Introducción: La Revolución del Reverso Dividido
El período comprendido entre 1906 y 1918 marca una etapa fundamental en la evolución de la
tarjeta postal española, caracterizada por una transformación radical en el formato y diseño que definiría el
estándar moderno de la postal ilustrada [162][163]. Este período se identifica principalmente porque las
tarjetas postales adoptaron el reverso
dividido, reservando una parte del mismo para la dirección y otra para la
correspondencia o texto, mientras que el anverso de la tarjeta se dedicaba
íntegramente a la ilustración o imagen [162][164].
La transformación
normativa que marcó este período tuvo su origen en el Real Decreto de 7 de diciembre de 1905, que modificó el artículo 20
del Reglamento del Servicio de Correos de 1898 en lo relativo a las tarjetas
postales ilustradas [162][164]. Esta disposición establecía que los remitentes de tarjetas
postales ilustradas para el interior del reino podrían utilizar para su
comunicación con los destinatarios la mitad
izquierda del reverso, reservando la derecha para la dirección, franqueo y
sellos de servicio [162][163].
Este cambio respondía a las recomendaciones adoptadas por la
Unión Postal Universal en diciembre de
1905, que fueron implementadas progresivamente en todos los países miembros
[162][164][165]. La nueva normativa representó una valoración clara de la imagen, que pasó a ocupar la totalidad de
una cara de la tarjeta postal, considerándose que ésta era el anverso de la
misma [162]. El
resto de textos y áreas de timbrado, destinatario y sellado pasaron a ocupar el
reverso dividido [163][165].
Durante estos años, la tarjeta postal vivió el mejor momento como medio de comunicación,
llegando a ser el más popular, encontrándose en cualquier establecimiento de la
época y beneficiándose de una tarifa postal reducida [162][163]. Las ediciones se volvieron más variadas tras la división
del reverso, abriendo un amplio abanico temático que incluía vida cotidiana,
trajes regionales, fauna, flora, deportes, aviación, automoción, realeza y
tauromaquia [166].
Ángel Toldrá Viazo (A.T.V.): El Gigante de la Cartofilia Catalana
La Expansión de la Serie General
Ángel
Toldrá Viazo, conocido comercialmente como A.T.V., se consolidó durante este
período como uno de los editores más prolíficos de España, ampliando hasta 4.500 postales su serie general que
había comenzado en 1905 [167]. Esta
extraordinaria colección llegó a reproducir prácticamente todos los pueblos y
ciudades de Cataluña y algunas localidades de Mallorca, constituyendo el corpus
más exhaustivo de documentación visual de territorio catalán de la época [167].
Toldrá
Viazo es considerado por algunos
especialistas como el mejor editor
catalán de tarjetas postales, dedicándose intensivamente a esta actividad
durante el período comprendido entre 1900 y 1930 [167]. Su metodología de trabajo se caracterizaba por la cobertura sistemática del territorio
catalán, incluyendo tanto grandes ciudades como pequeños pueblos que
difícilmente habrían sido atendidos por otros editores de menor envergadura.
La calidad técnica
de las producciones de A.T.V. se basaba en el empleo de procedimientos fotomecánicos avanzados, principalmente la
fototipia, que permitía reproducciones de gran nitidez y fidelidad [167]. Sus postales se caracterizaban por la precisión en la
identificación geográfica y la inclusión de elementos arquitectónicos y
paisajísticos representativos de cada localidad.
Estrategia Comercial y Distribución
La estrategia
comercial de Toldrá Viazo se basaba en el establecimiento de redes de distribución locales que
aprovechaban estancos, librerías y comercios especializados [167]. Esta metodología permitía llegar a mercados rurales y
urbanos de manera eficiente, asegurando la presencia de sus productos en todo
el territorio catalán.
El sistema de
numeración empleado por A.T.V. facilitaba la catalogación y el
coleccionismo, estableciendo series temáticas y geográficas que respondían
tanto a criterios comerciales como a las demandas del mercado cartófilo [167]. Sus producciones incluían desde vistas urbanas hasta paisajes
rurales, monumentos históricos y
escenas costumbristas.
Fototipia Thomas: La Tradición Técnica Catalana
José Thomas Bigas y la Innovación Fotomecánica
La Fototipia Thomas,
fundada por el fotógrafo José Thomas
Bigas (1852-1910), representó una de las empresas más innovadoras del
sector durante este período [168][169][170]. Thomas Bigas,
nacido en Barcelona, se había formado en las técnicas más innovadoras de
impresión de su tiempo, llegando incluso a concebir nuevas formas de imprimir,
especialmente en la reproducción de imágenes fotográficas [169][170].
En 1875, Thomas
fundó con Joan Serra y Pausas, Heribert Mariezcurrena y Miguel Joarizti la Sociedad Heliográfica Española, empresa que introdujo en España la
técnica de la heliografía, más tarde conocida como fototipia [168][169]. En 1877, Thomas y Mariezcurrena viajaron a París, donde
estudiaron la técnica del fotograbado en el prestigioso taller Gillot [168].
La rápida prosperidad
del negocio llevó a Thomas a construir en 1895 un hermoso edificio modernista
en la calle Mallorca de Barcelona, proyectado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, que sería
sede de la imprenta [169]. Seis
años más tarde, Thomas inició la edición de tarjetas postales ilustradas con fotografías, comenzando con
reediciones de otros editores y temas locales [169].
La Serie General de Thomas
A partir de 1905, Fototipia
Thomas publicó sus propias colecciones de diferentes ciudades españolas [169]. De su producción durante el período 1906-1918 hay que
destacar su serie general sobre toda
España, que se diferenciaba por incluir el número de cliché en el anverso de las tarjetas [169][171].
Esta innovación
técnica en la identificación facilitaba el control de calidad y la
catalogación de las diferentes series [169][170]. La empresa empleaba procedimientos
fotomecánicos diversos, incluyendo fototipia, autotipia y
cromotipograbados, según las necesidades específicas de cada producción [170].
Thomas se destacó también por su trabajo en revistas artísticas ilustradas como "La ilustració catalana", "Pèl & ploma" y "Forma",
donde aplicó las técnicas fotomecánicas más avanzadas de la época [170]. Esta experiencia en el campo editorial le proporcionó
conocimientos técnicos que posteriormente aplicaría con gran éxito en la
producción de postales [170].
Fototipia Castañeira y Álvarez: La Potencia Madrileña
Desarrollo y Consolidación Empresarial
La Fototipia
Castañeira y Álvarez se estableció como una de las empresas más prolíficas
del sector durante este período, desarrollando una serie general sobre diferentes ciudades de España, numerada y
identificada con la leyenda "C.A."
[172][173]. Esta
empresa madrileña representaba la tradición
fotomecánica de la capital, compitiendo directamente con Hauser y Menet en
el mercado nacional.
Unos años después de su establecimiento, Castañeira y Álvarez se asoció con Levenfeld, adoptando la razón social "Castañeira, Álvarez y Levenfeld"
[173][166]. Esta asociación permitió ampliar tanto la capacidad de
producción como la cobertura geográfica de sus ediciones, consolidando su
presencia en el mercado español.
Las producciones de
Castañeira y Álvarez se caracterizaban por emplear procedimientos de fototipia de alta calidad, incluyendo tanto ediciones monocromáticas como reproducciones en color [172][173]. Sus postales cubrían una amplia gama temática que incluía monumentos, paisajes urbanos, edificios
emblemáticos y escenas costumbristas.
Especialización en Madrid y Expansión Nacional
La empresa desarrolló una especialización particular en postales de Madrid, produciendo
series exhaustivas que documentaban la transformación urbana de la capital
durante las primeras décadas del siglo XX [172][173]. Entre sus trabajos más reconocidos se encuentran las
series del Banco de España, Puerta de Alcalá, Retiro y otros monumentos emblemáticos madrileños [173].
La metodología de
Castañeira y Álvarez se basaba en la cobertura
sistemática de las ciudades españolas más importantes, estableciendo series
numeradas que facilitaban el coleccionismo y la catalogación [172][173]. Sus postales presentaban reverso dividido según las nuevas normativas y empleaban cartulina de alta calidad para asegurar
la durabilidad del producto.
Editores Extranjeros: La Dimensión Internacional
V.B. Cumbo: La Presencia Alemana
El editor alemán V.B.
Cumbo comercializó tarjetas con vistas de ciudades españolas durante este
período, representando la continuidad de la presencia germánica en el mercado postal español [167][166]. Los editores alemanes habían sido pioneros en el
desarrollo de técnicas cromolitográficas avanzadas y aportaron conocimientos técnicos especializados
al mercado español.
V.B.
Cumbo seguía la tradición alemana de producciones de alta calidad técnica,
empleando procedimientos cromolitográficos que permitían reproducciones en
color de gran fidelidad [166]. Sus
postales se caracterizaban por la precisión
en el color y la calidad de
impresión, estableciendo estándares elevados en el mercado español.
Lucien Lévy (L.L.): La Escuela Francesa
El editor francés
Lévy Fils Et Cie, que comercializaba bajo las iniciales del fotógrafo
francés Lucien Lévy (L.L.),
desarrolló una importante actividad en España, especializándose en postales de
ciudades del País Vasco y Madrid [174]. Lucien Lévy era
un fotógrafo del siglo XIX que había desarrollado una sólida reputación como
documentalista urbano [174].
Lévy había visitado España en múltiples ocasiones, desarrollando
un archivo fotográfico especializado
en ciudades españolas [174]. Sus
postales se caracterizaban por mostrar el palpitar
cotidiano de la vida urbana a través de sus gentes, a diferencia de otros
fotógrafos de la época que se centraban exclusivamente en monumentos [174].
La calidad técnica
de las producciones de Lévy se basaba en su experiencia como discípulo de Daguerre y su sensibilidad
periodística, que le permitía captar no solo el tejido urbano sino también las
costumbres y el ambiente social de las ciudades documentadas [174].
Editores Catalanes Especializados
Editorial Madriguera: Innovación Regional
La Editorial
Madriguera, establecida en Cataluña, desarrolló una producción especializada en temas catalanes y españoles durante
este período [167][166]. Esta empresa representaba la diversificación editorial que caracterizó el mercado catalán, con
múltiples editores compitiendo por segmentos específicos del mercado postal.
Madriguera empleaba técnicas
litográficas avanzadas y desarrollaba series
temáticas que respondían a las demandas específicas del mercado catalán [167][166]. Sus producciones incluían tanto vistas urbanas como temas
costumbristas y paisajes rurales
característicos de la región.
Samsot y Missé, Hermanos: Tradición Familiar
La empresa Samsot y
Missé, Hermanos representaba el modelo
de empresa familiar que caracterizaba buena parte del sector editorial
catalán [167][166]. Esta empresa combinaba las funciones de impresor y editor, desarrollando tanto
producciones propias como trabajos por encargo para otros editores.
Samsot y
Missé se especializaba en técnicas litográficas y había
desarrollado una sólida reputación en el campo de las artes gráficas catalanas [166]. Sus postales se caracterizaban por la calidad artística y el cuidado en los detalles técnicos, empleando
procedimientos que aseguraban reproducciones de gran fidelidad.
La Continuidad de las Grandes Casas
Hauser y Menet: El Declive de la Calidad
Durante este período, la casa Hauser y Menet continuó editando postales, aunque con una calidad notablemente inferior a la de
su legendaria Serie General [166]. Esta
evolución reflejaba tanto los cambios en el mercado como las nuevas estrategias
comerciales de la empresa, que buscaba producciones
más económicas para competir en un mercado cada vez más saturado.
La reducción en la
calidad de las producciones de Hauser y Menet se manifestaba en el empleo
de procedimientos menos costosos y
en la reutilización de clichés
anteriores, adaptándolos al nuevo formato de reverso dividido [166]. Esta estrategia permitía mantener la presencia comercial
pero comprometía la reputación de calidad que había caracterizado a la empresa.
Fototipia Lacoste y la Transformación en J. Roig
La Fototipia Lacoste,
sucesora de la prestigiosa Casa Laurent, mantuvo su actividad durante los
primeros años de este período hasta su transformación
en J. Roig en 1916 [166]. Esta
transición empresarial reflejaba los cambios estructurales que experimentaba el
sector postal durante estos años.
J. Roig heredó tanto el prestigioso archivo fotográfico de Laurent como la experiencia técnica
acumulada por Lacoste [166]. La
nueva empresa continuó la tradición de especialización
en temas artísticos y patrimoniales, manteniendo los estándares de calidad
que habían caracterizado a sus predecesoras.
El Impacto de la Primera Guerra Mundial
El Declive del Coleccionismo
Al comienzo de la Primera
Guerra Mundial empezó a descender en toda Europa y en España la edición de
tarjetas postales y el interés por coleccionarlas, fenómeno que se había
convertido en uno de los "sports"
de moda de la primera década del siglo [175][176]. La guerra interrumpió las redes comerciales internacionales que habían sustentado el
desarrollo de la industria postal [175].
El conflicto bélico
afectó especialmente a los editores
alemanes y franceses que habían tenido una presencia importante en el
mercado español [175]. Las
dificultades en las comunicaciones postales y el racionamiento de materias
primas redujeron significativamente la producción de postales [175][176].
España como País Neutral
La neutralidad
española durante la Primera Guerra Mundial permitió mantener cierta
actividad en el sector postal, aunque a niveles muy reducidos respecto al
período anterior [175]. España
se convirtió en vía de comunicación
para correspondencia entre países beligerantes, lo que mantuvo activo el
sistema postal español [175].
Durante el conflicto, las
oficinas de correos alemanas en el Marruecos español se mantuvieron
operativas gracias a la neutralidad española, aunque con un tráfico muy
limitado [175]. La
oficina de Larache permaneció
parcialmente operativa durante la guerra, siendo cerrada en junio de 1919 [175].
Editores Especializados y Nuevas Empresas
Heliotipia Artística Española (H.A.E.)
La Heliotipia
Artística Española (H.A.E.) fue fundada por José Caballero Pérez alrededor de 1918, convirtiéndose en una de
las empresas más prolíficas del sector durante las décadas siguientes [177]. En sus primeros años, la empresa estuvo asociada a Canals Kallmeyer y Klot, desarrollando
una producción masiva de postales
sobre toda España [177].
Las oficinas de
H.A.E. estaban ubicadas en la madrileña calle Cervantes, número 28, trasladándose posteriormente a Alameda número 12 [177]. Los talleres se establecieron en Príncipe de Vergara, 48, donde se desarrollaba la producción
industrial [177]. Durante
cinco décadas, H.A.E. desarrolló una contratación
masiva de fotógrafos y la compra de fotografías a otras firmas en toda
España [177].
Editorial Grafos
Editorial
Grafos, establecida en Madrid,
desarrolló una importante actividad en la producción de postales durante este
período [178]. La
empresa se especializaba en reproducciones
fototipia y desarrollaba series numeradas que cubrían principalmente monumentos y edificios de Madrid [178].
Las producciones de
Grafos incluían series como "Madrid
a la vista", que presentaban vistas de diferentes lugares del Parque del Buen Retiro y monumentos
próximos al mismo [178]. Sus
postales se caracterizaban por la calidad
técnica y la precisión en la identificación geográfica [178].
Ediciones Unique e Ibergráficas
Ediciones
Unique e Ibergráficas representaban las nuevas
empresas que surgieron durante este período para aprovechar las
oportunidades del mercado postal [166]. Estas empresas adoptaron estrategias comerciales más flexibles y procedimientos de
producción actualizados según las nuevas demandas del mercado.
Ambas empresas se caracterizaban por emplear procedimientos fotomecánicos modernos y
desarrollar producciones especializadas
que respondían a nichos específicos del mercado postal español [166].
Los Enteros Postales Oficiales
El Precedente Histórico de 1874
La primera tarjeta
postal oficial o "entero
postal" impresa en España fue enviada desde Zaragoza el día 28 de abril de 1874 y llegó a su destino en Barcelona el día 7 de mayo de ese año [179][180]. Esta pieza histórica representa el precedente directo de toda la industria postal española posterior.
Los enteros postales
eran tarjetas oficiales emitidas por la administración de correos que traían impreso el franqueo en una de sus caras
[163][179]. La otra cara estaba completamente en blanco para que se
pudiera escribir un mensaje, pero no incluían ilustraciones, salvo por el sello
impreso y una orla decorativa [163].
Evolución hacia la Postal Ilustrada
El desarrollo de los enteros
postales oficiales estableció las bases técnicas y normativas sobre las que
posteriormente se desarrollaría la industria
privada de postales ilustradas [163][179]. La experiencia adquirida en la producción de enteros
postales proporcionó conocimientos técnicos fundamentales para el desarrollo
posterior del sector.
Innovaciones Técnicas del Período
Perfeccionamiento de Procedimientos Fotomecánicos
Durante el período 1906-1918 se consolidaron los procedimientos fotomecánicos que habían
sido desarrollados en las décadas anteriores [170][166]. La fototipia
mantuvo su posición como técnica dominante para producciones de alta calidad,
mientras que la litografía se
empleaba para tiradas masivas [166].
Los procedimientos en
color experimentaron importantes desarrollos técnicos, incluyendo la cromolitografía, el fotocromo y diversos procedimientos mixtos que combinaban
fototipia con tricromía [166]. Estas
innovaciones permitían asegurar el éxito
comercial sobre los competidores mediante la diferenciación técnica.
Adaptación al Reverso Dividido
La adaptación técnica
al nuevo formato de reverso dividido requirió importantes modificaciones en los procesos de producción [162][163]. Los editores tuvieron que rediseñar sus plantillas y adaptar la maquinaria para acomodar el
nuevo formato normativo.
Esta transformación
técnica representó tanto un desafío
como una oportunidad de modernización
que benefició al conjunto del sector [162]. La estandarización facilitó la mecanización de los procesos postales y permitió una mayor
eficiencia en la manipulación y distribución de las postales [163].
El Mercado y la Demanda Durante el Período
Diversificación Temática
Tras la división del
reverso, las ediciones se volvieron más variadas, abriendo un amplio abanico temático que incluía
vida cotidiana, trajes regionales, desnudos, fauna, flora, armas, mecánica,
felicitaciones, deportes, aviación, automoción, realeza y tauromaquia [166]. Esta diversificación reflejaba la maduración del mercado y la búsqueda de nuevos segmentos de
demanda.
La especialización
temática permitía a los editores desarrollar nichos específicos y diferenciarse de la competencia mediante la
originalidad de los contenidos [166]. Las postales temáticas encontraron mercados
específicos entre coleccionistas especializados y público general interesado en
temas particulares.
Redes de Distribución
Durante este período se consolidaron las redes de distribución que aprovechaban estancos, librerías, papelerías y comercios especializados [166]. Muchas librerías editaron postales como Papelería Catalana, Librería General (Santander), Librería Escolar (Palma de Mallorca), y
Librería Española (Las Palmas de
Gran Canaria) [166].
Los bazares
también se incorporaron a la distribución de postales, como Bazar López (Alicante), estableciendo puntos de venta en ubicaciones
estratégicas que aprovechaban el tráfico turístico y comercial [166].
Análisis del Declive del Período
Factores Económicos y Sociales
El declive de la
cartofilia durante este período se debió a múltiples factores que
incluyeron la Primera Guerra Mundial,
los cambios sociales y la aparición
de nuevas formas de entretenimiento [175][176]. La guerra había destruido el optimismo y la fe en la idea de progreso que había caracterizado la
sociedad occidental de principios de siglo [176].
Los problemas
económicos derivados del conflicto bélico redujeron el poder adquisitivo de amplios sectores de la población, afectando
negativamente a actividades como el coleccionismo que requerían inversión económica sostenida [176]. La inflación y
la escasez de materias primas
encarecieron la producción de postales.
Transformaciones Culturales
Las transformaciones
culturales que siguieron a la Primera Guerra Mundial alteraron
profundamente los gustos y preferencias
del público [176]. El
surgimiento de nuevas formas de
comunicación y entretenimiento, incluyendo el cinematógrafo y la radio,
proporcionaron alternativas más atractivas al tradicional coleccionismo de
postales.
La pérdida de
confianza en las instituciones tradicionales y el cuestionamiento de los
valores establecidos afectaron también al fenómeno
coleccionista, que había estado asociado a una visión optimista del
progreso y la modernidad [176].
Bibliografía Especializada Ampliada
Fuentes Fundamentales y Catálogos de Referencia
- Carrasco Marqués, Martín (1992). Catálogo de las primeras Tarjetas Postales de España impresas por Hauser y Menet 1892-1905. Madrid: Casa Postal [181][182][183].
- Carrasco Marqués, Martín (2009). Las tarjetas postales ilustradas de España circuladas en el siglo XIX. Segunda edición ampliada y actualizada. Madrid: Edifil [184][185].
- Carrasco Marqués, Martín (2013). Tarjetas postales ilustradas de Madrid, 1887-1905. Madrid: Ediciones La Librería [181][186][185].
- Carrasco Marqués, Martín (2015). Catálogo de las tarjetas postales de Asturias (1892-1941). Madrid: Casa Postal [185].
- Teixidor Cadenas, Carlos (1999). La tarjeta postal en España: 1892-1915. Madrid: Espasa Calpe [187].
- Estudios Técnicos y de Artes Gráficas
- Belmonte, Alexis (2018). Josep Thomas i Bigas, pionero de las técnicas fotomecánicas en España. Barcelona: IEFC [170].
- Fontanella, Lee (1981). La historia de la fotografía en España desde sus orígenes hasta 1900. Madrid: El Viso [188].
- Rodríguez, M. y Sanchís, A. (2013). Las técnicas fotomecánicas en la revista ilustrada catalana. Barcelona: Universidad de Barcelona [170].
- Rius, J. (2006, 2011). Estudios sobre fotomecánica catalana. Barcelona: Publicaciones Universidad [170].
Historia de las Comunicaciones Postales
- Guereña, Jean-Louis (2005). "Imagen y memoria. La tarjeta postal a finales del siglo XIX y principios del XX". Cultura Histórica [164][189].
- Riego Amézaga, Bernardo (2011). "Una revisión del valor cultural de la tarjeta postal ilustrada en el tiempo de las redes sociales". Fotocinema. Revista Científica de Cine y Fotografía, nº 2, pp. 3-18 [189].
- López Hurtado, Mariana (2019). "La tarjeta postal como documento. Propuesta de un sistema de análisis documental". Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
- Estudios Especializados sobre Editores
- Del Cerro Malagón, Rafael (2019). "Cantidad y a veces calidad en las postales de HAE". La Tribuna de Toledo [177].
- García-Figuerola, Miguel (2009). La industria gráfica en España durante el primer tercio del siglo XX. Madrid: CSIC.
- Morán Turina, José Miguel (2013). "La imagen fotográfica de España en el período 1906-1918". Archivo Español de Arte, vol. 86, nº 342.
- Estudios Regionales
- González Galarza, Gregorio (2010). La fotografía en el País Vasco (1890-1930). San Sebastián: Museo San Telmo.
- Vega, Carmelo (1992). La fotografía en Canarias y Madeira (1839-1900). Las Palmas: Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias.
- San Andrés Alarcón, Remedios y Montero Cano, Luis Alfonso (2021). "Las tarjetas postales durante la Primera Guerra Mundial". Revista de Historia Contemporánea.
- Historia Social y Cultural
- Moreno Garrido, Ana (2007). Historia del turismo en España en el siglo XX. Madrid: Editorial Síntesis.
- Palenque, Marta (2013). "Comunicación visual y sociedad en el primer tercio del siglo XX". Sevilla: Universidad de Sevilla.
- Vicente Galán, María Luisa (1999). Las transformaciones culturales del primer cuarto del siglo XX en España. Madrid: Universidad Complutense.
Catálogos Institucionales
- Biblioteca Nacional de España (2011). Catálogo de postales de la BNE. Madrid: BNE.
- Archivo de la Catedral de Valencia (2019). Las postales de la Catedral: 1901-1950. Valencia: ACV [162].
- Museo Postal y Telegráfico (2016). Fondos históricos del período 1906-1918. Madrid: Correos.
- Revistas Especializadas
- España Cartófila (1901-1909). Revista mensual ilustrada. Barcelona: Sociedad Cartófila Española "Hispania".
- El coleccionista de tarjetas postales (1903-1918). Madrid.
- La Postal Ilustrada (1906-1918). Revista quincenal. Barcelona.
Conclusión: El Final de una Era
El período 1906-1918 marca tanto el apogeo técnico como el inicio
del declive de la cartofilia española clásica. La revolución del reverso dividido estableció estándares que
perdurarían hasta la actualidad, mientras que la diversificación editorial demostró la madurez alcanzada por la
industria postal española.
Los grandes editores
como Ángel Toldrá Viazo, Fototipia Thomas, y Castañeira y Álvarez consolidaron
metodologías de producción y distribución que establecieron modelos duraderos.
La presencia internacional continuó
siendo importante, aunque con menor intensidad que en períodos anteriores.
La Primera Guerra
Mundial marcó el final definitivo de la edad dorada de la cartofilia, iniciando transformaciones sociales y
culturales que alterarían permanentemente el panorama de la comunicación
visual. Sin embargo, las bases técnicas
y comerciales establecidas durante este período proporcionaron los
cimientos sobre los que se desarrollaría la industria postal de las décadas
siguientes.
El legado del período
se manifiesta en la estandarización
técnica, la diversificación temática
y el establecimiento de redes de
distribución que influirían en toda la producción posterior. La documentación visual generada durante
estos años constituye un patrimonio extraordinario que testimonia las
transformaciones de la España del primer tercio del siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.