Buscar este blog

1/7/25

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y DESARROLLO TECNOLÓGICO DE LA TARJETA POSTAL ILUSTRADA: UNA ARQUEOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN VISUAL MODERNA (1870-1939)

La tarjeta postal ilustrada constituye uno de los fenómenos comunicativos más significativos de la modernidad industrial, representando la culminación de una convergencia tecnológica sin precedentes entre los avances en reproducción gráfica, fotografía, sistemas postales y democratización de la imagen. Este estudio analiza los antecedentes históricos complejos que hicieron posible la emergencia de este medio de comunicación masiva, examinando tanto el contexto europeo como la realidad específica española.

1. Marco Teórico: Hacia una Arqueología de la Comunicación Visual

La aparición de la tarjeta postal ilustrada en las últimas décadas del siglo XIX no puede comprenderse como un fenómeno aislado, sino como la culminación de una revolución tecnológica y cultural que transformó radicalmente las posibilidades de la comunicación visual en la sociedad moderna. Como señala Benjamin (1936), los medios de comunicación operan como sistemas técnicos complejos que preconfiguran las posibilidades del discurso cultural, estableciendo los límites epistemológicos dentro de los cuales se desarrolla la producción simbólica. En este sentido, la tarjeta postal no constituye meramente un soporte comunicativo, sino un artefacto tecnológico que condensa las tensiones y transformaciones fundamentales de la modernidad comunicativa.

La metodología historiográfica introducida por Beaumont Newhall (1937), que privilegia el análisis de las imágenes y sus contextos sociales por encima de los aspectos puramente técnicos, resulta fundamental para comprender la complejidad morfológica inherente a la postal como objeto cultural. Esta aproximación interdisciplinaria permite examinar cómo la convergencia entre innovación tecnológica y demanda social generó las condiciones históricas específicas que hicieron posible la masificación de la imagen. La postal representa la síntesis de múltiples innovaciones convergentes: los avances en reproducción mecánica de imágenes, la democratización de la fotografía, la modernización de los sistemas postales y la emergencia de una cultura visual de masas característica de la modernidad industrial.

2. Antecedentes Tecnológicos: De la Xilografía a la Reproducción Industrial

La invención de la imprenta por Johannes Gutenberg hacia 1440 estableció los fundamentos epistemológicos y materiales de la reproductibilidad técnica que posteriormente caracterizaría la modernidad comunicativa. La síntesis tecnológica lograda por Gutenberg combinó de manera innovadora tipos móviles metálicos, tinta oleosa especializada, prensa adaptada y papel de alta calidad, generando un sistema de producción caracterizado por tres propiedades revolucionarias: fijación textual, diseminación masiva y reorganización sistemática del conocimiento. Sin embargo, la reproducción de imágenes planteó desafíos técnicos específicos que no encontraron solución satisfactoria hasta el desarrollo de los procesos fotomecánicos durante el siglo XIX.

El desarrollo de la cromolitografía por Godefroy Engelmann, patentada el 15 de enero de 1837, constituyó un hito fundamental en la democratización del acceso al color impreso. Esta innovación técnica permitió que familias de clase media accedieran a reproducciones artísticas policromas previamente reservadas a las élites económicas, transformando fundamentalmente la cultura visual de las sociedades industrializadas. El proceso cromolitográfico se basaba en una máquina innovadora que permitía imprimir un número teóricamente ilimitado de colores con precisión matemática, utilizando un sistema sofisticado de puntos de referencia que garantizaba el registro exacto de las diferentes tintas aplicadas secuencialmente sobre el mismo sustrato.

La fototipia, desarrollada inicialmente por Louis Alphonse Poitevin en 1856 y perfeccionada por Joseph Albert, representó una síntesis revolucionaria entre la técnica fotográfica y los procedimientos de impresión mecánica. Este método fotomecánico utilizaba una matriz constituida por una placa de vidrio recubierta con emulsión fotosensible de gelatina bicromatada que permitía la transferencia directa de imágenes fotográficas a soportes impresos. El proceso técnico conseguía gradaciones tonales extraordinariamente suaves y fieles al original fotográfico, aunque presentaba limitaciones significativas, permitiendo únicamente tiradas de aproximadamente 500 copias antes de que se deteriorara la gelatina. El desarrollo del halftone por Frederic Eugene Ives en 1881 resolvió definitivamente el problema técnico de la reproducción de fotografías en prensa mediante la creación de un sistema ingenioso de puntos de diferente tamaño que simulaban gradaciones tonales continuas.

3. La Revolución Fotográfica del Siglo XIX: Fundamentos Científicos y Democratización

Los antecedentes científicos de la fotografía constituyen un proceso de desarrollo que se extiende desde la tradición alquímica medieval hasta el siglo XIX, fundamentado en el conocimiento progresivo de las sustancias fotosensibles y los principios ópticos de la cámara oscura. Alberto Magno (1206-1280), fraile dominico y destacado químico medieval, fue pionero en el estudio de los metales y las sales de plata, describiendo la separación de oro y plata mediante ácido nítrico y observando que la solución resultante de nitrato de plata podía oscurecer la piel. La controversia científica sobre las circunstancias de la reacción química de las sales de plata se resolvió en 1694 cuando Wilhelm Homberg demostró frente a la Académie Royale des Sciences en París el ennegrecimiento mediante exposición solar.

Joseph Nicéphore Niépce consiguió en 1823 fijar una imagen obtenida mediante cámara oscura, introduciendo una plancha metálica recubierta de betún de Judea, sustancia fotosensible que se revelaba con aceite de espliego y trementina tras exposiciones superiores a ocho horas. La célebre "Vista desde la ventana en Le Gras" (1826) demostró la viabilidad técnica de capturar y fijar permanentemente la información lumínica sobre un soporte físico. Louis-Jacques-Mandé Daguerre, partiendo de los experimentos de Niépce, desarrolló un procedimiento que utilizaba láminas de cobre altamente pulidas y plateadas, sensibilizadas con vapores de yodo, reduciendo los tiempos de exposición a 15-30 minutos y revelando con vapores calientes de mercurio.

William Henry Fox Talbot desarrolló paralelamente el calotipo, sistema que introdujo el principio negativo-positivo fundamental para toda la fotografía posterior. Su gran innovación fue la obtención de un negativo sobre papel sensibilizado con sales de plata, a partir del cual se podían obtener múltiples copias positivas mediante contacto. Los trabajos de Richard Leach Maddox y Charles E. Bennett resolvieron las limitaciones del colodión húmedo con la invención en 1871 del gelatino-bromuro, técnica que utilizaba gelatina como sustrato seco y una emulsión basada en bromuro de cadmio y nitrato de plata. George Eastman fabricó en 1884 la primera película en carrete de 24 exposiciones, y en 1888 lanzó la cámara Kodak con el eslogan "Usted solo apriete el botón, que nosotros hacemos el resto", democratizando definitivamente la práctica fotográfica.

4. Los Géneros Fotográficos y la Construcción de Imaginarios Visuales

La fotografía de viajes emerge como una manifestación paradigmática de la modernidad visual, impulsada por un anhelo romántico de explorar espacios geográficos remotos y por la capacidad inédita de la nueva tecnología para capturar el mundo con veracidad documental sin precedentes. Este género no solo respondía a una curiosidad estética, sino que también se alineaba con los intereses coloniales y científicos de la época, sirviendo como herramienta para cartografiar y clasificar el mundo en un contexto de expansión imperialista. El trabajo de Charles Clifford (1820-1863) contribuyó decisivamente a construir una identidad visual de España para el público europeo, proyectando una imagen del país como lugar exótico y pintoresco a través de su célebre álbum "Recuerdos de España" (1857).

El retrato fotográfico, especialmente a través de la carte de visite, representó un avance significativo en la democratización de la imagen personal durante el siglo XIX. Inventada por André-Adolphe-Eugène Disdéri en 1854, esta técnica permitió la producción en serie de retratos a bajo costo, transformando la fotografía en un objeto de consumo masivo y un medio de sociabilidad. Este formato innovador facilitó nuevas prácticas sociales: las cartes se intercambiaban entre familiares y amigos y se coleccionaban en álbumes que se convertían en archivos de la memoria familiar y de las redes de sociabilidad.

La fotografía estereoscópica introdujo una dimensión innovadora al ofrecer una experiencia tridimensional e inmersiva, basada en el principio de la visión binocular. Esta técnica alcanzó popularidad inmensa después de que la reina Victoria se interesara por ella en la Gran Exposición de Londres de 1851, transformando la manera de consumir imágenes de lugares lejanos. El tema predilecto de la estereoscopía fue el viaje, ya que permitía a los espectadores "visitar" lugares exóticos desde la comodidad de sus hogares, reforzando la noción de la fotografía como una "ventana al mundo".

5. Sistemas de Comunicación Postal: Institucionalización y Modernización

Las primeras manifestaciones documentadas de servicios de mensajería organizados se remontan al antiguo Egipto hacia el 2400 a.C., cuando los faraones implementaron sistemas de mensajeros para la difusión de decretos reales. El Imperio Persa desarrolló el sistema de postas "Chaparkhaneh", mientras que el Imperio Romano revolucionó la organización postal mediante la implementación del Cursus Publicus, una red integrada de estaciones de relevo y vías de comunicación que aseguraba la eficiencia y regularidad en la transmisión de mensajes oficiales.

La reforma postal británica de Rowland Hill constituyó el hito fundamental en la modernización de los sistemas postales mundiales, estableciendo el principio del franqueo prepagado como base de la comunicación democrática. La propuesta revolucionaria se basaba en el concepto de Uniform Penny Post, cuya solución de prepago facilitaba la transferencia segura, rápida y económica de cartas mediante un sistema que eliminaba las barreras económicas tradicionales. El primer sello postal de la historia, el Penny Black, fue emitido por el Reino Unido el 1 de mayo de 1840, representando una innovación técnica y simbólica que democratizó el acceso a la comunicación escrita.

La fundación en 1874 de la Unión Postal Universal representó un hito fundamental en la internacionalización de los sistemas de comunicación postal. El 9 de octubre de 1874, 22 países se reunieron para firmar el Tratado de Berna, creando la Unión Postal General, estableciendo por primera vez un marco regulatorio internacional para las comunicaciones postales que trascendía las fronteras nacionales. Esta estandarización internacional creó las condiciones técnicas y normativas necesarias para el posterior desarrollo de la tarjeta postal como medio transnacional.

6. La Construcción de la Modernidad Comunicativa

La reflexión teórica de Walter Benjamin sobre la reproductibilidad técnica del arte proporciona un marco conceptual fundamental para comprender la significación histórica de la tarjeta postal como fenómeno cultural. Benjamin identifica el aura con la singularidad, la experiencia de lo irrepetible, señalando que la reproducción técnica destruye dicha originalidad al hacer posible múltiples reproducciones que eliminan la unicidad del objeto. La tarjeta postal representa paradigmáticamente este proceso de pérdida del aura y democratización del acceso a la imagen. Benjamin distinguía entre valor cultual y valor exhibitivo: en la nueva época, el primero tendía a retirarse mientras el segundo se expandía.

Durante el siglo XIX y el primer tercio del XX, las revistas ilustradas funcionaron como "espejo del mundo", constituyendo el universo formativo e informativo que mostró los acontecimientos contemporáneos a las masas urbanas. La revista inglesa The Illustrated London News, fundada en 1842 por Herbert Ingram, se convirtió en la pionera mundial de la ilustración gráfica periodística, alcanzando tiradas de hasta 300,000 ejemplares en ocasiones especiales. En España, La Ilustración Española y Americana, fundada por Abelardo de Carlos y Almansa, apareció el 25 de diciembre de 1869 y se convirtió en el máximo exponente del periodismo gráfico español del siglo XIX.

La convergencia histórica entre periódicos, revistas ilustradas y tarjetas postales como productos mediáticos complementarios se explica por la lógica económica de las tiradas largas y el precio unitario decreciente, fenómeno que solo se hizo posible cuando la innovación tecnológica resolvió tres cuellos de botella fundamentales: la velocidad de la prensa, el suministro continuo de papel y la automatización de la composición. La simultaneidad temporal creada por la lectura de periódicos nacionales permitió a poblaciones dispersas experimentar un sentido compartido de contemporaneidad política, como demostró Anderson (1991). La tarjeta postal, aprovechando los avances en litografía y fototipia, democratizó la circulación de imágenes exóticas y patrimoniales.

7. Emergencia de la Tarjeta Postal: Síntesis y Democratización

La invención de la tarjeta postal se atribuye tradicionalmente al profesor austriaco Emanuel Hermann (1839-1902), quien en 1869 propuso al gobierno austro-húngaro un método más económico para enviar mensajes cortos que no justificaran el coste de una carta completa. Hermann, profesor de economía política, publicó en enero de 1869 en el periódico austriaco Neue Freie Presse un artículo titulado "Acerca de un nuevo medio de correspondencia postal". El 1 de octubre de 1869, la administración de Correos de Austria-Hungría puso en circulación la primera tarjeta postal del mundo, aparentemente con gran éxito popular. En el primer mes se vendieron un millón y medio de tarjetas postales, evidenciando la demanda social de este nuevo medio de comunicación.

La difusión europea de la tarjeta postal fue extraordinariamente rápida. Llegó a Francia en 1870, en plena guerra franco-prusiana, siendo inicialmente adoptada por el ejército para simplificar la correspondencia militar. En España, durante el reinado de Amadeo de Saboya en 1871, una orden real permitió la creación de tarjetas postales, aunque no fue hasta diciembre de 1873 cuando empezaron a imprimirse y circular las primeras postales españolas. Con la mejora de los métodos de impresión en la última década del siglo XIX, triunfaron las verdaderas tarjetas postales ilustradas, impresas y editadas por la industria privada. En 1889, durante la Exposición Universal de París, aparecieron las primeras postales ilustradas mostrando imágenes de monumentos famosos, paisajes pintorescos y escenas de la vida cotidiana.

8. El Caso Español: Hauser y Menet como Paradigma de la Industrialización

La empresa Hauser y Menet, establecida en Madrid en 1890 por los fotógrafos suizos Oscar Hauser Muller (†h. 1919) y Adolfo Menet Kurstiner (1866-1927), constituye el ejemplo paradigmático de la aplicación industrial de la fototipia en España. Esta empresa, considerada la primera imprenta española especializada en fototipia de alta calidad, llegó a producir hasta 500,000 tarjetas postales mensuales en 1902, estableciendo un nuevo estándar de calidad y volumen de producción. La Serie General, iniciada en 1897 como proyecto editorial sistemático, llegó a editar más de 2,300 vistas fotográficas de diferentes regiones españolas con calidad técnica excepcional.

España Ilustrada fue el título de una colección de láminas en fototipia editada por la casa Hauser & Menet entre 1890 y 1899. Con vistas de monumentos, ciudades y reproducciones de obras de arte, constituyó un nuevo repertorio visual del país para el gran público, respecto al establecido durante el siglo XIX por dibujantes y fotógrafos. El repertorio combina vistas de los más notables monumentos españoles, como la Alhambra, el Escorial, la Mezquita de Córdoba, la Catedral de Sevilla, la Universidad de Salamanca, con vistas de edificios representativos de la arquitectura civil y religiosa española. Las imágenes de las 488 láminas numeradas recogen vistas de 28 provincias del territorio español.

La estrategia empresarial de Hauser y Menet combinó innovación técnica con visión comercial, estableciendo redes de distribución que cubrían todo el territorio nacional y sistemas de catalogación que facilitaban el coleccionismo y el intercambio de postales. La empresa publicó catálogos que incluían descripciones detalladas de sus productos, sistemas de numeración coherentes y estrategias promocionales que anticiparon muchas técnicas de marketing características de la industria cultural moderna.

9. Contexto Internacional y Transferencia Tecnológica

El desarrollo de la industria postal ilustrada en España se caracterizó por una intensa transferencia tecnológica desde países europeos más avanzados, especialmente Francia, Alemania y Suiza, que habían pionerizado las técnicas de reproducción gráfica y los modelos empresariales del sector. La presencia de empresarios extranjeros como Oscar Hauser y Adolfo Menet, ambos de origen suizo, ilustra el patrón típico de modernización tecnológica que caracterizó la industrialización tardía de países como España.

Gracias a un proceso técnico complejo para colorear artificialmente los negativos fotográficos en blanco y negro, surgieron las tarjetas postales fotocromáticas, que se convirtieron en objetos de consumo masivo muy apreciados desde inicios del siglo XX. El fotógrafo e impresor suizo Hans Jakob Schmid (1856-1924) perfeccionó esta técnica y la convirtió en el sello distintivo de la firma Photochrom. La mayor parte de las tarjetas coloreadas de la Belle Époque representaban monumentos arquitectónicos, paisajes naturales o sitios turísticos emblemáticos, con Suiza predominando en la representación de paisajes nevados y deportes invernales que establecieron estereotipos visuales duraderos.

10. Impacto Social y Cultural de la Tarjeta Postal

La tarjeta postal ilustrada representó una revolución silenciosa en la democratización del acceso a la imagen, transformando un privilegio tradicionalmente reservado a las élites económicas en un bien de consumo masivo accesible a amplios sectores sociales. Esta democratización se basó en la convergencia entre innovaciones técnicas que redujeron los costos de producción, mejoras organizativas que optimizaron la distribución y transformaciones sociales que ampliaron el mercado potencial de consumidores. La postal introdujo nuevas prácticas sociales de intercambio y coleccionismo que transcendieron las barreras de clase, educación y geografía. El "cartofilia" o coleccionismo de postales se convirtió en una actividad cultural que conectó a personas de diferentes países y estratos sociales.

La postal ilustrada transformó fundamentalmente las prácticas comunicativas tradicionales al combinar comunicación textual y visual en un formato accesible y socialmente aceptado. Esta innovación comunicativa permitió la transmisión simultánea de información factual, contenido estético y dimensiones afectivas que no podían ser vehiculadas eficazmente a través de medios puramente textuales. El carácter público de la correspondencia postal generó nuevas formas de autorregulación social y nuevos códigos de comunicación íntima. Los usuarios desarrollaron estrategias comunicativas sofisticadas que permitían la transmisión de mensajes personales a través de códigos visuales, referencias implícitas y sobreentendidos culturales.

Las tarjetas postales se convirtieron en poderosos instrumentos de construcción de imaginarios colectivos, contribuyendo a la formación de identidades nacionales, regionales y locales a través de la selección y difusión de imágenes representativas. Los editores de postales funcionaron como "curadores involuntarios" de la memoria visual colectiva, decidiendo qué aspectos de la realidad merecían ser representados y conservados. Esta función patrimonializadora influyó posteriormente en las políticas culturales y las estrategias de desarrollo turístico, estableciendo modelos de representación visual que persisten hasta la actualidad.

11. La Postal como Documento Efímero y Testimonio Histórico

La tarjeta postal presenta una paradoja fundamental que caracteriza su naturaleza cultural: nacida como objeto efímero con la única vocación de ser un souvenir turístico para comunicarse, sufrió la contradicción de quererle atribuir también funciones ajenas propias de objetos perdurables, como ser coleccionadas y servir como testigo documental de una época. Según los estudios contemporáneos sobre ephemera, las postales comparten elementos fundamentales con los documentos efímeros: heterogeneidad en todos los sentidos, materiales de baja calidad, triple carácter efímero (contenido, utilidad y material), versatilidad en sus usos, doble ámbito de circulación (masivo y personal), capacidad de formación de imaginarios colectivos.

A pesar de su condición efímera original, las tarjetas postales se han convertido en una fuente primaria de información de valor incalculable para múltiples disciplinas de estudio como testimonios del contexto en que fueron creadas. Su valor documental trasciende los aspectos puramente visuales para incluir dimensiones sociales, económicas, culturales y tecnológicas que permiten reconstruir aspectos fundamentales de la vida cotidiana de épocas pasadas. Las postales franqueadas proporcionan un valor añadido extraordinario al acercarnos a las relaciones personales de la época de manera única. Los mensajes escritos, aunque frecuentemente fragmentarios e ilegibles, ofrecen testimonios directos de formas de sociabilidad, expresiones afectivas, preocupaciones cotidianas y códigos comunicativos.

La sistematización de colecciones de postales ha permitido estudios comparativos sobre transformaciones urbanas, evolución del patrimonio arquitectónico, cambios en los usos del espacio público, modificaciones de paisajes naturales y desarrollo de infraestructuras. Estos estudios han demostrado que las postales constituyen un archivo visual invaluable para la historia urbana, la historia del turismo, la historia de la fotografía y la historia de las mentalidades.

12. Metodologías Contemporáneas de Estudio

El análisis sistemático de corpus postales contemporáneos se fundamenta en una metodología de codificación multimodal que combina enfoques de lingüística de corpus, análisis iconográfico tradicional y técnicas de etnografía visual contemporánea. Esta aproximación metodológica híbrida resulta indispensable para dar cuenta de la complejidad semiótica de un medio que combinaba elementos textuales, visuales, materiales y relacionales de manera sistemática. Roland Barthes desarrolló el análisis semiótico de la imagen fotográfica, estableciendo la doble condición denotativa y connotativa de la fotografía. La condición denotativa implica que la fotografía es un analogon perfecto de lo real, mientras que la condición connotativa supone un segundo sentido, codificado y como añadido a lo real literal.

Los estudios digitales aplicados al patrimonio postal han revolucionado las posibilidades de análisis masivo y acceso democratizado a las colecciones. Las técnicas de digitalización permiten la preservación de materiales frágiles mientras facilitan nuevas formas de investigación que combinan procesamiento computacional masivo con interpretación cultural sofisticada. La aplicación de análisis de redes a las anotaciones manuscritas ha revelado circuitos de comunicación específicos que evidencian la inserción de la postal ilustrada en prácticas sociales concretas que trascendían ampliamente su función decorativa o coleccionista.

El tratamiento archivístico de las tarjetas postales como documentos requiere metodologías específicas que reconozcan su valor como testimonios materiales de hechos o actos culturales. La descripción documental debe considerar tanto los aspectos materiales (soporte, técnica de impresión, estado de conservación) como los contenidos informativos (iconografía, textos, anotaciones manuscritas).

13. Conclusiones: La Tarjeta Postal como Síntesis de la Modernidad Tecnológica

El análisis exhaustivo de los antecedentes y transformaciones que hicieron posible la aparición de la tarjeta postal ilustrada durante el siglo XIX revela que este objeto aparentemente simple constituye en realidad la culminación de una revolución tecnológica y cultural de proporciones extraordinarias que transformó fundamentalmente las bases materiales, sociales y culturales de la civilización occidental. La revolución de las técnicas de reproducción gráfica durante el siglo XIX, desde la xilografía perfeccionada hasta la cromolitografía y los procesos fotomecánicos, estableció las condiciones técnicas necesarias para la producción masiva de materiales visuales de alta calidad a costos accesibles. La síntesis entre innovación fotográfica y técnicas de impresión, materializada especialmente en la fototipia, resolvió definitivamente el problema técnico de la reproducción masiva de imágenes fotográficas.

La emergencia de nuevas formas de sociabilidad urbana, facilitadas por las mejoras en el transporte, la expansión de la educación y el crecimiento de las clases medias, creó las condiciones sociales necesarias para el consumo masivo de productos culturales como la tarjeta postal. La postal introdujo nuevas prácticas sociales de intercambio, coleccionismo y comunicación visual que transcendieron las barreras tradicionales de clase, educación y geografía. Las tarjetas postales se convirtieron en poderosos instrumentos de construcción de imaginarios colectivos, contribuyendo a la formación de identidades nacionales, regionales y locales a través de la selección y difusión de imágenes representativas.

La tarjeta postal ilustrada constituye un objeto paradigmático para el estudio de la modernidad comunicativa, condensando en sus dimensiones reducidas las transformaciones fundamentales que redefinieron las relaciones entre tecnología, cultura y sociedad durante el período de mayor aceleración histórica de la civilización occidental. Su legado perdura en los sistemas contemporáneos de comunicación visual, evidenciando la persistencia de estructuras profundas de percepción y representación establecidas durante este período formativo de la cultura de masas moderna. El estudio de la postal proporciona claves fundamentales para comprender los procesos de democratización cultural, globalización comunicativa y construcción de identidades que caracterizan la era digital contemporánea.

Referencias Bibliográficas

  • Almarcha, E., Sánchez Vigil, J. M., & Olivera Zaldua, M. (2007). Hauser y Menet: Pioneros de la fototipia en España. Espasa Calpe.
  • Anderson, B. (1991). Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. Verso.
  • Barthes, R. (1961). "El mensaje fotográfico". Communications, 1, 127-138.
  • Benjamin, W. (1936). "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica". Zeitschrift für Sozialforschung, 5(1), 40-68.
  • Crawford, W. (1979). The keepers of light: A history and working guide to early photographic processes. Morgan & Morgan.
  • Eisenstein, E. L. (1979). The Printing Press as an Agent of Change. Cambridge University Press.
  • García Felguera, M. (2011). Arte y fotografía en España (1839-1939). Cátedra.
  • Hill, R. (1837). Post Office Reform: Its Importance and Practicability. Charles Knight.
  • Kittler, F. (1999). Gramophone, Film, Typewriter. Stanford University Press.
  • Newhall, B. (1982). The history of photography: From 1839 to the present. Museum of Modern Art.
  • Ripert, A., & Frère, C. (1983). La Carte Postale: Son Histoire, Sa Fonction Sociale. Editions du CNRS.
  • Sánchez Vigil, J. M. (2001). Del daguerrotipo a la Instamatic. Trea.

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.