Introducción: Los Orígenes de la Tarjeta Postal Ilustrada en España
El período comprendido entre 1890 y 1896 constituye la era
fundacional de la tarjeta postal ilustrada en España, una época
caracterizada por la escasez de
ejemplares y la experimentación
editorial que establece las bases de lo que posteriormente se convertiría
en un fenómeno de masas [57]. Estos
primeros años pueden considerarse como los incunables
de la tarjeta postal, término que refleja tanto su rareza como su valor
histórico y documental [58]. La
producción postal de este período inicial se caracteriza por ser extremadamente
limitada, con apenas unas decenas de ejemplares conocidos y catalogados por los
expertos en cartofilia [59].
Francisco
Carreras y Candi, reconocido como el primer
tratadista filatélico de la península, afirmaba en 1903 conocer dos fototipias
de Granada, tiradas en Alemania en el año 1890, en número de dos mil ejemplares, las cuales nunca se
pusieron a la venta [57]. Esta
afirmación, recogida en su obra pionera "Las Tarjetas Postales en
España", constituye uno de los primeros intentos de sistematización del
conocimiento sobre los orígenes de la postal española [60]. Sin embargo, la ausencia
de ejemplares conservados de estas supuestas primeras postales ha generado
un debate académico sobre la veracidad de esta información [61].
La legislación
española del período jugó un papel fundamental en el desarrollo de la
postal ilustrada. La Real Orden del 31
de diciembre de 1886 derogó la prohibición de circulación de tarjetas
privadas que había estado vigente desde 1873, mientras que la Real Orden del 28 de enero de 1887
estableció las dimensiones y características técnicas que debían cumplir las
tarjetas postales para poder circular por correo [62]. Estas disposiciones legales fijaron que el tamaño no debía
exceder los 14 centímetros de largo por
9 de ancho, que debían llevar adherido en el anverso un sello de correos en
el ángulo superior derecho, y que debían estar tiradas en cartulina de buena
calidad [63].
Los Primeros Ejemplares Documentados: Hauser y Menet y el
Nacimiento de la Postal Española
La Tarjeta Postal "Recuerdo de Madrid": El Primer Hito
Documental
Hasta la fecha, los investigadores han identificado
únicamente dos ejemplares de
tarjetas postales circuladas en 1892, lo que confirma que posiblemente sea este
el primer año en el que se
imprimieron tarjetas con vistas de ciudades españolas [64]. Martín Carrasco
Marqués, en su obra fundamental "Las tarjetas postales ilustradas de
España circuladas en el siglo XIX", ha recogido y analizado
exhaustivamente todas las postales editadas en este período y conocidas hasta
la fecha [61].
La tarjeta postal más
antigua de España fue impresa por la Casa
Hauser y Menet y constituye una composición fotográfica que, bajo el título
"Recuerdo de Madrid",
reproduce cuatro vistas emblemáticas de la ciudad: la Plaza de toros, la
Carrera San Jerónimo, la Puerta del Sol y la Calle de Alcalá [57]. Este ejemplar histórico circuló de Madrid a Barcelona el
día 21 de octubre de 1892,
estableciendo un hito en la historia postal española [62]. Existe constancia de otro ejemplar de la misma serie,
enviado de Madrid a Pisa el 1 de
noviembre de 1892, lo que evidencia el carácter internacional de estas
primeras comunicaciones postales [65].
La técnica de la
fototipia empleada por Hauser y Menet representaba una innovación
tecnológica significativa para la época. Este procedimiento fotomecánico,
desarrollado por Louis Alphonse Poitevin
en 1856, permitía reproducir fotografías con gran nitidez y riqueza de tonos,
superando las limitaciones de los métodos litográficos tradicionales [66]. La casa Hauser y Menet, establecida en Madrid en 1890 por
los fotógrafos suizos Oscar Hauser
Muller y Adolfo Menet Kurstiner,
se especializó desde sus inicios en esta técnica avanzada [62].
Los Fundadores Suizos: Oscar Hauser y Adolfo Menet
Oscar
Hauser Muller y Adolfo Menet Kursteiner llegaron a España en 1890 para colaborar en
un proyecto con la "Sociedad Artística Fotográfica", pero finalizado
este se independizaron, estableciendo su editorial primero en la calle
Desengaño y posteriormente en el número 11 de la Travesía de la Ballesta [66]. Ambos fotógrafos trajeron consigo no solo la experiencia
técnica adquirida en Suiza, sino también una visión empresarial que
revolucionaría la industria gráfica española [62].
En 1892, la casa comenzó a ensayar la edición de tarjetas
postales, alcanzando en 1902 una tirada de 500.000
ejemplares mensuales, según los anuncios aparecidos en la revista España
Cartófila [66]. Esta
extraordinaria producción convirtió a Hauser y Menet en la primera y más importante editora de postales en España, tanto por
su calidad como por su cantidad [67]. La
empresa mantuvo su actividad hasta 1979, año en que cerró por problemas
económicos tras 90 años de vida [62].
La Expansión Geográfica: De Madrid al Resto de España
"Recuerdo de Barcelona": La Segunda Gran Producción
La casa editorial Hauser
y Menet editó, además de la tarjeta postal madrileña citada, otra
composición similar titulada "Recuerdo
de Barcelona" [64]. Esta
postal seguía el mismo formato y concepto que su predecesora madrileña,
presentando múltiples vistas de la ciudad condal en una sola composición
fotográfica [68]. La
postal barcelonesa constituye un testimonio valioso de la imagen urbana de
Barcelona en la década de 1890, período de intensa transformación urbanística
coincidente con los preparativos para la Exposición
Universal de 1888 [68].
La técnica compositiva empleada en estas primeras postales
se caracterizaba por el montaje de
imágenes, donde lo representado no se lee como un todo unitario, sino como
fragmentos superpuestos [68]. En el
caso de Barcelona, la postal incluía vistas emblemáticas como edificios
representativos, espacios urbanos significativos y elementos arquitectónicos
distintivos de la ciudad [68]. La
inscripción "Recuerdo de Barcelona" grabada en el área central de la
postal indicaba claramente su impronta
turística [68].
Landaburu Hermanas: Los Pioneros del País Vasco
En el mismo sentido expansivo, el editor bilbaíno Landaburu Hermanas comercializó una
tarjeta postal impresa en 1893 en los talleres de Hauser y Menet titulada
"Recuerdo de Bilbao" [65]. Esta colaboración entre editores locales y grandes
impresores nacionales estableció un modelo
de cooperación que sería frecuente en el sector [69]. Landaburu Hermanas,
con sede en la calle Cruz número 11 de Bilbao, desarrolló una producción
especializada en temas vascos [69].
La tarjeta "Recuerdo de Bilbao" incluía entre sus
imágenes una conocida vista de Santurtzi,
evidenciando que ya desde estos primeros momentos las postales no se limitaban
estrictamente a la ciudad titular, sino que incorporaban vistas de localidades
cercanas de interés turístico o comercial [65]. Esta postal bilbaína constituye uno de los ejemplares más
tempranos de la cartofilia vasca y
representa un testimonio valioso de la región a finales del siglo XIX [70].
Landaburu
Hermanas había entrado en el negocio de
la edición y venta de postales ilustradas en época muy temprana, aprovechando
las oportunidades que ofrecía la liberalización
del sector postal tras las reformas legislativas de 1886-1887 [65]. La empresa mantuvo una actividad sostenida en el sector,
contribuyendo significativamente al desarrollo de la postal ilustrada en el
País Vasco [69].
Valencia y el Fenómeno del "Privilegio Exclusivo"
Los Ejemplares Valencianos de 1894
Valencia presenta un caso particular en la historia temprana
de la postal española con la aparición de varios ejemplares matasellados en 1894
bajo el título "Privilegio
exclusivo", de editor anónimo
[71]. Esta denominación sugiere la existencia de algún tipo de concesión comercial específica o
exclusividad territorial para la edición de postales en la región valenciana [71]. La anonimia del
editor ha generado diversas hipótesis entre los investigadores, desde la
posibilidad de que se tratara de una iniciativa municipal hasta la intervención
de algún editor extranjero que prefirió mantener el anonimato [71].
Los ejemplares valencianos de 1894 se caracterizan por
mostrar vistas representativas de la ciudad, incluyendo monumentos emblemáticos
como la Catedral y espacios urbanos
significativos [71]. La
calidad técnica de estas postales sugiere el empleo de procedimientos
fotomecánicos avanzados, probablemente fototipia, aunque la ausencia de
identificación del impresor dificulta el análisis técnico detallado [72]. El Archivo de la
Catedral de Valencia conserva actualmente una importante colección de
postales antiguas que incluye ejemplares de este período temprano [71].
Contexto Urbano y Turístico Valenciano
Valencia experimentaba en la década de 1890 un período de modernización urbana y desarrollo económico
que hacía atractiva la edición de postales turísticas [72]. La ciudad había iniciado importantes reformas urbanísticas
y contaba con una burguesía comercial próspera que veía en las postales tanto
un elemento de promoción comercial como un símbolo de modernidad [72]. El topónimo
Valencia, que deriva del término latino "Valentia Edetanorum",
reflejaba una identidad histórica que las postales contribuían a difundir [72].
El desarrollo del turismo
incipiente en la región valenciana, favorecido por las mejoras en las
comunicaciones ferroviarias, creaba un mercado potencial para las postales
ilustradas [72]. La Ley de Ferrocarriles de 1855 había posibilitado
la articulación del mercado español y facilitado los desplazamientos, generando
las condiciones propicias para el desarrollo del fenómeno postal [73].
Las Islas Canarias: Hotel Santa Catalina y el Turismo Atlántico
A. Thellung Zurich y la Postal del Hotel Santa Catalina
La empresa suiza A.
Thellung Zurich imprimió en litografía una tarjeta postal para el Hotel Santa Catalina de Las Palmas, que
posiblemente fue también editada en 1892, aunque el ejemplar más antiguo conocido
fue enviado el 30 de marzo de 1893 [63]. Esta postal constituye un testimonio excepcional del turismo atlántico incipiente y del
papel de los establecimientos hoteleros en la promoción de destinos turísticos [74].
El Hotel Santa
Catalina, inaugurado en enero de 1890, era el hotel más antiguo de Las
Palmas de Gran Canaria y de Canarias [74]. El establecimiento fue promovido por capital inglés y
construido entre 1888 y 1890 bajo la dirección del arquitecto escocés James M. MacLaren [74]. La presencia de turistas británicos y europeos en Canarias
explica el interés por editar postales promocionales del hotel [75].
"Saludos de Las Palmas": La Serie de 1895
En 1895 se editaron en fototipia
impresa en negro dos postales bajo la denominación genérica de "Saludos de Las Palmas" que
reproducían vistas de la Catedral y
del Hotel Santa Catalina [63]. Esta serie representa una evolución en la concepción
editorial de las postales canarias, pasando de la promoción hotelera específica
a una perspectiva más amplia de promoción turística urbana [74].
Las postales de "Saludos de Las Palmas" empleaban
la técnica de la fototipia, lo que indica una sofisticación técnica
considerable para una producción insular [76]. El uso del término "Saludos" en lugar de
"Recuerdo" sugiere una posible influencia de los editores alemanes,
que empleaban frecuentemente la fórmula "Gruss aus" (saludos desde) en sus postales [77]. Esta influencia alemana en la postal canaria se explica
por la presencia de comerciantes y turistas germánicos en las islas [76].
San Sebastián y la Expansión hacia el Norte
Las Vistas Dibujadas de 1895
En 1895 circuló una postal de San Sebastián que reproducía cuatro
vistas dibujadas de la ciudad [78]. Esta
postal representa una variante técnica interesante en el panorama de las
postales españolas tempranas, ya que empleaba el dibujo como técnica de
reproducción en lugar de la fotografía [70]. Las vistas dibujadas permitían una interpretación artística de la realidad urbana, ofreciendo
perspectivas idealizadas que resaltaban los aspectos más atractivos de la
ciudad [78].
San Sebastián se consolidaba en la década de 1890 como un destino turístico de élite, favorecido
por el turismo real y la presencia
de la aristocracia española durante los meses de verano [78]. La ciudad había experimentado una importante
transformación urbanística tras los bombardeos
e incendios de 1813, convirtiéndose en un modelo de urbanismo moderno [70]. Las postales contribuían a difundir esta imagen renovada
de la ciudad [78].
Neurdein Frères: La Presencia Francesa
En 1896, el editor francés Neurdein Frères, bajo la denominación ND Phot., publicó algunas tarjetas sobre San Sebastián que fueron
las precursoras directas de las
series numeradas que sobre esa ciudad y otras de Guipúzcoa imprimió esta
editora francesa [78]. Neurdein Frères era una de las casas
importantes de la fotografía en Francia en la segunda mitad del siglo XIX, con
experiencia en la producción de postales ilustradas [78].
La empresa francesa Neurdein
Frères firmaba sus fotografías tanto por el nombre completo como por las
siglas N.D., y también empleaba la
denominación X photo [78]. Su presencia en el mercado español evidencia el carácter internacional del negocio
postal desde sus inicios y la permeabilidad de las fronteras comerciales en
este sector [79]. Las
postales de Neurdein Frères sobre San Sebastián incluían vistas de la Plaza de la Constitución, donde se
encontraba antiguamente el Ayuntamiento [78].
Los Editores Alemanes y el Fenómeno "Gruss Aus"
German Schulze: Barcelona y Montserrat
German
Schulze imprimió varias vistas dibujadas
de Barcelona y Montserrat,
estableciendo un precedente importante en la presencia de editores alemanes en
el mercado español [64]. Las
postales de Schulze seguían el modelo germánico del "Gruss aus" (saludos desde), caracterizado por la presentación
de múltiples viñetas con vistas de la ciudad en una sola composición [77]. Este formato compositivo se había popularizado en los
países germánicos desde finales de la década de 1880 [77].
Las vistas de Montserrat
incluidas en las postales de Schulze representaban el monasterio benedictino y las formaciones rocosas características de
la montaña, elementos que constituían uno de los atractivos turísticos más
importantes de Cataluña [68]. La
inclusión de Montserrat junto con Barcelona evidencia una comprensión
sofisticada del territorio turístico catalán por parte de los editores
extranjeros [68].
Seyfert & Tranck: La Vista de Madrid
Seyfert
& Tranck imprimió una vista de Madrid
siguiendo también el modelo alemán de postal ilustrada [64]. Esta empresa alemana contribuyó a la diversificación de la
oferta editorial en el mercado español, introduciendo técnicas y estilos
compositivos propios de la escuela alemana de postales [80]. Las postales alemanas se caracterizaban por el empleo de
la cromolitografía y por
composiciones complejas que combinaban múltiples vistas en una sola tarjeta [77].
La presencia de editores alemanes en España se explica por
varios factores: la experiencia acumulada en el mercado alemán, donde las
postales ilustradas habían alcanzado un desarrollo considerable; las relaciones
comerciales establecidas entre ambos países; y la percepción de España como destino turístico exótico que despertaba
interés en el mercado centroeuropeo [81]. Las
postales alemanas sobre España contribuyeron a crear y difundir una determinada
imagen del país en el extranjero [77].
Hauser y Menet: La Serie Precursora de 1896
Innovaciones Técnicas y Formales
Hacia finales de 1896, la empresa Hauser y Menet realizó una serie de postales sin numerar y con dimensiones superiores a las normales,
que se puede considerar la precursora de la serie general que esta casa editorial inició en 1897 [62]. Estas postales estaban impresas en fototipia en negro y reproducían principalmente vistas de Madrid,
Barcelona, Bilbao y algunas ciudades andaluzas [66]. El formato ampliado permitía una mayor riqueza de detalles
y una presentación más impactante de las imágenes [67].
La decisión de Hauser y Menet de experimentar con formatos
ampliados refleja la maduración técnica
de la empresa y su capacidad para innovar en un mercado aún en formación [62]. Estas postales de gran formato constituían un producto de
lujo dirigido a un público selecto, diferenciándose claramente de las
producciones más económicas y masivas que caracterizarían el período posterior [66].
Distribución Geográfica y Temática
La selección de ciudades incluidas en esta serie precursora
evidencia una estrategia comercial
bien definida por parte de Hauser y Menet [62]. Madrid, como capital del reino, Barcelona, como centro
económico de Cataluña, Bilbao, como núcleo industrial del País Vasco, y las
ciudades andaluzas, como destinos de interés histórico y turístico,
configuraban un mapa de España que respondía tanto a criterios económicos como
culturales [66].
Las ciudades
andaluzas incluidas en la serie aportaban el componente exótico y
orientalizante que los turistas extranjeros esperaban encontrar en España [67]. Sevilla, Córdoba y Granada, con su patrimonio
hispano-musulmán, constituían destinos obligados del turismo cultural incipiente y elementos esenciales de la imagen
romántica de España [82]. Hauser
y Menet supo captar esta demanda y orientar su producción hacia estos mercados [62].
Análisis Técnico y Tecnológico del Período
La Fototipia como Técnica Dominante
La fototipia se
estableció como la técnica dominante en la producción de postales ilustradas
durante este período fundacional [57]. Este
procedimiento, desarrollado por Louis
Alphonse Poitevin en 1856 y perfeccionado por Joseph Albert en 1868, permitía reproducir fotografías con una
calidad excepcional [76]. La
técnica consistía en extender sobre una matriz constituida por una placa de
vidrio una capa de emulsión fotosensible de gelatina bicromatada [76].
El proceso técnico de la fototipia presentaba la ventaja de
la veracidad del proceso, ya que
eliminaba la intervención subjetiva del grabador [76]. Sin embargo, tenía limitaciones importantes: solo permitía
tiradas de aproximadamente 500 copias
antes de que se deteriorara la gelatina y se perdiera nitidez [76]. Esta limitación técnica explica en parte la escasez de
ejemplares de este período [67].
La Litografía como Alternativa
Paralelamente a la fototipia, la litografía se empleó en la producción de postales ilustradas,
especialmente por parte de editores extranjeros [64]. La litografía, inventada por Aloys Senefelder en 1796, comportaba un conjunto de sistemas de impresión
basados en la incompatibilidad mutua de las materias grasas con el agua [76]. Esta técnica permitía tiradas más amplias que la
fototipia, aunque con menor calidad en la reproducción de detalles fotográficos
[77].
Los carteles
litográficos de la época requerían frecuentemente el uso de quince, veinte
o más tintas para lograr efectos visuales complejos y vívidos [76]. En el caso de las postales, la litografía se empleaba
principalmente para reproducciones de dibujos o para postales cromolitográficas
que incorporaban color [81]. La cromolitografía fue especialmente
empleada por editores alemanes en sus producciones sobre España [77].
El Contexto Socioeconómico y Cultural
Modernización y Desarrollo Urbano
El período 1890-1896 coincide con una fase de modernización acelerada de España,
caracterizada por el desarrollo del ferrocarril, la mejora de las
comunicaciones telegráficas y el crecimiento de las ciudades [73]. A partir de 1875, el nacimiento de la industria
siderúrgica y metalúrgica, la creación de estructuras financieras más potentes
y la adopción del proteccionismo habían permitido el inicio del proceso de
industrialización del país [83].
La construcción de la
red ferroviaria se convirtió en el factor principal de unidad del mercado
nacional, contribuyendo decisivamente a consolidar la industria [84]. El desarrollo de medios de transporte de mayor velocidad
como el ferrocarril permitió un gran dinamismo y efectividad en la difusión de
los periódicos y, posteriormente, de las postales [73]. Las estaciones de
ferrocarril se convirtieron en puntos de venta privilegiados para las
postales [67].
El Turismo Incipiente
El desarrollo del turismo
moderno en España durante la década de 1890 creó las condiciones propicias
para el florecimiento de la postal ilustrada [82]. Los destinos turísticos emergentes, como San Sebastián,
Barcelona o las ciudades andaluzas, constituían mercados naturales para este
tipo de productos [78]. El turismo real en San Sebastián, el turismo cultural en las ciudades
históricas y el turismo de invierno
en Canarias generaban una demanda creciente de souvenirs y recuerdos [74].
La burguesía española
en proceso de consolidación adoptó rápidamente la costumbre de enviar postales
como símbolo de distinción social y cultural [82]. El intercambio de postales se convirtió en una práctica
social refinada que evidenciaba tanto la capacidad económica como el nivel
cultural del remitente [68]. Las
postales funcionaban así como objetos de
distinción en el sentido que Pierre Bourdieu daría posteriormente a este
concepto [82].
Coleccionismo y Documentación: Fuentes y Archivos
Los Pioneros del Coleccionismo Postal
Francisco
Carreras y Candi se erige como el primer gran
coleccionista y estudioso de las postales españolas [60]. Su colección, actualmente conservada en el Ayuntamiento de Barcelona, constituye
una fuente documental de primer orden para el estudio de estos primeros años [60]. Carreras y Candi no se limitó al coleccionismo, sino que
desarrolló una labor de catalogación y
análisis que estableció las bases de la cartofilia científica en España [57].
El Archivo de la
Catedral de Valencia conserva una importante colección de 99 postales
antiguas, la mayoría de las cuales son fotografías relativas al interior y
exterior de la Catedral y sus aledaños [71]. Esta colección, adquirida a través de sucesivas compras o
donaciones, proporciona información valiosa sobre editores y talleres de
impresión de la industria cartófila [71].
Archivos y Instituciones de Referencia
La Biblioteca
Nacional de España conserva entre los fondos del Departamento de Bellas
Artes y Cartografía una interesante colección de postales muy variada en cuanto
a temática y tipología, desde los años 1892 hasta la actualidad [85]. Esta colección incluye más de 600.000 postales que representan vistas de ciudades, paisajes y
otros temas, en su mayoría españolas [85].
El Museo Postal y
Telegráfico de Madrid, integrado en Correos, conserva importantes fondos
documentales relacionados con la historia de las comunicaciones postales [86]. El museo tiene sus orígenes en el Museo de Telégrafos de 1865 y custodia colecciones que documentan
la evolución de los servicios postales desde finales del siglo XVIII [86].
La Producción Editorial Especializada
Talleres de Impresión y Editores
El desarrollo de la postal ilustrada en España estuvo
estrechamente vinculado a la modernización
de las artes gráficas [76]. Los
talleres de fototipia, encabezados por Hauser y Menet, pero también incluyendo
empresas como J. Laurent (que
disponía de una imprenta en fototipia desde 1880), constituyeron la
infraestructura técnica necesaria para la producción masiva de postales [87].
J.
Laurent, fotógrafo de origen francés
establecido en España desde 1856, había desarrollado un importante archivo
fotográfico de más de 12.000 negativos
de vidrio que incluían vistas de ciudades, monumentos, obras de arte y
tipos populares [88]. A
partir de 1900, su sucesor J. Lacoste
comenzó a publicar postales utilizando los fondos fotográficos de Laurent [87]. Esta continuidad editorial evidencia la consolidación del
sector [79].
Redes de Distribución y Comercialización
Los editores de postales desarrollaron redes de distribución que aprovechaban los circuitos comerciales
existentes [62]. Las
librerías, los establecimientos fotográficos, las estaciones de ferrocarril y
los hoteles se convirtieron en puntos de venta habituales [67]. La red ferroviaria
desempeñó un papel fundamental no solo en la distribución física de las
postales, sino también en la creación de la demanda turística que las
sustentaba [73].
Los editores
extranjeros como A. Thellung Zurich, German Schulze, Seyfert & Tranck o
Neurdein Frères aprovecharon sus redes comerciales internacionales para introducir
postales españolas en mercados europeos [78]. Esta dimensión
internacional del negocio postal español desde sus inicios evidencia el
potencial comercial del producto y la capacidad de los editores para
identificar y explotar nichos de mercado específicos [77].
Tipología y Clasificación de los Ejemplares
Postales de Promoción Hotelera
Un grupo específico de postales del período estaba
directamente vinculado a la promoción
hotelera, como evidencian las postales del Hotel Santa Catalina en Las
Palmas [74]. Estos
ejemplares constituyen los antecedentes directos de lo que posteriormente se
denominaría marketing turístico [75]. Los establecimientos hoteleros comprendieron tempranamente
el potencial promocional de las postales como herramienta de difusión de su
imagen y servicios [89].
Postales de Promoción Urbana
La mayoría de las postales del período seguían el modelo de promoción urbana, presentando vistas
emblemáticas de ciudades bajo denominaciones genéricas como "Recuerdo
de..." o "Saludos de..." [64]. Estas postales respondían a una doble función: satisfacer
la demanda de los visitantes que deseaban enviar un recuerdo de su estancia, y
proyectar una imagen atractiva de la ciudad hacia el exterior [68].
Postales de Temática Monumental
Un tercer grupo estaba constituido por postales de temática monumental específica, como
las vistas de la Catedral de Las Palmas o las imágenes de Montserrat [70]. Estas postales se dirigían a un público interesado en el patrimonio artístico y cultural,
anticipando lo que posteriormente se desarrollaría como turismo cultural [82].
Influencias Estilísticas y Modelos Extranjeros
El Modelo Alemán "Gruss Aus"
El modelo alemán "Gruss
aus" (saludos desde) ejerció una influencia notable en la postal
española temprana [77]. Este
formato, caracterizado por la presentación de múltiples viñetas con vistas de
la ciudad en composiciones complejas, fue adoptado por editores alemanes que
trabajaban para el mercado español [81]. Las postales alemanas se distinguían por su elaboración técnica y su capacidad para
combinar múltiples imágenes en composiciones atractivas [77].
La Influencia Francesa
La presencia de editores franceses como Neurdein Frères introdujo en España modelos estilísticos propios de
la escuela francesa [78]. Las
postales francesas se caracterizaban por una mayor sobriedad compositiva y por el empleo predominante de la fotografía
sobre el dibujo [79]. La
experiencia francesa en el sector postal, más desarrollado que el español,
aportó conocimientos técnicos y comerciales valiosos [78].
Las Aportaciones Suizas
Los editores suizos, representados por A. Thellung Zurich y por los fundadores de Hauser y Menet,
aportaron una tradición técnica
sólida en el campo de las artes gráficas [63]. Suiza, país de larga tradición en la industria gráfica y
en el turismo, proporcionó modelos tanto técnicos como comerciales que
resultaron fundamentales para el desarrollo de la postal española [62].
El Legado del Período Fundacional
Establecimiento de Estándares Técnicos
El período 1890-1896 estableció los estándares técnicos que caracterizarían la postal española durante
las décadas siguientes [57]. La
adopción de la fototipia como técnica dominante, la normalización de formatos y
la definición de tipologías temáticas constituyeron logros duraderos de esta
fase fundacional [76]. Los
editores pioneros crearon las bases
industriales sobre las que se desarrollaría posteriormente la producción
masiva [62].
Creación de un Mercado
La labor de los editores pioneros no se limitó a la
producción de postales, sino que implicó la creación de un mercado completamente nuevo [64]. La educación del público en el uso de las postales, el
establecimiento de canales de distribución y la definición de precios
constituyeron tareas complejas que requirieron visión empresarial y capacidad
de innovación [67]. El
éxito posterior de la postal española se cimentó en estas iniciativas pioneras [82].
Configuración de la Imagen de España
Las postales del período fundacional contribuyeron
significativamente a la configuración de
la imagen de España tanto en el interior como en el exterior [68]. La selección de monumentos, paisajes urbanos y elementos
culturales que aparecían en estas primeras postales estableció un canon visual
que influiría en la percepción del país durante décadas [82]. Los editores extranjeros, en particular, jugaron un papel
importante en la difusión internacional de determinadas imágenes de España [77].
Bibliografía Especializada
Fuentes Primarias y Obras Fundamentales
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- Carreras y Candi, Francisco (1903). Las Tarjetas Postales en España. Barcelona: Imprenta de Francisco Altés [57].
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- Estudios Especializados
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- Fernández Beviá, Ramón (2016). La imagen viajera de Huelva (1897-1940). Universidad Internacional de Andalucía [91].
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- Estudios Técnicos y Tecnológicos
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- Sánchez Vigil, Juan Miguel (2007). Del daguerrotipo a la Instamatic. Gijón: Ediciones Trea [76].
- Fontanella, Lee (1981). La historia de la fotografía en España desde sus orígenes hasta 1900. Madrid: El Viso [79].
Catálogos y Repertorios
- Biblioteca Nacional de España (2011). Catálogo de postales de la BNE. Madrid: BNE [85].
- Museo Postal y Telegráfico (2016). Catálogo de fondos históricos. Madrid: Correos [86].
- Academia de Historia Postal (1947-presente). Boletín de la Academia Iberoamericana de Historia Postal. Madrid [86].
- Estudios Regionales y Locales
- Magariños, Carlos (2006). Toledo en las fotografías de J. Laurent. Toledo: Editorial Toledana [87].
- González Galarza, Gregorio (2010). La fotografía en el País Vasco (1890-1930). San Sebastián: Museo San Telmo [70].
- García Felguera, María de los Santos (1991). Arte, burguesía y mercado en la España del siglo XIX. Madrid: Alianza Editorial [82].
- Historia de las Comunicaciones
- Sempere Luque, José María y López Bernal, José Manuel (2016). XXI siglos de comunicación en España. Madrid: Correos [83].
- Ortiz Vivas, Ricardo (2015). Historia del correo en España. Madrid: Fundación de Correos [92].
- Campomanes, Pedro Rodríguez de (1761). Itinerario real de postas de dentro y fuera del reyno. Madrid: Imprenta Real [93].
Esta clasificación de las tarjetas postales ilustradas españolas del período 1890-1896
evidencia la complejidad y riqueza de un fenómeno que, pese a su aparente
simplicidad, refleja las transformaciones económicas, sociales, técnicas y
culturales de la España finisecular [57]. Los editores pioneros, tanto españoles como extranjeros,
establecieron las bases de una industria que alcanzaría su apogeo en las
primeras décadas del siglo XX [82]. El
estudio de estos incunables de la
cartofilia española proporciona claves fundamentales para comprender no
solo la historia de la postal, sino también la evolución de la sociedad, la
cultura y la economía españolas en el tránsito hacia la modernidad [90].
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