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20/5/25

Coleccionismo y Conservación

“El coleccionismo no se trata de una distracción sino de una pasión y casi siempre tan violenta que solo se distingue del amor o la ambición, por la insignificancia de su objetivo” __________Jean de La Bruyere

Coleccionismo y Conservación de las Tarjetas Postales Ilustradas de Principios del Siglo XX
Introducción


La tarjeta postal ilustrada representa uno de los fenómenos culturales y comunicativos más significativos de finales del siglo XIX y principios del XX. Más allá de su función práctica como medio de correspondencia, estas pequeñas piezas rectangulares de cartulina se han convertido en valiosos documentos históricos que revelan aspectos sociales, culturales y artísticos de su época. El presente estudio analiza el fenómeno del coleccionismo de tarjetas postales ilustradas desde múltiples perspectivas: terminológica, histórica, sociocultural y conservacionista, explorando la evolución de la deltiología como disciplina y las técnicas adecuadas para su preservación como patrimonio documental.

Marco Histórico y Evolución de la Tarjeta Postal
Orígenes y Consolidación Internacional


La historia de la tarjeta postal como medio de comunicación se remonta a la segunda mitad del siglo XIX. El concepto inicial surgió en 1865 cuando el prusiano Heinrich von Stephani presentó una propuesta formal para crear un sistema de correspondencia abierta en la Conferencia Postal de su país. Aunque su propuesta no prosperó inicialmente porque el director de correos las consideraba un atentado al secreto de las comunicaciones, la idea fue retomada por los austríacos, quienes en octubre de 1869 emitieron las primeras postales oficiales bajo la dirección de Adolf Maly, tras un artículo publicado por el profesor de economía política Emmanuel Hermann en el periódico Neue Freie Presse.

Estas primeras tarjetas, denominadas enteros postales, eran emisiones oficiales de los Estados que incluían el franqueo impreso y carecían de imágenes, limitándose a un espacio para escribir el mensaje y la dirección del destinatario. Su popularidad fue inmediata debido a su practicidad y menor costo que el de una carta tradicional.

En España, la primera postal oficial se emitió en diciembre de 1873, durante la Primera República, cuando Narcís Monturiol era el responsable de la Fábrica Nacional del Sello y la grabación litográfica de los primeros ejemplares la hizo Joaquim Pi y Margall, hermano del presidente de la República. El monopolio público finalizó en 1887, dando paso a la producción privada que revolucionaría este formato.

La Edad de Oro de las Tarjetas Postales

Entre 1907 y 1915 se desarrolló lo que se conoce como la "Edad de Oro de las tarjetas postales", un período en que alcanzaron su máximo esplendor tanto en calidad como en popularidad (Teixidor, 1999). Para entonces, ya se habían establecido importantes impresores y editores como los suizos Oscar Hauser y Adolf Menet, quienes fundaron en 1890 la fototipia Hauser y Menet en Madrid, y que a comienzos del siglo XX ya contaban con más de cinco mil imágenes originales.

Un cambio crucial en el formato de las postales ocurrió en 1905, cuando Correos autorizó dividir el reverso de las tarjetas en dos mitades mediante una raya vertical para separar el mensaje del nombre y la dirección del destinatario. Anteriormente, cuando salieron las primeras tarjetas postales con imágenes estaba prohibido escribir en el dorso, donde figuraba solamente la dirección, y se tenían que aprovechar rincones que dejaba la imagen o hacerlo sobre la misma imagen.

Como señala Fernández (1994, p. 29): "El apogeo de la tarjeta postal despunta al comenzar el siglo XX, verdadera época de oro en cuanto a variedad temática y el volumen de la producción mundial. Gracias a los avances técnicos de impresión y a los menores costos de producirlas, fabricar tarjetas se convierte en una actividad de jugosos beneficios destinada a un público cada día más amplio".

Fundamentación Teórica del Coleccionismo de Postales
Deltiología y Cartofilia: Marco Conceptual


El coleccionismo de tarjetas postales ilustradas se conoce principalmente con dos términos: "cartofilia" y "deltiología". La cartofilia, o deltiología, se refiere al estudio y coleccionismo de postales. El término "cartofilia" es el más utilizado en Europa, mientras que "deltiología" fue introducido en Estados Unidos en la década de 1940.

La etimología de "deltiología" resulta particularmente interesante: procede del griego antiguo, 'deltion' que significa Tableta escrita, carta (diminutivo). Es importante señalar que, curiosamente, ninguna de las dos palabras están admitidas ni por la Real Academia de la Lengua Española ni por el Institut d'Estudis Catalans, a pesar de su extendido uso en círculos especializados.

Perspectivas Teóricas sobre el Coleccionismo

El coleccionismo como práctica cultural ha sido objeto de estudio desde diversas perspectivas teóricas. Baudrillard, en su obra "El sistema de los objetos", ofrece una visión profunda sobre la relación entre el coleccionista y los objetos coleccionados: "la posesión nunca es la posesión de un utensilio, pues éste nos remite al mundo, sino que es siempre la de un objeto". Para Baudrillard, el objeto coleccionado adquiere un nuevo significado al ser separado de su función utilitaria original: "un objeto que ya no es especificado por su función, sino por su relación con el sujeto".

Belk amplía esta perspectiva en "Collecting in a consumer society", donde explica que los objetos coleccionados tienen que tener además una gran importancia y significado sobre todo para la persona que los colecciona y esa importancia la debe dar el conjunto de toda la colección y no una sola pieza en concreto. Cuando un objeto pasa a formar parte de una colección, "deja de tener la función para la que fue creado y pasa a convertirse en un objeto mágico y sagrado".

El coleccionismo puede entenderse como un proceso estructurado. Según McIntosh y Schmeichel, este proceso incluye varias fases: "En primer lugar, la gente decide qué coleccionar. Luego busca información acerca de ello. Después eligen uno o más objetos para empezar. Seguidamente planifican la búsqueda del o de los objetos. Después los adquieren. Y, por último, los colocan, organizan, clasifican".

Tipología y Características de las Tarjetas Postales
Clasificación por Técnicas de Producción


Las tarjetas postales ilustradas pueden clasificarse según su técnica de producción. La Biblioteca Nacional de España, que conserva una interesante colección de postales muy variada en cuanto a temática y tipología, desde los años 1892 hasta la actualidad, distingue principalmente entre:

Postales fotográficas: Contienen imágenes reales, a menudo de lugares, personas o eventos históricos. Son valiosas por su autenticidad y detalle. En la colección de la BNE se encuentran tanto imágenes fotográficas impresas (fototipia y hueco principalmente) como postales que contenían una imagen en sales de plata.

Postales ilustradas: Incluyen diseños artísticos o publicitarios. Algunas fueron ilustradas por artistas como Gaspar Camps, Penagos, A. Utrillo, Ramón Casas, M. Tovar, entre otros. Estas postales fueron aprovechadas por comerciantes de la época que descubrieron la utilidad de la postal como soporte publicitario de todo tipo de productos y comercio.

Clasificación Temática

La variedad temática de las tarjetas postales es prácticamente infinita, lo que permite múltiples enfoques en su coleccionismo. Entre los más comunes se encuentran:
  • Tarjetas postales de distintos editores
  • Tarjetas postales de un lugar determinado (ciudades, países)
  • Tarjetas postales conmemorativas de fechas o eventos específicos
  • Tarjetas postales de transportes, oficios antiguos, o temáticas específicas
  • Tarjetas publicitarias, patrióticas o personales
Las postales turísticas, que mostraban vistas de ciudades y monumentos, fueron particularmente populares. Las vistas panorámicas constituyeron temas favoritos y las primeras fotografías que ilustraron las tarjetas alemanas y suizas en la década de 1870 eran mayoritariamente paisajes de montaña.

Análisis del Fenómeno del Coleccionismo de Postales
Tipología de Coleccionistas


En el ámbito del coleccionismo de postales, podemos identificar distintos perfiles de coleccionistas que se diferencian por sus motivaciones, enfoques y nivel de especialización:
  • Acumulador: Se acumula lo que resulta estéticamente atractivo, lo que está a la mano, fácil de encontrar. La acumulación no sigue ningún sistema, es aleatoria, caprichosa y supone solamente un pasatiempo. Baudrillard se refiere a este tipo como quien practica el "guardar objetos en serie".
  • Coleccionista: El coleccionismo es sistemático y se basa en metas (coleccionar postales con cierta temática). Sigue una clasificación y requiere de un catálogo, sin embargo, no demanda una interpretación en sentido estricto. Ya no es un pasatiempo sino una afición. Este perfil muestra rasgos de orden y metodología.
  • Deltiólogo: Es la ciencia del coleccionismo de tarjetas postales, además de requerir un sistema también demanda la capacidad de generar conocimiento nuevo. El deltiologista debe de contar con un amplio acervo cultural y habilidades de curaduría. Ya no se trata de una afición, sino de una pasión, y en muchos casos de una vocación.
Motivaciones del Coleccionismo

Las motivaciones para coleccionar tarjetas postales son diversas y complejas. Como señala Belk, "el coleccionismo se percibe así como una búsqueda perpetua de bienes de consumo de lujo (sin fines prácticos), sostenida por la creencia de que la felicidad reside a una adquisición de distancia". Sin embargo, va más allá del simple consumismo: "Coleccionar es reconocer que aunque alguien diga que tal o cual piedrita no tiene nada de especial, alcanza con que lo sea en nuestra intimidad".

Entre las principales motivaciones podemos destacar:
  • El impulso natural del coleccionista que incluye: Recolección, Almacenamiento, Aprendizaje, poder de elección, Estudio y clasificación, Valoración (Compra y venta, trueque), Cuidado y defensa, Exhibición, Enorgullecimiento.
  • La conexión con el pasado: Al coleccionista de la T.P.I antiguas nos provoca cierta curiosidad y nostalgia el observar las vivencias que nos ofrece las imágenes congeladas de nuestras postales o los mensajes íntimos que hay en ellas y que pertenecen a un pasado reciente.
  • La experiencia de "caza": Somos coleccionistas y al mismo tiempo también cazadores, normalmente, lo que más gusta a la hora de coleccionar es el proceso de la búsqueda: encontrar la pieza o el objeto fuera de lo común o difícil de obtener, y encontrar las historias que tienen detrás.
Valor Histórico y Documental de las Tarjetas Postales
Las Postales como Documentos Históricos


Las tarjetas postales han trascendido su condición inicial de objetos efímeros para convertirse en valiosos documentos históricos. Como afirma Guereña (2005): "La tarjeta postal a simple vista, puede parecer una foto de un tiempo pasado, que podemos rememorar a través de una imagen, pero es mucho más. Aparte de sus cualidades estéticas, puede también valorarse como documento histórico porque nos puede llegar a mostrar determinados acontecimientos y aspectos de una época".

Las postales constituyen una ventana al pasado, ofreciendo un vistazo a la historia, la cultura y la vida cotidiana de épocas pasadas. Su valor documental se multiplica cuando se considera que la época de difusión de las postales coincidió en el tiempo con la invención y mejora de los aviones, con lo que se renovó también el gusto y el interés por las vistas aéreas.

Información Histórica y Cultural Preservada
Las tarjetas postales conservan información histórica y cultural de diversa índole, como:
  • Desarrollo urbano: Este material puede resultar de gran interés para el estudio de la transformación urbana y paisajística experimentada en España en los últimos años así como para documentar monumentos o edificios que actualmente no existen.
  • Costumbres y vida cotidiana: Las postales muestran la ingenuidad de las personas que posaban ante las cámaras sorprendidas, a aquellos edificios históricos hoy desaparecidos o las mismas calles de nuestras ciudades en donde hoy apenas podemos circular porque están llenas de coches y entonces estaban vacías o con algún carro o tranvía circulando.
  • Relaciones personales: A través de los mensajes escritos, indiscretamente nos colamos en la intimidad de sus mensajes y un poco avergonzados somos testigos de sus misivas, donde nos muestran la intimidad de sus primeros encuentros amorosos, sus visitas turísticas o sus deseos de felicidad.
Historia de la tecnología y las artes gráficas: Las postales revelan la evolución de los métodos de impresión, representación, desarrollo urbano e industria turística, entre otros.

Conservación de Tarjetas Postales Antiguas
Factores de Deterioro y Riesgos


Las tarjetas postales, como objetos de papel y material fotográfico, están sujetas a diversos factores de deterioro que amenazan su preservación a largo plazo. Los principales son:
  • Factores ambientales: El calor y la humedad excesiva son coadyuvantes para importantes deterioros, como por ejemplo la actividad química residual del hiposulfito de sodio, que amarillenta y desvanece la imagen, o también la contaminación de hongos y microorganismos que corroen y solubilizan la emulsión.
  • Exposición a contaminantes: Gases contaminantes de productos químicos para limpieza, pintura fresca, lacas o solventes en general pueden dañar las postales.
  • Manipulación inadecuada: Las postales pueden sufrir daños por manipulación incorrecta, resultando en ejemplares amarillentos, con sellos arrancados, raídas, dobladas o algo rotas.
  • Materiales de baja calidad: Como cualquier actividad económica especulativa, fueron producidos en muchas ocasiones, tanto el papel como las tintas, con materiales de mala calidad o con la dificultad de los procedimientos técnicos emergentes.
Técnicas y Prácticas de Conservación

Para garantizar la adecuada conservación de las tarjetas postales, los expertos recomiendan una serie de prácticas:
  • Control ambiental: Guardar la fotografía en el lugar más fresco y seco del edificio. El grado de humedad relativa del lugar en el que guardamos nuestras fotografías es lo más importante, ya que evita su deterioro químico.
  • Almacenamiento adecuado: Utilizar fundas individuales adecuadas para cada formato de papel no ácido, o en su defecto, plásticos como el polipropileno cristal. Nunca utilice fundas de P.V.C. (Policloruro de vinilo). Se recomienda también utilizar álbumes y archivadores diseñados especialmente para tarjetas postales.
  • Organización sistemática: Etiquetar cada álbum o archivador con detalles sobre el contenido, como el tema, la época y la procedencia. Además, no amontonar, en lo posible, el material. Es aconsejable guardar las copias en carpetas colgantes.
  • Manipulación cuidadosa: No escribir sobre las fotografías, ni con bolígrafos, ni con tintas de ninguna especie. Tampoco sobre la emulsión o el reverso de las copias. No usar telas adhesivas ni pegamentos modernos, tanto sobre la emulsión, como en el reverso de los negativos y copias.
  • Segregación de materiales incompatibles: Se debe guardar por separado el material según su respaldo o característica, copias de papel, daguerrotipos, transparencias, negativos de vidrios. Las fotos no van nunca almacenadas con los negativos.
Criterios de Valoración y Clasificación de Colecciones

La valoración de las tarjetas postales en una colección puede abordarse desde dos perspectivas complementarias:
  • Valor simbólico: El valor simbólico que cada coleccionista atribuye a su colección trasciende el valor económico y está relacionado con la satisfacción personal y la conexión emocional con las piezas.
  • Valor económico: Aunque no existen catálogos oficiales exhaustivos para las tarjetas postales como existen para sellos o monedas, su valor está determinado por varios factores: Antigüedad, Estado de conservación, Calidad de impresión, Autoría, Rareza
Demanda en el mercado

La preferencia entre postales franqueadas o no franqueadas también puede afectar su valor: "Si tengo que elegir entre dos postales iguales y en el mismo estado de conservación, prefiero la franqueada. En más de una ocasión, he vendido alguna sin franquear, cuando he encontrado la misma franqueada, con un matasellos donde se ve claramente la fecha, el lugar desde donde ha sido enviada, un sello perfecto y un mensaje escrito con estilo. Esta postal sí que es un objeto único".

Sistemas de Clasificación

La clasificación de tarjetas postales puede realizarse siguiendo diversos criterios que ayudan a organizar y dar sentido a una colección. Los principales sistemas de clasificación identificados son:
  • Clasificación por tema y época: Clasificarlas según temas y épocas, colocando todas encima de una gran superficie para tener un panorama de todas a la vez permite identificar patrones que se repiten de unas a otras.
  • Clasificación por editor: Este sistema resulta particularmente útil para estudios históricos, como el propuesto por Riego Amézaga para el libro "Santander en la Tarjeta Postal Ilustrada, 1897-1941", donde se desarrolló un sistema de catalogación de las postales en base a los editores.
Clasificación cronológica: Según las eras de producción de tarjetas postales:
  • Era pionera (Anterior a 1898)
  • Era de los productores privados (1898-1901)
  • Era del reverso no dividido (1901-1907)
  • Edad de oro de las tarjetas postales (1907-1915)
  • Era del borde blanco (1915-1930)
  • Era de lino (1930-1945)
  • Era foto cromática (1939-1995)
Clasificación geográfica: La Biblioteca Nacional de España, por ejemplo, organiza su colección de postales siguiendo un criterio geográfico para facilitar su consulta y estudio.

El Futuro de la Deltiología en la Era Digital
Transformaciones del Coleccionismo en el Siglo XXI


El coleccionismo de tarjetas postales, como muchas otras formas de coleccionismo, está experimentando importantes transformaciones en la era digital. Internet ha revolucionado tanto el acceso a las postales como la forma de coleccionarlas: "La Red es el aliado perfecto para los coleccionistas, porque permite el intercambio entre particulares y también una compra más reflexiva que la compra compulsiva de un tenderete".

Una nueva práctica ha surgido como equivalente moderno del intercambio de postales tradicional: "Hoy existe una nueva práctica muy parecida, pero usando Internet que se le ha venido a llamar 'tarjetas cruzadas' en la que el usuario se registra en la plataforma y recibe una dirección a la que enviar la tarjeta y, a la vez, su dirección es enviada a otro usuario para que él también reciba una. Existen varios ejemplos parecidos pero la que fue pionera es www.postcrossing.com y hoy tiene más de 700.000 usuarios".

Del Coleccionista al Curador

A medida que las tarjetas postales físicas se convierten en objetos históricos, el papel del coleccionista está evolucionando: "Toda vez que se imprima y utilice la última tarjeta postal, ya no podremos hablar de coleccionistas en sentido estricto, sino más bien de curadores. Los coleccionistas del mañana detendrán (o desacelerarán) su labor de acumulación para iniciar con la labor de conservación".

Esta transformación implica nuevas responsabilidades: "Como custodios de estos pequeños pedazos de la historia, los coleccionistas contraemos diversas obligaciones para garantizar la conservación de los mismos. Las sucesivas generaciones de coleccionistas deben de construir sistemas de clasificación atemporales, cuidando que los elementos a destacar sean conservables y evidentes".
Conclusiones

La tarjeta postal ilustrada de principios del siglo XX representa mucho más que un simple medio de comunicación obsoleto. Su estudio y coleccionismo, conocido como deltiología o cartofilia, nos ofrece una ventana privilegiada hacia el pasado, revelando aspectos sociales, culturales y artísticos que de otro modo podrían haberse perdido.

El valor de las tarjetas postales trasciende lo puramente estético o sentimental para convertirse en un verdadero documento histórico. Como sostiene Guereña (2005), "La postal, un documento. Aquí está el fundamento de la cartofilia". Estas pequeñas piezas de cartón contienen información visual y textual que permite reconstruir la evolución urbana, las costumbres sociales, las técnicas fotográficas y los gustos estéticos de una época fundamental en la historia contemporánea.

El coleccionismo de postales ha evolucionado desde una simple afición hasta convertirse en una disciplina con sus propias metodologías, terminologías y prácticas. Como señala Baudrillard, la relación entre el coleccionista y los objetos coleccionados trasciende lo utilitario para crear nuevos significados y relaciones simbólicas. El deltiólogo contemporáneo no solo acumula postales, sino que las estudia, interpreta y preserva para las generaciones futuras.

La conservación adecuada de estas frágiles piezas constituye uno de los mayores desafíos actuales. Las técnicas y recomendaciones para su preservación deben seguirse rigurosamente para evitar la pérdida de este valioso patrimonio documental.

En la era digital, la deltiología no desaparece sino que se transforma. Internet ha facilitado tanto el acceso a colecciones como el intercambio entre coleccionistas, mientras que las instituciones culturales reconocen cada vez más el valor patrimonial de las tarjetas postales. Hoy nadie discute el valor cultural de la Tarjeta Postal Ilustrada, y son muchos los museos de todo el mundo como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museo del Prado, u otros muchos regionales, que guardan en sus fondos colecciones de miles de postales.

BIOGRAFÍA Y ENLACES

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