El oficio del historiador ha experimentado una transformación paulatina durante las últimas décadas, caracterizada por la ampliación del arsenal metodológico y conceptual disponible para la investigación histórica. Esta evolución representa un alejamiento significativo del paradigma positivista tradicional que privilegiaba exclusivamente los documentos escritos como fuentes legítimas para la construcción del conocimiento histórico.
Esta nueva perspectiva
historiográfica encuentra su fundamento teórico en los planteamientos de Lucien
Febvre (Febvre, 1953), quien en su obra fundamental "Combates por la
Historia" articuló una visión revolucionaria del quehacer histórico.
Febvre sostuvo que "Indudablemente la Historia se hace con documentos
escritos. Pero también puede hacerse y debe hacerse, sin documentos escritos.
Si estos no existen". Esta perspectiva implica que el historiador debe
utilizar "todo lo que el ingenio del historiador pueda permitirle para
fabricar su miel, a falta de flores usuales. Por tanto con palabras, con
signos. Con paisajes y con tejas. En una palabra: con todo lo que siendo del
hombre depende del hombre, sirve al hombre, expresa al hombre" (Febvre,
1953).
La escuela de los Annales,
bajo el liderazgo de Febvre, propuso una historia total que incorporara
aspectos económicos, sociales, religiosos y culturales, alejándose del método
histórico positivista tradicional. Esta aproximación metodológica postula que
"No hay historia económica y social. Hay la historia sin más, en su
unidad. La historia es, por definición, absolutamente social" (Febvre,
1953).
Las Tarjetas Postales como
Generadoras de Conocimiento Histórico
Las tarjetas postales,
surgidas en el siglo XIX y desarrolladas plenamente durante el siglo XX,
constituyen un artefacto cultural que se posiciona como una fuente
documental legítima para la reconstrucción histórica. Desde su aparición en
1869, estas pequeñas cartulinas han logrado convertirse en testimonio
del pasado y en documentos históricos que cubren un espectro temporal de
casi siglo y medio.
Como señala Daniel
Schávelzon (Schávelzon, 2001), una postal representa "un verdadero
documento que reúne tres factores cruciales: muestra un momento determinado de
algún lugar, es tomada por alguien en particular y muestra su objeto desde un
punto de vista y no de otro". Esta característica las convierte en testimonios
oculares que permiten acceder a dimensiones de la realidad histórica que
frecuentemente permanecen ausentes en las fuentes escritas tradicionales
(Schávelzon, 2001).
La importancia de las tarjetas
postales como fuente documental radica en su capacidad para funcionar
como generadoras de conocimiento histórico. A través de ellas se revela
parte de la historia de determinada época, constituyendo un objeto testimonio
del cambio, de las técnicas, de la historia del gusto, del amor, de la guerra,
de las grandes corrientes artísticas y de la política (López Hurtado, 2013).
La Imagen como Acto de
Lenguaje Social: Marcos Teóricos Fundamentales
La producción iconográfica
de una sociedad determinada no responde únicamente a criterios estéticos, sino
que debe conceptualizarse como actos de lenguaje que encierran una mitología
social específica. Jean-Claude Schmitt (Schmitt, 1996), reconocido
especialista en antropología histórica medieval, ha desarrollado una
perspectiva que considera las imágenes no como meras réplicas del real, sino
como elementos que "hacen existir este último sobre un modo
específico".
Esta perspectiva teórica
implica que las imágenes deben ser analizadas en su totalidad, considerando
tanto su forma y estructura como su funcionamiento y sus funciones sociales.
Como señala Schmitt (1996), el historiador debe "aprehender la totalidad
de la imagen, en su forma y su estructura, su funcionamiento y sus
funciones".
La propuesta metodológica de Ivan
Gaskell (Gaskell, 1991) complementa esta visión al advertir que muchos
historiadores "se sienten más cómodos usando los registros escritos
y no los visuales" y que frecuentemente "marginan el estudio de las
imágenes usándolas solo para las ilustraciones". Gaskell enfatiza que
"son muy pocos los historiadores que se interesan por hacer historia de
las imágenes", lo que resulta en que "están mal adaptados para
tratar el material visual" (Gaskell, 1991).
El Valor Analógico y
Representacional de las Postales
El valor documental de
las tarjetas postales radica precisamente en su carácter de representación
de lo real y su poder analógico (Díaz, 2002). Este poder
representacional permite que las postales muestren "ciertos aspectos de la
realidad social que los textos han pasado por alto", además de
proporcionar testimonio de las mentalidades, ideologías e identidades de
época (Díaz, 2002).
Peter Burke (Burke, 2001), en su obra fundamental "Visto y no
visto. El uso de la imagen como documento histórico", advierte sobre la
necesidad de aproximarse críticamente a las fuentes visuales. Burke
sostiene que las imágenes "no son reflejos objetivos de un tiempo y un
espacio, ni constituyen testimonios oculares inocentes, sino que forman parte
del contexto social que las produjo" (Burke, 2001).
Esta perspectiva crítica
es fundamental para comprender que las postales pueden funcionar como "un espejo
deformante de una realidad", por lo que resulta imprescindible desarrollar
metodologías apropiadas para su tratamiento como fuentes históricas
(Burke, 2001). Sin embargo, es importante reconocer que para su tiempo
histórico específico, estas imágenes sí representaban la realidad de un
espacio, país o situación, reflejando las percepciones que la propia sociedad
tenía como reales (Díaz, 2002).
Las Postales como Ventana a
las Mentalidades
A través de las postales es
posible visualizar el imaginario de una sociedad en su conjunto,
accediendo a las representaciones que los grupos sociales construían
sobre sí mismos. Estas representaciones constituyen la expresión de un grupo o
un individuo en donde existe una historia, una situación y cultura específicas,
funcionando como un medio de comunicación entre individuos (López
Hurtado, 2013).
La tarjeta postal como fuente
histórica permite recuperar un pasado que satisface una nostalgia colectiva
en búsqueda de los orígenes de naturalidad y seguridad que parecían haber
desaparecido, elementos que se habían convertido en parte de la mentalidad
mexicana de los siglos XIX y XX (Díaz, 2002).
Las postales proporcionan
información sobre cómo las personas vivían en determinadas épocas, revelando
aspectos de los sentimientos, las maneras de expresión, la política
y las condiciones sociales. Como señala la investigación especializada,
existen postales que proporcionan mayor información que cualquier otra fuente
disponible sobre determinados temas, aunque paradójicamente "no han sido
utilizadas como apoyo para las investigaciones" (Schávelzon, 2001).
Dimensiones Metodológicas
del Análisis Postal
Las tarjetas postales
mostraban a las personas en su trabajo, en las horas de ocio, costumbres,
fiestas, encuentros deportivos, proporcionando un panorama
integral de la vida social (Schávelzon, 2001). Su valor documental
reside en que constituyen una afirmación cargada de valor, similar a las
reliquias históricas, capaz de proporcionar respuestas concretas a interrogantes
historiográficos fundamentales (López Hurtado, 2013).
Entre las preguntas que las
postales pueden ayudar a responder se encuentran: ¿Cómo vestía la burguesía?
¿Cómo se representaba la imagen del presidente? ¿Cómo se representaban a
los indígenas? (Schávelzon, 2001). Estas interrogantes ilustran la
capacidad de las postales para proporcionar acceso a dimensiones de la experiencia
histórica frecuentemente ausentes en las fuentes escritas tradicionales.
La Metodología
Interpretativa: Hermenéutica Visual y Comprensión Cultural
A partir de la década de 1950,
la cartofilia académica experimentó una revolución metodológica
que transformó radicalmente sus enfoques y objetivos investigativos (Golden,
1976). Esta transformación estuvo profundamente influenciada por los
desarrollos teóricos en las ciencias sociales y humanidades. La hermenéutica
filosófica, especialmente a través de la obra de Hans-Georg Gadamer
(Gadamer, 1960), proporcionó el marco teórico para interpretar las tarjetas
postales como textos culturales abiertos a múltiples lecturas y
significaciones. Este enfoque reconocía que el significado no residía
únicamente en el objeto material, sino en la interacción dialéctica
entre el texto visual, el contexto histórico y el horizonte interpretativo del
receptor. La semiótica estructural, desarrollada por Roland Barthes
(Barthes, 1964) y Umberto Eco (Eco, 1976), ofreció herramientas
analíticas para desentrañar los códigos denotativos y connotativos
presentes tanto en las imágenes como en los textos de las tarjetas postales.
Las innovaciones
metodológicas introducidas durante este período transformaron completamente
el campo de estudio. El análisis de contenido sistemático permitió
cuantificar temas, motivos y estereotipos para detectar patrones de
representación y su evolución temporal. La interpretación simbólica se
convirtió en una herramienta fundamental para desentrañar discursos
nacionales, colonialistas o de género embebidos en la
iconografía postal. La contextualización histórica exigía que las
imágenes fueran leídas a la luz de eventos políticos específicos, transformaciones
urbanas, desarrollo del turismo de masas o políticas culturales particulares.
Los estudios de recepción
representaron quizás la innovación más significativa, utilizando testimonios
epistolares, álbumes familiares y encuestas para conocer cómo las audiencias
realmente leían, coleccionaban o resignificaban las tarjetas postales. Esta
metodología reconocía que el significado cultural no era inherente al
objeto, sino que se construía en la interacción social y en las prácticas
de uso (Tuan, 1974).
La Metodología
Iconográfica: De Warburg a Panofsky
La incorporación de la metodología
iconográfica desarrollada por figuras como Aby Warburg (Warburg,
1932), Erwin Panofsky (Panofsky, 1955) y Ernst Gombrich
(Gombrich, 1960) proporciona herramientas fundamentales para el análisis de
fuentes visuales. Esta metodología implica tres niveles de análisis
progresivos que permiten una comprensión sistemática y rigurosa de las tarjetas
postales como documentos históricos.
Nivel Pre-iconográfico: Este primer nivel de análisis se centra en el reconocimiento
de motivos visuales básicos, estableciendo las bases empíricas sólidas para
análisis posteriores (Panofsky, 1955). En el contexto de las tarjetas postales,
este nivel implica la descripción sistemática de elementos visuales como
figuras humanas, objetos, paisajes y arquitecturas representados, sin realizar
interpretaciones culturales específicas.
Nivel Iconográfico: El segundo nivel permite identificar temas y
conceptos específicos, conectando los elementos visuales con tradiciones
culturales y programas temáticos particulares (Panofsky, 1955). En las tarjetas
postales, este análisis permite identificar ceremonias religiosas, festividades
tradicionales, tipos sociales reconocibles, monumentos específicos y escenas
costumbristas que remiten a contextos culturales determinados.
Nivel Iconológico: El tercer nivel posibilita la interpretación de significados culturales profundos, desentrañando las ideas subyacentes y los valores culturales que se expresan a través de las representaciones visuales (Panofsky, 1955). Este análisis permite comprender cómo las tarjetas postales participan en la construcción de imaginarios nacionales, identidades regionales, estereotipos sociales y narrativas del progreso o la modernización.
Bibliografía
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- Burke, P. (2001). Visto y no visto: El uso de la imagen como documento histórico. Crítica.
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- Gaskell, I. (1991). Visual history and the challenge of the image. Journal of Contemporary History.
- Golden, R. (1976). The methodology of postcard studies. Historical Methods.
- Gombrich, E. H. (1960). Art and Illusion. Phaidon Press.
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- Panofsky, E. (1955). Estudios sobre iconología. Alianza Editorial.
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- Sánchez Sánchez, I., Almarcha Núñez-Herrador, E., & Villena Espinosa, R. (2007). Las tarjetas postales españolas entre repúblicas (1873-1939). Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
- Sánchez Vigil, J. M. (2001). La documentación fotográfica en España: instituciones y archivos. Síntesis.
- Schávelzon, D. (2001). Buenos Aires en tarjetas postales. Gaglianone.
- Schmitt, J. C. (1996). The rationale of images in medieval art. Cambridge University Press.
- Teixidor Cadenas, C. (1999). La tarjeta postal en España: 1892-1915. Espasa Calpe.
- Tuan, Y. F. (1974). Topophilia: A study of environmental perception, attitudes, and values. Prentice-Hall.
- Warburg, A. (1932). Gesammelte Schriften. Teubner.
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