIX y de la primera mitad del XX no se puede decir que fuera especialmente relevante, aunque es cierto que en determinados momentos la administración realizó esfuerzos considerables por mostrar la pretendida esencia y los progresos de la nación (Sánchez Vigil, 2018). Es sin duda en la exposición de París de 1878 donde la presencia de España alcanzó una mayor resonancia internacional, aunque la gloria entonces alcanzada no sólo no se correspondía con la situación económico-social del país, sino que se fundamentaba en el éxito de un pabellón nacional de diseño marcadamente exotista (Sánchez Vigil, 2018).

Necesidad de materiales conmemorativos

La necesidad de materiales conmemorativos surgió como respuesta a la creciente importancia de las Exposiciones Universales como eventos de proyección internacional y como parte de las estrategias de promoción nacional. Estos materiales cumplían una doble función: por un lado, servían como recuerdos para los visitantes, extendiendo la experiencia de la exposición más allá de su duración temporal; por otro, funcionaban como vehículos de difusión de las imágenes y mensajes que se querían asociar con la identidad nacional española (Almarcha y Villena, 2019).

Los materiales conmemorativos producidos en el contexto de las Exposiciones Universales incluían una amplia variedad de objetos, desde medallas y diplomas hasta publicaciones ilustradas y, posteriormente, tarjetas postales (Riego, 2010). Estos objetos no eran meros souvenirs, sino que constituían elementos fundamentales en la construcción y difusión de discursos sobre la identidad nacional, funcionando como vehículos de propaganda cultural tanto hacia el exterior como para el consumo interno.

La evolución de los materiales conmemorativos durante este período refleja tanto los avances técnicos en la reproducción de imágenes como las transformaciones en las estrategias de representación nacional (Vega, 2011). Si en las primeras exposiciones predominaban los objetos únicos o de producción limitada, como medallas o diplomas, progresivamente se fue desarrollando una industria de producción masiva de souvenirs que anticiparía el posterior desarrollo de la industria postal.

Precedente de postales turísticas y promocionales

Los materiales conmemorativos producidos en el contexto de las Exposiciones Universales constituyeron un precedente directo de las posteriores postales turísticas y promocionales que se desarrollarían a finales del siglo XIX y principios del XX (Almarcha y Villena, 2019). Estos materiales establecieron convenciones visuales y temáticas que influirían decisivamente en la configuración de la imagen turística de España durante las décadas siguientes.

La selección de motivos para estos materiales conmemorativos anticipaba las temáticas que posteriormente caracterizarían la producción postal española: monumentos históricos, vistas urbanas, tipos populares y escenas costumbristas (Riego, 2010). Esta selección no era neutral, sino que respondía a estrategias específicas de representación nacional que buscaban destacar determinados aspectos de la identidad española en detrimento de otros.

La función comunicativa de estos materiales conmemorativos, combinando imagen y texto en formatos estandarizados y reproducibles, estableció precedentes fundamentales para el posterior desarrollo de la tarjeta postal como medio de comunicación visual masiva (Sánchez Vigil, 2007). La experiencia adquirida en la producción y distribución de estos materiales proporcionó las bases técnicas y comerciales para la posterior industria postal española.

6.1.2 Desarrollo de souvenirs gráficos

Comercialización de recuerdos visuales

La comercialización de recuerdos visuales en el contexto de las Exposiciones Universales constituyó un fenómeno cultural y económico significativo que transformó las relaciones entre evento, visitante y representación nacional. Estos souvenirs permitían a los visitantes llevarse consigo fragmentos visuales de la exposición, extendiendo su influencia más allá del espacio y tiempo del evento (Almarcha y Villena, 2020). La comercialización de estos recuerdos visuales no era una actividad marginal, sino que formaba parte integral de la economía de las exposiciones y de las estrategias de promoción nacional.

Los recuerdos visuales comercializados en las Exposiciones Universales incluían una amplia variedad de formatos, desde grabados y litografías hasta fotografías y, posteriormente, tarjetas postales (Sánchez Vigil, 2007). La evolución de estos formatos refleja tanto los avances técnicos en la reproducción de imágenes como las transformaciones en las expectativas y demandas del público visitante.

La profesionalización de la producción y comercialización de souvenirs gráficos durante este período sentó las bases para el posterior desarrollo de industrias especializadas en la producción de materiales visuales para el consumo turístico (Vega, 2017). Las estrategias comerciales, los canales de distribución y los formatos desarrollados en el contexto de las Exposiciones Universales influirían decisivamente en la configuración de la industria postal española.

Establecimiento de la función conmemorativa

El establecimiento de la función conmemorativa de los souvenirs gráficos transformó fundamentalmente su significado cultural y su valor social. Estos objetos no eran meros recuerdos personales, sino que funcionaban como vehículos de memoria colectiva que permitían a sus poseedores participar simbólicamente en eventos de significación nacional e internacional (Almarcha y Villena, 2019). Esta función conmemorativa dotaba a los souvenirs de un valor que trascendía su materialidad y su precio, convirtiéndolos en objetos culturalmente significativos.

La función conmemorativa de estos souvenirs se articulaba en torno a la representación visual de elementos emblemáticos de las exposiciones, como pabellones nacionales, monumentos destacados o vistas generales del recinto expositivo (Riego, 2010). Estas representaciones visuales no eran neutrales, sino que respondían a estrategias específicas de construcción de memoria que privilegiaban determinados aspectos del evento en detrimento de otros.

La evolución de la función conmemorativa durante este período refleja transformaciones más amplias en las concepciones de la memoria colectiva y la identidad nacional (Vega, 2011). Si en las primeras exposiciones predominaba una concepción monumental y oficial de la conmemoración, progresivamente se fue desarrollando una aproximación más diversa y comercial que anticiparía las formas posteriores de conmemoración visual masiva.

Internacionalización de códigos visuales

La internacionalización de códigos visuales a través de los souvenirs gráficos de las Exposiciones Universales constituyó un proceso fundamental que transformó tanto las formas de representación nacional como las expectativas visuales de los públicos internacionales (Almarcha y Villena, 2020). Estos souvenirs funcionaban como vehículos de circulación transnacional de imágenes y convenciones visuales, contribuyendo a la formación de un lenguaje visual compartido a escala internacional.

Los códigos visuales desarrollados en el contexto de las Exposiciones Universales establecían convenciones específicas para la representación de naciones, culturas y avances tecnológicos que influirían decisivamente en la configuración de imaginarios visuales internacionales (Sánchez Vigil, 2007). En el caso español, estos códigos oscilaban entre la representación de una España moderna y progresista y la de una España exótica y pintoresca que respondía a las expectativas románticas del público europeo.

La circulación internacional de estos códigos visuales a través de los souvenirs gráficos contribuyó a la formación de imaginarios compartidos sobre las diferentes naciones participantes, estableciendo precedentes fundamentales para el posterior desarrollo de la comunicación visual turística (Vega, 2017). Esta circulación no era unidireccional, sino que implicaba procesos complejos de adaptación, apropiación y resistencia que reflejaban las tensiones inherentes a la representación nacional en contextos internacionales.

6.2 Impacto en la industria gráfica

6.2.1 Profesionalización del sector

Desarrollo de empresas especializadas

El desarrollo de empresas especializadas en la producción de materiales gráficos durante la segunda mitad del siglo XIX constituyó un proceso fundamental que transformó tanto las capacidades técnicas como la organización económica del sector en España. Las Exposiciones Universales funcionaron como catalizadores de este proceso, generando demandas específicas que estimularon la especialización y profesionalización de la industria gráfica española (Sánchez Vigil, 2007). Este desarrollo empresarial sentó las bases para la posterior consolidación de la industria postal española a finales del siglo XIX.

Entre las empresas pioneras destaca el caso de Hauser y Menet, establecida en Madrid desde 1890, que representó uno de los casos más significativos en la aplicación comercial de la técnica de impresión fototípica para la producción de postales ilustradas (Almarcha, 2006). Esta empresa demostró la viabilidad comercial de la integración entre innovación técnica y estrategias de mercado orientadas hacia la producción masiva de materiales gráficos de calidad, alcanzando una capacidad de producción de medio millón de tarjetas mensuales en 1902.

La especialización técnica de estas empresas reflejaba tanto los avances en las tecnologías de reproducción como las transformaciones en las demandas del mercado (Vega, 2011). La adopción de técnicas como la fototipia permitió la reproducción masiva de imágenes fotográficas con calidad superior y costes relativamente controlados, creando las condiciones técnicas necesarias para el posterior desarrollo de la industria postal.

Estandarización de formatos y calidades

La estandarización de formatos y calidades en la industria gráfica española durante este período constituyó un proceso fundamental que facilitó tanto la producción como la distribución y consumo de materiales visuales. Las Exposiciones Universales contribuyeron significativamente a este proceso, estableciendo estándares internacionales que influirían en las prácticas locales (Sánchez Vigil, 2007). Esta estandarización sentó las bases para la posterior producción masiva de tarjetas postales con formatos y calidades consistentes.

Los formatos estandarizados desarrollados durante este período respondían tanto a consideraciones técnicas como a demandas comerciales y culturales (Riego, 2010). La adopción de formatos específicos para diferentes tipos de materiales gráficos, como vistas urbanas, retratos o reproducciones artísticas, reflejaba una creciente especialización del mercado y una comprensión sofisticada de las expectativas de los consumidores.

La calidad técnica de los materiales gráficos producidos por empresas españolas como Hauser y Menet estableció estándares de referencia para la industria, influenciando las expectativas de los consumidores y las estrategias de otros productores (Almarcha, 2006). La reputación de calidad asociada a determinadas marcas facilitó la penetración en mercados premium y la fidelización de distribuidores especializados, contribuyendo a la profesionalización del sector.

Creación de redes de distribución internacional

La creación de redes de distribución internacional para materiales gráficos españoles durante este período constituyó un logro significativo que transformó tanto el alcance como el impacto cultural de la industria. Las Exposiciones Universales funcionaron como plataformas privilegiadas para el establecimiento de estas redes, facilitando contactos comerciales y generando demandas específicas (Vega, 2017). Estas redes de distribución sentaron las bases para la posterior circulación internacional de tarjetas postales españolas.

Las estrategias de distribución desarrolladas por empresas como Hauser y Menet incluían la colaboración con distribuidores locales en diferentes países, la participación en ferias y exposiciones internacionales, y el establecimiento de relaciones comerciales con instituciones culturales y turísticas (Almarcha, 2006). Estas estrategias reflejaban una comprensión sofisticada de los mercados internacionales y una capacidad para adaptar la oferta a diferentes contextos culturales.

La circulación internacional de materiales gráficos españoles a través de estas redes contribuyó significativamente a la difusión de imágenes y representaciones de España en el extranjero, estableciendo precedentes fundamentales para la posterior construcción de la imagen turística del país (Riego, 2010). Esta circulación no era un proceso neutral, sino que implicaba selecciones y adaptaciones que reflejaban tanto las estrategias comerciales de los productores como las expectativas culturales de los mercados de destino.

6.2.2 Establecimiento de mercados

Demanda internacional de imágenes

La demanda internacional de imágenes de España durante la segunda mitad del siglo XIX constituyó un fenómeno cultural y económico significativo que transformó tanto la producción como la circulación de representaciones visuales del país. Las Exposiciones Universales contribuyeron decisivamente a la generación de esta demanda, presentando España como un destino exótico y pintoresco que atraía la curiosidad del público internacional (Almarcha y Villena, 2020). Esta demanda sentó las bases para el posterior desarrollo de la industria postal española orientada hacia mercados internacionales.

Las expectativas visuales del público internacional sobre España estaban fuertemente influenciadas por la literatura romántica y los relatos de viajeros que habían construido una imagen del país como un espacio de alteridad dentro de Europa, donde tradiciones ancestrales y costumbres pintorescas se mantenían vivas frente al avance de la modernidad industrial (Vega, 2017). Estas expectativas condicionaban tanto la demanda como la producción de imágenes, generando un circuito de retroalimentación que reforzaba determinadas representaciones estereotipadas.

La respuesta comercial a esta demanda internacional implicó el desarrollo de estrategias específicas de producción y distribución que anticiparían las posteriores prácticas de la industria turística (Riego, 2010). La selección de temas, la adaptación de formatos y la creación de series específicas para diferentes mercados reflejaban una comprensión sofisticada de las expectativas y preferencias de los consumidores internacionales.

Desarrollo de temáticas específicas

El desarrollo de temáticas específicas en la producción gráfica española durante este período constituyó un proceso fundamental que estableció los géneros visuales que posteriormente caracterizarían la producción postal. Las Exposiciones Universales funcionaron como laboratorios para la experimentación con estas temáticas, permitiendo evaluar su recepción entre públicos internacionales diversos (Sánchez Vigil, 2007). Este desarrollo temático sentó las bases para la posterior segmentación del mercado postal en categorías específicas.

Las temáticas predominantes en la producción gráfica española incluían monumentos históricos, vistas urbanas, tipos populares y escenas costumbristas, reflejando tanto las expectativas del público internacional como las estrategias de representación nacional (Almarcha y Villena, 2019). La selección y tratamiento de estas temáticas no era neutral, sino que respondía a concepciones específicas de la identidad española que se querían proyectar internacionalmente.

La especialización temática de diferentes productores reflejaba tanto estrategias comerciales como posicionamientos culturales e ideológicos (Vega, 2011). Mientras algunos se centraban en la representación de la España monumental y artística, otros privilegiaban la España pintoresca y costumbrista, generando un panorama diverso que anticiparía la posterior diversificación temática de la industria postal.

Precedente del mercado postal

El mercado de materiales gráficos desarrollado en torno a las Exposiciones Universales constituyó el precedente directo más significativo del posterior mercado postal español. Las prácticas comerciales, los canales de distribución y las expectativas de los consumidores establecidas durante este período proporcionaron el marco económico y cultural para el desarrollo de la industria postal a finales del siglo XIX (Almarcha, 2006). Este mercado no solo estableció las bases económicas, sino también las convenciones culturales que caracterizarían el consumo de tarjetas postales.

Las estrategias comerciales desarrolladas para la promoción y venta de materiales gráficos en el contexto de las Exposiciones Universales anticiparon las que posteriormente se aplicarían en la comercialización de tarjetas postales (Riego, 2010). La creación de series coleccionables, la diferenciación por calidades y formatos, y la segmentación temática del mercado fueron innovaciones comerciales que se trasladarían directamente a la industria postal.

La transición hacia el mercado postal a finales del siglo XIX no fue una ruptura, sino una evolución natural del mercado de materiales gráficos establecido en torno a las Exposiciones Universales (Vega, 2017). La aparición de la tarjeta postal como formato estandarizado y regulado oficialmente proporcionó el vehículo ideal para la comercialización masiva de las imágenes y representaciones que ya circulaban en formatos diversos, consolidando prácticas comerciales y culturales que se habían desarrollado durante las décadas anteriores.

Conclusiones sobre las Exposiciones Internacionales y la promoción cultural

Las Exposiciones Universales e Internacionales celebradas entre 1851 y 1890 constituyeron escenarios privilegiados para la representación y promoción de la identidad nacional española en un contexto de creciente competencia internacional. Estos eventos funcionaron como catalizadores de modernidad que permitieron a España, a pesar de su posición periférica en el contexto europeo, participar en los circuitos internacionales de intercambio cultural y tecnológico (Almarcha y Villena, 2020). La participación española en estas exposiciones reflejaba las tensiones entre diferentes concepciones de la identidad nacional y las aspiraciones de modernización del país.

El desarrollo de materiales conmemorativos y souvenirs gráficos en el contexto de las Exposiciones Universales estableció precedentes fundamentales para la posterior industria postal española. Estos materiales no eran meros recuerdos personales, sino que funcionaban como vehículos de memoria colectiva y representación nacional que contribuían a la construcción y difusión de imaginarios sobre España tanto hacia el exterior como para el consumo interno (Riego, 2010). La evolución de estos materiales refleja tanto los avances técnicos en la reproducción de imágenes como las transformaciones en las estrategias de representación nacional.

El impacto en la industria gráfica española de la participación en las Exposiciones Universales fue significativo, estimulando la profesionalización del sector, el desarrollo de empresas especializadas y la creación de redes de distribución internacional (Sánchez Vigil, 2007). Empresas pioneras como Hauser y Menet demostraron la viabilidad comercial de la integración entre innovación técnica y estrategias de mercado orientadas hacia la producción masiva de materiales gráficos de calidad, sentando las bases para la posterior industria postal española.

El establecimiento de mercados para materiales gráficos españoles, tanto nacionales como internacionales, durante este período proporcionó el marco económico y cultural para el posterior desarrollo de la industria postal. La demanda internacional de imágenes de España, el desarrollo de temáticas específicas y las estrategias comerciales establecidas en torno a las Exposiciones Universales constituyeron precedentes directos del mercado postal que se desarrollaría a finales del siglo XIX (Vega, 2017). Esta continuidad entre el mercado de materiales gráficos y el posterior mercado postal refleja la importancia de las Exposiciones Universales como catalizadores de transformaciones culturales y económicas de largo alcance.

En síntesis, el período 1851-1890 representa una fase fundamental en la historia de la promoción cultural española a través de las Exposiciones Internacionales, estableciendo las bases técnicas, comerciales y culturales para el posterior desarrollo de la tarjeta postal como medio de comunicación visual masiva. Las competencias técnicas, las estrategias comerciales, las convenciones estéticas y las prácticas de consumo desarrolladas durante este período proporcionaron los fundamentos que harían posible la consolidación de la postal ilustrada como uno de los productos culturales más exitosos de la modernidad española.

Referencias bibliográficas

  • Almarcha, E. (2006). Hauser y Menet: pioneros de la tarjeta postal ilustrada en España. Madrid: Espasa.
  • Almarcha, E. y Villena, R. (2019). "Las tarjetas postales como registro de la memoria histórica". La Tadeo de Arte, 5, 178-203.
  • Almarcha, E. y Villena, R. (2020). "Los castillos, ¿destino turístico?". En De Marco Polo al low cost. Perfiles del turismo contemporáneo. Madrid: La Catarata de los Libros, 69-90.
  • Riego, B. (2010). España en la tarjeta postal. Barcelona: Lunwerg.
  • Sánchez Vigil, J. M. (2007). Del daguerrotipo a la Instamatic. Gijón: Trea.
  • Sánchez Vigil, J. M. (2018). "D. Abelardo de Carlos y la Ilustración Española y Americana". Ámbitos, 13-14, 234-256.
  • Sánchez Vigil, J. M., Olivera Zaldua, M., y Salvador Benítez, A. (2022). "México en el Semanario Pintoresco Español (1836-1857)". Revista de Indias, 82(286), 789-823.
  • Vega, C. (2011). La isla mirada: fotografía en Canarias y Madeira (1839-1939). Santa Cruz de Tenerife: Caja Canarias.
  • Vega, C. (2017). Fotografía en España (1839-2015): historia, tendencias, estéticas. Madrid: Cátedra.


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