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11/11/25

CAPÍTULO I

LA IMAGEN MODERNA: DE LA INVENCIÓN FOTOGRÁFICA A LA REVOLUCIÓN GRÁFICA (SIGLO XIX)


Introducción

 El siglo XIX representó una de las transformaciones más profundas en la historia de la cultura visual. La aparición de la fotografía y el desarrollo de la tecnología de impresión modificaron las formas de producir, reproducir y comunicar las imágenes, sentando las bases de la modernidad mediática. Ambas innovaciones, aunque surgidas de saberes distintos —la primera de la investigación óptico-química y la segunda de la evolución industrial de la prensa—, convergieron en un mismo ideal: democratizar la mirada y convertir la imagen en un instrumento de conocimiento y de intercambio social.

 Como señaló McLuhan (1964), toda innovación técnica altera los modos de percepción y representación; en consecuencia, la fotografía y la imprenta mecanizada reestructuraron la relación del ser humano con la realidad visible. Este capítulo analiza ese proceso desde un enfoque histórico y técnico, abordando tanto los fundamentos científicos de la fotografía como los avances gráficos que permitieron su difusión masiva, especialmente a través de la tarjeta postal ilustrada, el objeto simbólico por excelencia de la modernidad visual.


1. Fotografía y modernidad: una revolución de la mirada

 La fotografía, nacida en la primera mitad del siglo XIX, no fue simplemente una innovación tecnológica, sino un nuevo régimen epistemológico del ver y representar. Definida etimológicamente como el arte de escribir con luz (phōs + graphía), combinó rigor científico, registro documental y expresión artística (Newhall, 2002). Desde sus orígenes, supuso la posibilidad de reproducir el mundo visible con exactitud inédita, reduciendo la brecha entre observación y representación.

 Como apuntó Sontag (1981), su impacto no puede comprenderse solo como una invención técnica, sino como fenómeno cultural y filosófico que transformó la memoria y la identidad. Al capturar la luz y fijarla en un soporte material, la fotografía instauró un nuevo tipo de verdad visual, cimentando la confianza moderna en la imagen como prueba y medio de comunicación universal.


2. Antecedentes ópticos y experimentación científica

 Los orígenes de la fotografía se remontan a la cámara oscura, descrita por Aristóteles y Alhacén, que demostraron la propagación rectilínea de la luz (Sánchez Vigil, 2002). En el Renacimiento, Leonardo da Vinci profundizó en la analogía entre el ojo humano y el dispositivo óptico, sentando las bases conceptuales del registro mecánico de la visión.

 Durante los siglos XVII y XVIII, las investigaciones con sales de plata de Schulze y Scheele revelaron la sensibilidad luminosa de ciertos compuestos químicos, mientras que Wedgwood y Davy experimentaron con proyecciones efímeras sobre papel sensibilizado (Newhall, 2002). Estos ensayos marcaron el umbral entre la especulación científica y la fijación material de la imagen, anticipando el paso de la curiosidad académica a la invención técnica.


3. El siglo XIX: invención y expansión de la fotografía

 El siglo XIX vio consolidarse la revolución fotográfica. En 1826, Nicéphore Niépce obtuvo la primera imagen permanente mediante heliografía, empleando betún de Judea sobre plancha metálica (Sougez, 1991). Su sucesor, Louis Daguerre, perfeccionó el proceso con el daguerrotipo (1839), una imagen de gran nitidez, única pero irreproducible.

 De manera paralela, William Henry Fox Talbot desarrolló el calotipo, basado en el principio negativo-positivo, que permitió la reproducción múltiple de copias (Newhall, 2002). Posteriormente, la invención del colodión húmedo por Frederick Scott Archer (1851) elevó la calidad técnica y estética, y las placas secas ideadas por Richard Leach Maddox (1871) liberaron al fotógrafo del revelado inmediato (Sougez, 2016).

 El cierre de este ciclo llegó con George Eastman, quien introdujo el rollo de celuloide (1884–1888) y la cámara Kodak, cuyo lema “Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto” simbolizó la democratización popular de la imagen. Con ello se inició la fotografía doméstica, transformando la experiencia visual en práctica cotidiana.


4. La expansión social de la imagen

 El perfeccionamiento del papel al bromuro de plata garantizó impresiones más rápidas y precisas. La fotografía estereoscópica (Brewster, 1849) y la carte de visite (Disdéri, 1854) consolidaron la idea de una imagen socialmente compartida, multiplicable y transmisible (Walter, 2003).

 En paralelo, la modernidad industrial —el ferrocarril, el telégrafo, la electricidad y la prensa ilustrada— impulsó una nueva cultura visual global (Debray, 1994). La fotografía, integrada en este tejido tecnológico, se convirtió en medio de documentación, instrumento de educación visual y símbolo de progreso (Bozal, 1979). La tarjeta postal ilustrada, surgida de ese contexto, condensó el ideal moderno de velocidad comunicativa, accesibilidad y masificación de la mirada.


5. La revolución de la impresión industrial

 Los métodos de impresión vivieron otra transformación radical. El grabado en madera o el aguafuerte, dependientes del trabajo manual, se volvieron insuficientes para las necesidades de la producción en masa (Carrete, 2001). A mediados del siglo XIX, la invención de los procesos fotomecánicos permitió transferir imágenes fotográficas a planchas metálicas, integrando fotografía e impresión industrial (Raviola, 1969).

 El uso de la impresión a vapor y del papel de pulpa de madera redujo los costos y aceleró la publicación seriada (Domingo et al., 1991). La unión entre fotografía y tipografía mecánica fundó una nueva economía visual, posibilitando la aparición de la prensa ilustrada y de la postal moderna, emblema de la convergencia entre tecnología, arte y sociedad.


6. Litografía y cromolitografía: la imagen en color

 La litografía, inventada por Alois Senefelder (1796), fue la primera técnica de impresión plana, basada en la repulsión entre agua y grasa (The Metropolitan Museum of Art, 2004). Su rapidez y fidelidad facilitaron la producción de imágenes ilustradas, carteles y gráficos para la prensa. Mediante piedra caliza y tinta grasa, permitió reproducir con precisión escenas, paisajes y tipos humanos.

 Entre 1880 y 1900, la litografía se convirtió en el principal soporte visual de la modernidad urbana. Las postales “Grüss aus” del Imperio Alemán y Austriaco mostraron vistas panorámicas de ciudades turísticas, funcionando como recuerdo visual y objeto de colección global (Thurlow & Jaworski, 2013).

 Su evolución natural fue la cromolitografía, patentada por Godefroy Engelmann (1837), que incorporó la impresión multicolor y democratizó el uso del color (Johannesson, 2016). Cada tono requería una piedra litográfica independiente, pudiendo combinar decenas de planchas (Bird, 1992). Este proceso inauguró una estética vibrante y accesible, base de la Edad de Oro de la postal (1890–1920).

 La cromolitografía no solo fue una técnica industrial, sino un fenómeno cultural que integró arte e industria, y estandarizó la imagen turística, la publicidad y los imaginarios populares de la modernidad.


7. Fotocromo y fototipia: realismo técnico y precisión documental

 El fotocromo, desarrollado por Hans Jakob Schmid (década de 1880), combinó negativos fotográficos con matrices litográficas multicolores, creando reproducciones cercanas al realismo pictórico antes del color fotográfico (Bird, 1992). Este método unió la precisión óptica con la reproducción industrial, contribuyendo a la circulación global de vistas paisajísticas y escenas urbanas.

 Simultáneamente, la fototipia, inventada por Alphonse Poitevin (1855), empleó una gelatina bicromatada sensible a la luz sobre vidrio, capaz de reproducir medios tonos con gran fidelidad (Jürgens, 2021). Este procedimiento ofrecía nitidez, durabilidad y ausencia de tramas (Mustalish, 2000), siendo esencial en las postales artísticas y científicas.

 Ambos procesos representaron la culminación técnica del siglo XIX en la impresión fotográfica, asegurando la calidad estética y la fiabilidad documental de la imagen, y consolidando la postal como documento universal de la modernidad.


8. De la fototarjeta al offset: modernización definitiva

 La fototarjeta o real photographic postcard (RPPC) (1906) fusionó fotografía directa y formato postal, convirtiéndose en una innovación que puso la técnica al alcance del público (Bogdan & Weseloh, 2006). Kodak impulsó su producción mediante papel fotosensible preimpreso y cámaras domésticas. Cada RPPC era una fotografía revelada capaz de circular como comunicación postal y como documento personal.

 Estas imágenes, con su textura baritada y tonalidades continuas, unieron reproducibilidad técnica y experiencia íntima, siendo precursoras del actual fenómeno participativo de la imagen (Sontag, 1981). Las RPPC fortalecieron redes locales y consolidaron la memoria visual colectiva al documentar la vida cotidiana y los espacios comunitarios.

 La llegada del offset, heredero del principio litográfico, perfeccionó la reproducción en masa mediante el uso de planchas metálicas y un cilindro de caucho que transfería la imagen al papel (Raviola, 1969). Este sistema permitió una impresión más limpia, estable y rápida, marcando el inicio de la gráfica moderna.

 El offset transformó la estética y la escala de la producción impresa, facilitando la expansión mundial de las revistas ilustradas, la fotografía periodística y la publicidad, con lo que la imagen impresa se convirtió en el eje del discurso cultural del siglo XX.


9. Conclusión: técnica, memoria y visualidad moderna

 La trayectoria que une la invención de la fotografía con el desarrollo de los sistemas de impresión industrial constituye uno de los pilares de la civilización visual moderna. Ambas disciplinas convergieron en la creación de una imagen reproducible, accesible y duradera que transformó las prácticas del arte y de la comunicación.

 Desde la heliografía hasta el offset, el siglo XIX forjó la transición de la unicidad a la masificación, de la imagen científica a la imagen social, estableciendo un nuevo paradigma de tecnología y memoria.

 Como sostienen Sontag (1981) y McLuhan (1964), la fotografía y la industria gráfica modificaron irrevocablemente la percepción moderna, transformando la visión individual en una mirada colectiva mecanizada. La tarjeta postal ilustrada sintetizó este cambio al unir técnica, afecto y circulación global. Así, la historia de la fotografía y de la impresión constituye el relato mismo de la modernidad reproducible, donde cada imagen, más que objeto, es una forma de comunicación, recuerdo y apropiación simbólica del mundo.


Referencias (APA 7.ª edición)

Pájaro, P. (1992). Tecnología y tratamiento de una impresión cromolitográfica en relieve de un recorte . El conservador del papel , 16(1), 39–44.
Bogdan, R. y Weseloh, R. (2006). Guía de postales con fotografías reales: la fotografía del pueblo . Prensa de la Universidad de Siracusa.
Bozal, V. (1979). Historia de las ideas estéticas en España . Espasa-Calpe.
Carrete, J. (2001). El grabado en el siglo XVIII: Triunfo de la estampa ilustrada . En Summa Artis. Historia general del arte (Vol. 31). Espasa-Calpe.
Debray, R. (1994). Vida y muerte de la imagen: Historia de la mirada en Occidente . Paidós.
Domingo, J., et al. (1991). 150 años de prensa satírica española . Ayuntamiento de Madrid.
Johannesson, L. (2016). La cromolitografía en Suecia en el siglo XIX . Prensa de la Universidad de Linköping.
Jürgens, MC (2021). Las exploraciones fotográficas y fotomecánicas de Alphonse Poitevin . En D. Blau (Ed.), Louis Alphonse Poitevin 1819–1882 (págs. 7–9). Hiermer.
McLuhan, M. (1964). Comprender los medios de comunicación: Las extensiones del hombre . McGraw-Hill.
Mustalish, RA (2000). El desarrollo de los procesos de impresión fotomecánica a finales del siglo XIX . En Conservation Research 1996/1997 (Vol. 57, págs. 32–41). Galería Nacional de Arte.
Newhall, B. (2002). Historia de la fotografía . Gustavo Gilí.
Phillips, T. (2000). El siglo de las postales: 100 años de vida en Gran Bretaña vistos a través de una postal . Támesis y Hudson.
Raviola, E. (1969). Fotolitografía: Panorama de los impresos. Fotografía y fotomecánica . Ediciones Don Bosco.
Sánchez Vigil, JM (2002). La documentación fotográfica en España . Síntesis.
Sontag, S. (1981). Sobre la fotografía . Farrar, Straus y Giroux.
Sougez, ML (1991). Historia general de la fotografía . Cátedra.
Sougez, ML (2016). Diccionario de historia de la fotografía . Cátedra.
El Museo Metropolitano de Arte. (2004, octubre). Litografía en el Siglo XIX . Cronología de la historia del arte de Heilbrunn .
Thurlow, C. y Jaworski, A. (2013). Paisajes lingüísticos en postales: mediación turística y la sociolingüística del multilingüismo . Artículos de Tilburg sobre estudios culturales , 73.


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