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24/6/25

Tarjetas Postales Ilustradas Españolas (1897-1907): La Consolidación de la Industria Cartófila

Introducción: La Era Dorada de la Postal Española

El período comprendido entre 1897 y 1907 representa la consolidación definitiva de la tarjeta postal ilustrada como fenómeno cultural y comercial en España [94]. Esta década marcó el paso de la producción experimental de los años pioneros hacia una industria plenamente desarrollada que alcanzó niveles de sofisticación técnica y diversidad editorial sin precedentes [95]. Durante estos años, la postal española experimentó una transformación radical tanto en términos cuantitativos como cualitativos, estableciendo las bases de lo que posteriormente se conocería como la edad de oro de la cartofilia [96].

La fiebre por el coleccionismo de postales que caracterizó este período en toda Europa encontró en España un terreno especialmente fértil [97]. Las mejoras en las comunicaciones, el desarrollo del turismo incipiente y la consolidación de una burguesía urbana con poder adquisitivo crearon las condiciones propicias para el florecimiento de este nuevo medio de comunicación visual [98]. El fenómeno postal dejó de ser una curiosidad técnica para convertirse en un instrumento masivo de difusión cultural y promoción turística [99].

Hauser y Menet: El Dominio de la Serie General (1897-1907)

La Revolución de la Serie General

La casa editorial Hauser y Menet inició en 1897 la impresión de la denominada "Serie General", un proyecto editorial ambicioso que revolucionó la industria postal española [94]. Durante el período estudiado, esta empresa editó 690 tarjetas postales numeradas consecutivamente del 1 al 690, estableciendo un sistema de catalogación que se convertiría en modelo para el sector [95]. Esta serie reproducía una extraordinaria diversidad temática que incluía vistas de ciudades, dibujos de ilustradores de la revista Blanco y Negro, temas taurinos y pinturas de la colección del Museo del Prado [96].

La revista Blanco y Negro, fundada en 1891 por Torcuato Luca de Tena, se había consolidado como una publicación pionera en el uso del color y las ilustraciones de alta calidad [97]. La colaboración entre Hauser y Menet y esta prestigiosa revista permitió la difusión masiva de las obras de los mejores ilustradores de la época a través del medio postal [98]. Entre 1899 y 1900, la empresa editó veinte tarjetas postales basadas en ilustraciones de artistas que colaboraban en las páginas de la revista, numeradas correlativamente del 421 al 440 [94].

Innovaciones Técnicas: La Cromolitografía

Hauser y Menet fue la primera empresa en España en utilizar la cromolitografía para la impresión de postales, editando alrededor del año 1900 una serie de quince postales con vistas de ciudades españolas mediante este procedimiento avanzado [98]. Esta innovación técnica representó un salto cualitativo en la calidad visual de las postales españolas, permitiendo la reproducción de imágenes en color con una fidelidad y riqueza cromática sin precedentes [99].

La cromolitografía requería el uso de múltiples piedras litográficas, cada una correspondiente a un color específico, lo que hacía del proceso una empresa técnicamente compleja y costosa [100]. El dominio de esta técnica por parte de Hauser y Menet evidencia no solo su capacidad técnica, sino también su visión comercial al apostar por un producto de lujo en un mercado aún en formación [101].

Evolución de los Reversos y Sistemas de Identificación

Las postales impresas por Hauser y Menet durante este período presentaban cuatro reversos diferentes, lo que permite a los especialistas datar con precisión las distintas ediciones y reimpresiones [94]. Esta evolución en el diseño de los reversos respondía tanto a cambios en la normativa postal como a mejoras en los procesos de producción [95]. La empresa empleó distintos colores y tonos en los reversos, utilizando tintas de diversas tonalidades para las ilustraciones y azul para los títulos descriptivos y los pies de imprenta del anverso [94].

El sistema de numeración consecutiva implementado por Hauser y Menet se convirtió en un modelo de referencia para toda la industria postal española [96]. Esta metodología no solo facilitaba la identificación y catalogación de las postales, sino que también permitía un control más eficiente de la producción y distribución [97].

Editores Colaboradores y Distribuidores de la Serie General

Romo y Füssel: La Expansión Comercial

La librería madrileña Romo y Füssel estableció desde 1897 una importante colaboración comercial con Hauser y Menet, editando tarjetas postales con las mismas imágenes que las de la serie general pero con su propia identificación comercial [99]. Esta librería, con locales en las calles Espoz y Mina y Alcalá de Madrid, se especializó en la comercialización de postales de las localidades españolas que tenían mayor demanda turística o interés entre los coleccionistas cartófilos [99].

Romo y Füssel realizó ediciones especiales de la Serie General en al menos 19 poblaciones, incluyendo destacadamente Toledo [99]. Estas tarjetas tenían una tirada mucho menor que las de los suizos y, por lo tanto, son más difíciles de encontrar en el mercado de coleccionistas, lo que las convierte en piezas especialmente valoradas [99]. La librería mantuvo este nombre entre 1891 y 1904, cambiando entonces a Adrián Romo, sucesor, y posteriormente continuaron los hijos Luis y Enrique con la razón social Librería Internacional [99].

Landaburu Hermanas: Los Pioneros Vascos

Landaburu Hermanas, con sede en la calle Cruz número 11 de Bilbao, comercializó cuarenta tarjetas con vistas principalmente de la ciudad de Bilbao que también fueron impresas por Hauser y Menet, formando parte de su serie general [102]. Esta colaboración representó un modelo de cooperación entre editores locales y grandes impresores nacionales que se reproduciría en otras regiones [102].

La empresa vasca había entrado en el negocio de la edición y venta de postales ilustradas en época muy temprana, aprovechando las oportunidades que ofrecía la liberalización del sector postal tras las reformas legislativas de 1886-1887 [102]. Entre las imágenes incluidas en sus postales se encontraba una conocida vista de Santurtzi, evidenciando que ya desde estos primeros momentos las postales no se limitaban estrictamente a la ciudad titular, sino que incorporaban vistas de localidades cercanas de interés turístico o comercial [102].

Editores Extranjeros: La Dimensión Internacional

Hans Wilhelm y José Battaglia: Colaboradores Diversos

Entre los editores españoles y alemanes que comercializaron tarjetas postales impresas en fototipia o litografía durante este período, destacan figuras como Hans Wilhelm y José Battaglia [103]. Aunque la información específica sobre estos editores es limitada, su presencia evidencia la diversidad del panorama editorial y la participación de profesionales de distintas nacionalidades en el desarrollo de la industria postal española [103].

Künzli Frères: La Contribución Suiza

El editor suizo Künzli Frères imprimió postales bajo el título "Recuerdo de", reproduciendo vistas dibujadas de Madrid, Barcelona, Las Palmas y otras ciudades españolas [104]. Esta empresa siguió el modelo compositivo tradicional de las primeras postales ilustradas, presentando múltiples vistas en una sola composición [104]. La técnica del dibujo empleada por Künzli Frères permitía una interpretación artística de la realidad urbana, ofreciendo perspectivas idealizadas que resaltaban los aspectos más atractivos de las ciudades representadas [104].

La presencia de editores suizos en el mercado español se explica por la tradición técnica sólida que Suiza había desarrollado en el campo de las artes gráficas y por las relaciones comerciales establecidas entre ambos países [104]. Los editores suizos aportaron conocimientos técnicos avanzados y modelos comerciales que resultaron fundamentales para el desarrollo de la postal española [104].

La Producción Barcelonesa: López Editor y Litografía M. Pujadas

López Editor: La Contribución Catalana

Durante este período, López Editor desarrolló una importante actividad en la producción de postales en Barcelona [105]. Aunque la información específica sobre esta empresa es limitada, su presencia en el panorama editorial barcelonés evidencia la descentralización de la producción postal más allá de Madrid y la consolidación de Barcelona como segundo centro de producción cartófila en España [106].

Litografía M. Pujadas: Tradición Artística

Litografía M. Pujadas representaba la tradición litográfica barcelonesa aplicada a la producción de postales [107]. Esta empresa, establecida en Barcelona, había desarrollado una sólida experiencia en la impresión litográfica que incluía la producción de grabados a color y reproducciones artísticas [107]. La aplicación de esta experiencia técnica a la producción de postales contribuyó significativamente al desarrollo de la industria cartófila catalana [108].

La empresa Pujadas se caracterizaba por la calidad técnica de sus impresiones, empleando procedimientos litográficos avanzados que permitían reproducciones de gran fidelidad cromática [108]. Su trabajo en el campo de las postales se enmarcaba dentro de una producción más amplia que incluía grabados artísticos y material promocional [108].

Pablo Dümmatzen: Las Postales Transparentes

Innovación Técnica en Málaga

Pablo Dümmatzen, editor alemán establecido en Málaga, desarrolló una de las innovaciones más originales del período con su colección de tarjetas "Para mirar al transparente" [109]. Estas postales, impresas en litografía, reproducían dibujos en color de distintas ciudades españolas y tenían la particularidad de que al observarlas al trasluz recreaban escenas nocturnas o de atardeceres [109].

Pablo Dümmatzen, nacido en Hamburgo hacia 1878, puede considerarse como el editor más longevo de la cartofilia española, ya que murió en Barcelona a comienzos de octubre de 1971, a los 93 años de edad, con más de 70 años dedicados a la producción de tarjetas postales [109]. A comienzos de 1900 ya estaba instalado en Málaga, donde se dedicó inicialmente a fabricar o distribuir boquerones fritos antes de especializarse en la producción de postales [109].

La Serie de Postales Transparentes de 1900

En 1900, Dümmatzen editó una prestigiosa serie de postales transparentes que incluía once modelos con vistas de Córdoba, Jerez de la Frontera, Cádiz, Málaga, Sevilla, Tánger, Madrid y Granada [109]. Estas postales, impresas en Alemania, representaban una innovación técnica excepcional que combinaba la litografía tradicional con efectos ópticos especiales [109].

La serie de postales transparentes constituía un producto de lujo dirigido a un público selecto, diferenciándose claramente de las producciones más económicas y masivas [109]. La complejidad técnica de estos productos evidencia el alto nivel de sofisticación alcanzado por la industria postal española en este período [109].

Editores Regionales y Especializados

José Gómez en Granada

En Granada destacó la editorial del fotógrafo José Gómez, que desarrolló una importante producción de postales locales [110]. Aunque los detalles específicos sobre esta empresa son limitados, su presencia evidencia la descentralización de la producción postal y el desarrollo de empresas especializadas en mercados regionales [110].

Los Editores Canarios

Las Islas Canarias experimentaron un desarrollo notable de la industria postal con la presencia de múltiples editores [111]. Bazar Alemán, Lorenzo y Franchy, la librería internacional A. Gerber, los editores Rudolf Schimron y Albert Aust de Hamburgo, así como la Litografía Romero de Tenerife, configuraron un panorama editorial diverso y competitivo [111].

El Bazar Alemán, establecido en Las Palmas de Gran Canaria, fue uno de los pioneros en la producción de postales canarias [111]. Sin embargo, esta empresa, al igual que otros estudios como el Bazar Inglés o la fotografía de Perestrello, cometía fraudes intencionados, vendiendo vistas de Madeira bajo epígrafe toponímico canario [111].

Lorenzo y Franchy desarrolló una importante actividad editorial centrada en las postales del Hotel Metropole de Las Palmas [112]. La empresa aprovechó el turismo atlántico incipiente y el interés de los establecimientos hoteleros por la promoción a través de postales [112].

La Litografía Romero de Tenerife, fundada en el siglo XIX, representaba la tradición litográfica canaria aplicada a la producción de postales [113]. Esta empresa mantuvo una actividad sostenida en el sector, contribuyendo significativamente al desarrollo de la postal ilustrada en las islas [114].

Hugo Knobloch y las Postales de Orotava

El editor alemán Hugo Knobloch imprimió bajo la denominación "Saludos de Orotava" una serie de tarjetas tipo "gruss" sobre esta ciudad canaria [115]. Estas postales seguían el modelo alemán del "Gruss aus" (saludos desde), caracterizado por la presentación de múltiples viñetas con vistas de la ciudad en una sola composición [115].

Amadeo Mauri: El Pionero Catalán

Innovación en Gerona

Amadeo Mauri i Aulet (Palamós, 1862-1933) se estableció como uno de los editores más innovadores del período, especializándose en las primeras vistas de Gerona y algunos pueblos de su provincia [116]. Entre 1899 y 1908, Mauri editó una colección numerada de 330 postales dedicada principalmente a las comarcas gerundenses, barcelonesas, sur de Francia, Tarragona y Reus [116].

Mauri había establecido inicialmente una "Fotografia Moderna" en La Bisbal, desde donde comenzó a editar postales de las principales poblaciones del Bajo Ampurdán que se vendían en los estancos a 10 céntimos cada una [117]. En 1900 se trasladó a Sant Feliu de Guíxols, donde amplió su producción para incluir toda la provincia de Gerona [117].

Expansión y Reconocimiento Internacional

La actividad de Amadeo Mauri se extendió progresivamente, estableciendo estudios en Gerona y desarrollando una producción que incluía álbumes fotográficos y series especializadas [117]. Sus fotografías fueron reproducidas en revistas como el Suplemento Literario de El Autonomista o El Heraldo de Gerona [117]. En 1910 participó como fotógrafo en la Exposición de Buenos Aires, evidenciando el reconocimiento internacional de su trabajo [117].

Neurdein Frères: La Presencia Francesa

La Expansión Internacional

La compañía parisina Neurdein Frères editó bajo la denominación "ND Phot" una serie de postales que reproducían principalmente vistas de San Sebastián y Fuenterrabía, así como tipos vascos y guipuzcoanos [118]. Esta empresa francesa era una de las casas importantes de la fotografía en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX, con amplia experiencia en la producción de postales ilustradas [118].

Étienne Neurdein (1832-1918) y su hermano Antonin (1846-1914) habían creado en 1887 una sociedad dedicada a la "producción, edición y venta en Francia y en el extranjero de obras fotográficas" [118]. Los hermanos Neurdein editaron bajo la marca ND miles de vistas de Francia, Argelia, Bélgica, Túnez y Suiza, convirtiéndose en el mayor editor francés de postales [119].

Calidad Técnica y Expansión Comercial

Neurdein Frères optó desde el inicio por una edición de muy alta calidad con fotografías excepcionales [119]. En 1900, la empresa empleaba no menos de 180 personas, evidenciando la dimensión industrial alcanzada [119]. La producción total de los dos hermanos se estima en aproximadamente 60.000 cartas postales, cinco veces superior a la de la casa Lévy que posteriormente adquiriría la sociedad [119].

La presencia de Neurdein Frères en España evidencia el carácter internacional del negocio postal desde sus inicios y la capacidad de los editores extranjeros para identificar y explotar nichos de mercado específicos [119]. Las postales de esta empresa sobre San Sebastián y el País Vasco contribuyeron significativamente a la difusión de la imagen de estas regiones en el mercado europeo [119].

Policarpio Sanz Calleja: El Editor Madrileño

Especialización en Madrid

La editorial madrileña Policarpio Sanz Calleja se especializó en la impresión de vistas de Madrid bajo la denominación "Recuerdo de" [120]. Policarpio Sanz Calleja fue un comerciante madrileño de finales del siglo XIX que contaba con tres establecimientos dedicados a la edición y venta de tarjetas postales, ubicados en la Puerta del Sol 11-12, Montera 31 y Príncipe 25 [120].

La empresa posiblemente fue también el impresor de otros recuerdos de ciudades españolas en formato similar al de "Recuerdo de Madrid", aunque sin referencia específica al editor [120]. Esta práctica era común en el período, cuando muchos editores preferían mantener el anonimato o subcontratar la producción a talleres especializados [120].

Distribución y Comercialización

Los tres establecimientos de Policarpio Sanz Calleja estaban estratégicamente ubicados en las zonas comerciales más importantes de Madrid [120]. La Puerta del Sol constituía el centro neurálgico de la ciudad, mientras que las calles Montera y Príncipe se encontraban en áreas de gran tránsito comercial y turístico [120].

Otros Editores Destacados del Período

Editorial Malagueña: Producción Masiva

La Editorial Malagueña desarrolló una serie de ochenta postales, constituyendo una de las producciones más amplias del período fuera de las grandes empresas nacionales [121]. Aunque los detalles específicos sobre esta empresa son limitados, la amplitud de su producción evidencia la existencia de una demanda considerable en el mercado andaluz [121].

Eugenio Krapf en Vigo

Eugenio Krapf fue un impresor y librero suizo nacido en Zúrich, establecido en Vigo, donde murió el 10 de abril de 1903 [122]. Largo tiempo establecido en Sevilla, acabó por instalar una librería en la calle Policarpo Sanz de Vigo [122]. Krapf es recordado por las múltiples tarjetas postales que salieron de su imprenta y que aún sirven como referencia notable de la ciudad en aquella época finisecular [122].

Además de su actividad postal, Eugenio Krapf ha pasado a la historia de la bibliografía de la literatura española por publicar en el año 1900 una importante edición de "La Celestina" de Fernando de Rojas, con un memorable prólogo de Marcelino Menéndez Pelayo [122].

Librería Calón de Salamanca

La Librería Calón de Salamanca editó veinte postales sobre vistas de la ciudad, comercializadas como carnets postales o cuadernos fotográficos agrupadas en series [123]. Una gran parte de las tarjetas postales de J.C. Calón fueron comercializadas de esta manera, teniendo conocimiento de tres series completas [123].

Las postales de la Imprenta y librería Viuda de Calón e Hijo, comercializadas a partir de 1900, mostraban pequeñas imágenes situadas arriba y/o a la izquierda de la tarjeta, siguiendo el esquema de diseño de las primeras postales ilustradas [123]. Su destino fundamental no era ser puestas en circulación postal sino su venta como souvenir o recuerdo de Salamanca e incluso ser objeto de colección [123].

Ramón Ortega en Valencia

La Imprenta y Litografía Ortega fue fundada en 1871 por Ramón Ortega Fort en el número 47 de la calle Ruzafa de Valencia [124]. Desde 1888, le sucedió al frente de la empresa José Ortega Paredes, que le dio un considerable impulso y la convirtió en un referente nacional de las artes gráficas [124].

La Imprenta Ortega destacó en los ámbitos de la litografía, la producción de billetaje y especialmente en la cartelería taurina y festiva, en la que fue la empresa líder en España [124]. Los años 20 a 40 del siglo XX representaron los momentos de mayor esplendor con el concurso de grandes maestros de la pintura de ambiente taurino como Carlos Ruano Llopis, Juan Reus o José Cros Estrems [124].

Hermenegildo Miralles y José Triadó: La Serie de Escudos Provinciales

Una Producción Excepcional

La litografía Hermenegildo Miralles de Barcelona editó una serie de cincuenta tarjetas postales que reproducían los escudos de todas las provincias españolas realizados por el ilustrador José Triadó, serie que fue muy elogiada en la época [125]. Esta producción representó uno de los proyectos editoriales más ambiciosos y simbólicamente significativos del período [126].

Hermenegildo Miralles Anglés (Barcelona, 1859-1931) fue un encuadernador, litógrafo y decorador que se había formado en el taller de Pere Domènech i Saló, llegando a ser uno de los principales renovadores de la encuadernación en Cataluña [125]. Fundó con Ramon de Montaner i Vila una gran empresa de litografía y encuadernación industrial, introduciendo las imitaciones de cartón piedra [125].

José Triadó: El Ilustrador de los Escudos

Josep Triadó Mayol (Barcelona, 1870-1929) fue un dibujante, ex librista y pintor especializado en el diseño de elementos heráldicos y decorativos [127]. Se había graduado en la Escuela de Oficios Artísticos y Bellas Artes de Barcelona, realizando todos los cursos relativos a la enseñanza de la pintura [126].

Triadó obtuvo notables triunfos como ilustrador de libros y publicaciones, como cartelista y como diseñador de artes industriales [126]. Su colección de tarjetas postales con los escudos de las provincias de España mereció especial reconocimiento, siendo considerada una obra de referencia en el campo de la heráldica postal [126].

Innovación Técnica y Artística

El taller de Hermenegildo Miralles contaba con más de 300 operarios y las maquinarias más modernas de su tiempo, en constante actualización durante un momento de continuas novedades dentro del mundo de las artes gráficas [128]. Esta capacidad técnica permitió la producción de las postales de escudos con una calidad excepcional que combinaba precisión heráldica y excelencia artística [128].

La serie de escudos provinciales empleaba la cromolitografía para reproducir con fidelidad los colores y detalles de cada escudo [129]. Esta técnica requería un dominio técnico considerable y un conocimiento profundo de la heráldica española [129].

El Marco Legal y las Dimensiones Reglamentarias

El Real Decreto de 7 de Junio de 1898

El Reglamento del servicio de correos aprobado por Real Decreto de 7 de junio de 1898 estableció en su artículo 24 las dimensiones máximas de las tarjetas elaboradas por la industria privada en 14 cm de longitud por 9 cm de anchura [130]. Esta normativa representó la formalización legal de las características técnicas que debían cumplir las postales para circular por el sistema postal español [131].

La fijación de estas dimensiones estándar tuvo importantes consecuencias para la industria postal, ya que obligó a los editores a adaptar sus producciones a los formatos reglamentarios [132]. Las tarjetas postales de dimensiones superiores a las señaladas fueron probablemente editadas con anterioridad al verano de 1898, cuando entró en vigor la nueva normativa [130].

Implicaciones para la Producción

La estandarización de formatos facilitó la mecanización de los procesos postales y permitió una mayor eficiencia en la manipulación y distribución de las postales [131]. Sin embargo, también limitó la creatividad editorial al restringir las posibilidades de experimentación con formatos alternativos [132].

Los editores que habían desarrollado producciones en formatos ampliados, como algunos trabajos de Hauser y Menet del período 1896-1897, tuvieron que adaptar sus series a las nuevas especificaciones [130]. Esta adaptación representó tanto un desafío técnico como una oportunidad de normalización que benefició al conjunto del sector [131].

El Fenómeno del Coleccionismo y la Circulación Internacional

Turistas Extranjeros y Mercado Internacional

La mayoría de las tarjetas del período se enviaban por turistas extranjeros a sus respectivas ciudades o pueblos de origen, por lo que es difícil encontrarlas circuladas en este período [133]. Este fenómeno evidencia el carácter internacional del mercado postal español y el papel de las postales como souvenirs turísticos [133].

El turismo extranjero en España experimentó un crecimiento notable durante este período, favorecido por las mejoras en las comunicaciones ferroviarias y el desarrollo de la industria hotelera [133]. Las postales se convirtieron en el recuerdo turístico por excelencia, combinando valor conmemorativo y funcionalidad comunicativa [133].

El Sello "El Pelón" y el Franqueo

Todas las postales del período se franqueaban con el sello denominado "El Pelón", que reproducía la imagen de Alfonso XIII niño [134]. Esta emisión filatélica, vigente durante los años de mayor desarrollo de la postal ilustrada, se convirtió en un elemento identificativo del período [134].

El sello "El Pelón" debe su denominación popular a la representación del joven monarca sin apenas cabello, característica que lo diferenciaba claramente de emisiones posteriores [134]. La coincidencia temporal entre esta emisión filatélica y el apogeo de la postal ilustrada creó una asociación iconográfica que perdura en la memoria coleccionista [134].

La Consolidación del Mercado Cartófilo Español

Revistas Especializadas y Movimiento Coleccionista

A partir del año 1901 se editaron en España diferentes revistas para los coleccionistas de tarjetas postales [133]. "España Cartófila", revista mensual ilustrada editada en Barcelona, junto con el "Boletín de la tarjeta postal ilustrada", evidenciaban la maduración del movimiento coleccionista y la consolidación de un mercado especializado [133].

Estas publicaciones especializadas cumplían múltiples funciones: informaban sobre las novedades editoriales, proporcionaban catálogos de referencia, facilitaban el intercambio entre coleccionistas y contribuían a la educación cartófila del público [133].

La Diferenciación Respecto a la Filatelia

Mientras que la filatelia se refería exclusivamente a emisiones oficiales de los Estados, en la cartofilia se coleccionaban las postales producidas por la industria privada de forma libre [133]. Esta diferenciación fundamental permitía a los coleccionistas de postales encontrar muchas piezas inéditas y desarrollar especialidades muy diversificadas [133].

La libertad creativa de la industria postal privada contrastaba con las limitaciones reglamentarias de la producción filatélica oficial, ofreciendo a los coleccionistas un universo mucho más amplio y diversificado [133].

Análisis de la Producción por Técnicas y Procedimientos

La Fototipia como Técnica Dominante

La fototipia mantuvo su posición dominante en la producción de postales de calidad durante todo el período [94]. Este procedimiento, que permitía reproducciones de gran fidelidad, fue especialmente empleado por Hauser y Menet y otros editores que buscaban la máxima calidad en sus productos [95].

Las limitaciones de tiraje de la fototipia (aproximadamente 500 copias antes del deterioro de la gelatina) condicionaban la economía de la producción, favoreciendo las ediciones dirigidas a mercados selectos [94]. Sin embargo, la calidad excepcional de los resultados justificaba estos costes adicionales [95].

La Expansión de la Litografía

La litografía experimentó un notable desarrollo durante este período, especialmente en producciones de mayor tiraje y menor coste [98]. Editores como Pablo Dümmatzen, Künzli Frères y Litografía M. Pujadas emplearon esta técnica para desarrollar producciones masivas dirigidas al mercado popular [107].

La versatilidad de la litografía permitía desde reproducciones monocromáticas económicas hasta cromolitografías complejas de gran riqueza visual [108]. Esta flexibilidad técnica favoreció la diversificación del mercado postal [107].

Impacto Cultural y Social del Período

Democratización de la Imagen

El período 1897-1907 representó la democratización definitiva de la imagen reproducida en España [94]. Las postales pusieron al alcance de amplios sectores de la población reproducciones de calidad de obras de arte, monumentos y paisajes que anteriormente solo estaban disponibles para élites reducidas [95].

La difusión masiva de imágenes a través de las postales contribuyó significativamente a la formación del gusto estético popular y a la construcción de un imaginario visual compartido sobre España [96].

Contribución a la Identidad Nacional

Las postales del período jugaron un papel fundamental en la construcción y difusión de una determinada imagen de España tanto en el interior como en el exterior [97]. La selección de monumentos, paisajes urbanos y elementos culturales que aparecían en estas producciones estableció un canon visual que influiría en la percepción del país durante décadas [98].

Los editores extranjeros, en particular, contribuyeron a la difusión internacional de determinadas imágenes estereotípicas de España que respondían a las expectativas del turismo romántico europeo [99].

Bibliografía Especializada

Fuentes Fundamentales y Catálogos de Referencia

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  • Carreras y Candi, Francisco (1903). Las Tarjetas Postales en España. Barcelona: Imprenta de Francisco Altés.
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  • Fontanella, Lee (1981). La historia de la fotografía en España desde sus orígenes hasta 1900. Madrid: El Viso.
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  • Sánchez Vigil, Juan Miguel (2007). Del daguerrotipo a la Instamatic. Gijón: Ediciones Trea.
  • Estudios Técnicos y de Artes Gráficas
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  • Fontbona, Francesc (1988). La crisis del Modernismo artístico. Barcelona: Anthropos.
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Estudios Regionales y Locales

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  • Vega, Carmelo (1992). La fotografía en Canarias y Madeira (1839-1900). Las Palmas: Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias.
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  • Academia de Historia Postal (1947-presente). Boletín de la Academia Iberoamericana de Historia Postal. Madrid.

Revistas Especializadas Históricas

  • España Cartófila (1901-1905). Revista mensual ilustrada. Barcelona.
  • Boletín de la tarjeta postal ilustrada (1902-1907). Madrid.
  • La Postal Ilustrada (1903-1908). Revista quincenal. Barcelona.
  • Estudios sobre Editores Específicos
  • Durand, Marc (2015). "De l'image fixe à l'image animée 1820-1910". Archives nationales, tomo 2, pp. 851-855.
  • García-Figuerola, Miguel (2009). Librería Viuda de Calón e Hijo. Salamanca: Museo del Comercio.
  • Morán Turina, José Miguel (2013). "Hauser y Menet y la imagen arquitectónica de España (1890-1900)". Artigrama, núm. 28, pp. 201-220.
  • Rodríguez Molina, María José (2013). Los fotógrafos de la Restauración y sus empresas editoriales. Madrid: Fundación Española de Historia Moderna.

Estudios sobre Coleccionismo y Cartofilia

  • Alonso Viguera, José Manuel (2004). Manual del coleccionista de postales. Madrid: Ediciones San Martín.
  • Baudet, Henri (1980). Het verzamelen van ansichtkaarten. Amsterdam: De Arbeiderspers.
  • Hill, C.W. (1987). Discovering Picture Postcards. Oxford: Shire Publications.
  • Miller, George y Dorothy (1974). Picture Postcards in the United States. Nueva York: Clarkson N. Potter.
  • Staff, Frank (1979). The Picture Postcard and its Origins. Londres: Lutterworth Press.

Conclusión: El Legado del Período 1897-1907

El período 1897-1907 estableció los fundamentos definitivos de la industria postal española, marcando la transición desde una producción artesanal y experimental hacia una industria moderna y diversificada [94]. La Serie General de Hauser y Menet, con sus 690 ejemplares numerados, se convirtió en el modelo de referencia que influiría en toda la producción posterior [95].

La diversificación editorial del período, con la participación de editores nacionales e internacionales, evidenció la maduración del mercado y la consolidación de España como destino turístico y cultural [96]. Las innovaciones técnicas, especialmente la introducción de la cromolitografía y el perfeccionamiento de la fototipia, establecieron estándares de calidad que perdurarían durante décadas [97].

El marco legal establecido por el Real Decreto de 1898 proporcionó la estabilidad normativa necesaria para el desarrollo industrial del sector [98]. La estandarización de formatos facilitó tanto la producción como la distribución, contribuyendo a la masificación del fenómeno postal [99].

La contribución internacional al desarrollo de la postal española, con editores alemanes, franceses, suizos e italianos, evidenció el carácter cosmopolita de la industria y la permeabilidad cultural del mercado español [100]. Esta dimensión internacional enriqueció enormemente la diversidad técnica y estilística de la producción nacional [101].

Finalmente, el período consolidó la función cultural de la postal como medio de difusión del patrimonio artístico y constructor de identidades territoriales [102]. Las series temáticas especializadas, como los escudos provinciales de Miralles y Triadó, evidenciaron el potencial de la postal como vehículo de expresión simbólica y cohesión nacional [135].

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