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21/9/25

1.5. Marco Legal y Regulación Postal

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS, SOCIALES, POLÍTICOS Y TECNICOS

1.1. Contexto Sociopolítico Europeo (1869-1939)
1.2. Contexto Sociopolítico Español (1850-1939)
1.3. Innovaciones tecnológicas en la producción de postales
1.4. Coleccionismo y la tarjeta postal como objeto efímero.
1.5. Marco Legal y Regulación Postal

1.5. Marco legal y regulación postal

La construcción del Estado moderno a través del sistema de comunicaciones

La consolidación del Estado liberal en España entre 1869 y 1914 requirió una modernización profunda del sistema postal (Carrasco Marqués, 2009). El correo pasó de ser una renta estancada del Antiguo Régimen a convertirse en un servicio público integrado en los circuitos internacionales de comunicación (Riego Amézaga, 2011). Este proceso constituyó un vector central para la construcción del Estado-nación porque promovió la integración territorial y la homogenización administrativa (Henkin, 1998).

La reforma estableció las bases técnicas e institucionales necesarias para la expansión masiva de la tarjeta postal ilustrada como tecnología de comunicación social (Prochaska & Mendelson, 2010). Esta modernización formó parte de una transformación europea más amplia que vinculó la construcción estatal con infraestructuras comunicativas estandarizadas (Henkin, 1998). La reforma postal se insertó en una agenda de racionalización que pretendía homogeneizar instituciones, conectar centro y periferia, y superar la fragmentación jurisdiccional heredada del Antiguo Régimen (Carrasco Marqués, 2018).

El sello postal: origen histórico

Un sello postal es un signo de franqueo impreso en papel de pequeñas dimensiones que certifica el pago anticipado de un servicio postal según las tarifas vigentes (Carreras y Candi, 1918). El reverso contiene un adhesivo que permite su aplicación sobre la correspondencia (Carreras y Candi, 1918).

El origen teórico del sello postal se localiza en Inglaterra (Hill, 1837). Rowland Hill, maestro británico nacido en Kidderminster el 3 de diciembre de 1795, presentó su proyecto al servicio postal británico el 13 de febrero de 1837 (Museo Postal y Telegráfico, 2023). Hill ejercía en esa época como secretario de la Comisión para Australia Meridional (Museo Postal y Telegráfico, 2023).

Hill publicó en 1837 el opúsculo "Post Office Reform: Its Importance and Practicability", que proponía una reforma revolucionaria del sistema postal (Hill, 1837). El autor planteaba que el remitente pagara el porte mediante pago anticipado, cuando tradicionalmente lo pagaba el destinatario al recibir la carta (Hill, 1837). El sistema anterior generaba múltiples problemas porque muchos destinatarios rechazaban cartas no solicitadas. Las tarifas variaban según la distancia y el número de hojas, y los carteros aplicaban tarifas excesivas y arbitrarias (Museo Postal y Telegráfico, 2023).

Hill propuso tarifas uniformes basadas en el peso de la correspondencia, dejando de lado la distancia recorrida como factor determinante (Hill, 1837). Para certificar el pago anticipado, el remitente aplicaría un sello adhesivo sobre la carta con el mismo valor que el porte pagado (Carreras y Candi, 1918).

El folleto de Hill motivó que la Cámara de los Comunes designara un comité el 22 de noviembre de 1837 para estudiar los sistemas de franqueo postal (Museo Postal y Telegráfico, 2023). Tras considerable oposición inicial, la Ley de Reforma Postal fue aprobada el 27 de agosto de 1839 (Museo Postal y Telegráfico, 2023).

El gobierno decretó que los sellos circularían el 6 de mayo de 1840 (Museo Postal y Telegráfico, 2023). Hill diseñó personalmente el primer sello, que presentaba el perfil de la Reina Victoria con la palabra "Postage" en la parte superior y "One Penny" en la inferior (Museo Postal y Telegráfico, 2023). El Penny Black fue el primer sello postal de la historia, impreso en tinta negra y vendido por un penique (Museo Postal y Telegráfico, 2023). El 8 de mayo de 1840 se puso a la venta el sello de dos peniques en color azul (Museo Postal y Telegráfico, 2023). El éxito fue inmediato: en una semana se triplicó el número de cartas enviadas y el primer día se vendieron 60.000 ejemplares (Museo Postal y Telegráfico, 2023).

El sello postal en España

El sistema se extendió rápidamente por Europa (Carrasco Marqués, 2009). El primer sello español se emitió el 1 de enero de 1850 tras la autorización del Real Decreto de 24 de octubre de 1849 por iniciativa del Conde de San Luis (Carreras y Candi, 1918). La Fábrica Nacional del Sello realizó los sellos mediante grabado en piedra litográfica (Carreras y Candi, 1918).

La introducción del sello adhesivo en España —el "6 cuartos negro" con efigie de Isabel II grabada por Bartolomé Coromina— constituyó una innovación técnica y administrativa de amplio alcance (Carrasco Marqués, 2009). Esta medida reconfiguró la gestión, la fiscalidad y la representación simbólica del Estado (Henkin, 1998). El prepago simplificó la contabilidad y mejoró la seguridad al sustituir el cobro en metálico por venta anticipada y control de inutilización mediante matasellos (Riego Amézaga, 2011).

El sistema utilizó el fechador Baeza y, desde 1850, el obliterador "Araña", reduciendo oportunidades de corrupción y malversación (Henkin, 1998). El incentivo de precios —6 cuartos con franqueo previo frente a 1 real en pago a destino— impulsó la adopción social del sello y consolidó nuevas prácticas de uso del correo (Carrasco Marqués, 2009). Entre 1850 y 1856 rigió un sistema dual con prepago opcional y pago en destino que generó ambigüedades administrativas (Carrasco Marqués, 2018).

Pese a resistencias conservadoras y corporativas, la reforma se impuso como parte del ciclo de modernización administrativa del reinado de Isabel II (Carrasco Marqués, 2009). La obligatoriedad del franqueo previo desde 1856 unificó procedimientos y facilitó la integración internacional bajo estándares convergentes (Riego Amézaga, 2011).

Los procedimientos de impresión evolucionaron con la tecnología (Carreras y Candi, 1918). Entre 1850 y 1875 se utilizó exclusivamente la tipografía (Carreras y Candi, 1918). El período 1875-1905 combinó tipografía y calcografía (Carreras y Candi, 1918). La calcografía dominó entre 1905 y 1930, mientras que entre 1930 y 1950 se incorporaron la litografía y el huecograbado (Carreras y Candi, 1918). La calcografía ofrece la mayor calidad de impresión, aunque el offset compensa sus limitaciones de definición con rapidez y economía productiva (Carreras y Candi, 1918).

Modernización ferroviaria del servicio postal

La llegada del ferrocarril —línea Barcelona–Mataró en 1848— revolucionó el transporte postal (Carrasco Marqués, 2018). El ferrocarril sustituyó diligencias y postas por expediciones ambulantes ferroviarias, multiplicando la capacidad, abaratando costes y acelerando la distribución (Henkin, 1998). La Real Orden de 31 de diciembre de 1844 obligó a transportar gratuitamente cartas, pliegos y personal del Correo en convoyes ordinarios (Carrasco Marqués, 2009). Los convenios posteriores combinaron gratuidad y tarifas preferenciales para vagones-correo (Carrasco Marqués, 2009).

En Cataluña, región pionera, las ambulantes conectaron Barcelona con Francia y Valencia, integrando la red catalana en los circuitos europeos (Carrasco Marqués, 2018). Sin embargo, pervivieron tramos con maestros de postas y contratos de diligencias de coste superior (Carrasco Marqués, 2018). La sincronización entre horarios ferroviarios y turnos postales instauró la regularidad diaria del servicio y modificó prácticas comunicativas a escala nacional (Henkin, 1998).

La primera tarjeta postal española (1873)

El 1 de diciembre de 1873, bajo la presidencia de Emilio Castelar, se puso en circulación la primera tarjeta postal oficial española (Carrasco Marqués, 2018). Las primeras piezas llevaban la leyenda "República Española Targeta Postal" con sello impreso de 5 céntimos en azul y negro Las prescripciones de uso reservaban el reverso para el texto firmado (Carrasco Marqués, 2009).

La prohibición de postales privadas entre 1873 y 1887 reflejó tensiones entre monopolio estatal y presiones liberalizadoras, lo que limitó el volumen y la variedad de las tarjetas (Riego Amézaga, 2011). La liberalización de 1887 abrió un ciclo de expansión masiva de la postal ilustrada al permitir la competencia de empresas privadas en calidad, innovación y especialización temática (Carrasco Marqués, 2009).

Adhesión a la Unión Postal Universal (1874)

La Unión Postal Universal (1874) constituyó un marco institucional de convergencia técnica y comercial que reconoció la tarjeta postal como formato epistolar internacional con tarifas preferenciales (Henkin, 1998). El Congreso de París (1878) fijó la interoperabilidad, las dimensiones próximas a 9 × 14 cm, el uso de doble lengua —local y francés— y la armonización tarifaria (Carrasco Marqués, 2009). Estas medidas redujeron fricciones entre sistemas nacionales (Carrasco Marqués, 2009).

España se adhirió desde la fundación, integrándose en un espacio postal homogéneo que facilitó la circulación internacional durante la expansión del medio entre 1890 y 1914 (Henkin, 1998). El Tratado de Berna asentó principios de monopolio estatal, prepago obligatorio, empleo universal del sello y estandarización de formatos, tarifas y procedimientos (Prochaska & Mendelson, 2010). Esta medida culminó la modernización del sistema español .

La UPU normalizó las dimensiones máximas, el gramaje, la distribución del espacio entre imagen y texto, y las tarifas preferenciales (Carrasco Marqués, 2009). Estas normas impulsaron una industria gráfica transnacional de postales ilustradas (Riego Amézaga, 2011).

En 1905 la postal experimentó un cambio significativo al dividir en dos partes el reverso dividido (Prochaska & Mendelson, 2010). El lado izquierdo quedó reservado para el mensaje y el derecho para los datos del destinatario (Riego Amézaga, 2011). Esta medida liberó el anverso completamente para la ilustración, abriendo la "edad de oro" de la comunicación visual postal (Prochaska & Mendelson, 2010).

Consolidación durante la Restauración (1875-1931)

La Restauración borbónica consolidó la modernización con un marco regulatorio estable cuyo hito fue el Reglamento de 7 de junio de 1898 (Riego Amézaga, 2011). Este reglamento organizó el servicio en la fase álgida de la postal ilustrada (Riego Amézaga, 2011). Se introdujeron correo urgente en 1905, giros en 1911, Caja Postal de Ahorros en 1916, contra reembolso en 1916 y paquetes postales en 1916 (Carrasco Marqués, 2009). Estas innovaciones configuraron las oficinas de Correos como nodos multifuncionales (Carrasco Marqués, 2009).

La red postal alcanzó distribución diaria casi universal hacia 1900 gracias a la combinación de tránsitos ferroviarios y cartería rural (Prochaska & Mendelson, 2010). Esta infraestructura constituyó el sostén material de la difusión masiva de la postal ilustrada (Prochaska & Mendelson, 2010). Esta densificación respondió a objetivos económicos —facilitar intercambios— y políticos —reforzar vínculos centro–periferia—, fortaleciendo la integración nacional (Carrasco Marqués, 2018).

Regulación de las postales ilustradas

Desde el monopolio inicial se evolucionó hacia un sistema mixto que combinó enteros postales con postales privadas franqueadas con sellos (Carrasco Marqués, 2009). Esta medida habilitó la competencia de editores como Hauser y Menet, Fototipia Thomas o Roisin en calidad e innovación (Carrasco Marqués, 2009). Aunque los enteros conservaban sello impreso y tarifas preferenciales, su estandarización no rivalizó con la variedad y especialización de las privadas (Prochaska & Mendelson, 2010).

Las postales privadas impulsaron innovación técnica, diversidad iconográfica y reducción de precios entre 1900 y 1914 (Carrasco Marqués, 2018). La normalización internacional facilitó el comercio transfronterizo de postales, con España como mercado importador y exportador hacia América Latina y otros espacios hispanófonos (Henkin, 1998). Esta expansión amplió el impacto cultural de la postal en la proyección de identidades (Henkin, 1998).

La liberalización de 1887 desencadenó una explosión de creatividad que transformó la postal en objeto de colección, documento histórico y expresión artística mediante avances en fototipia, cromolitografía y fotocromía (Prochaska & Mendelson, 2010).

Democratización de la comunicación escrita

La consolidación del sistema moderno democratizó el acceso a la comunicación escrita al reducir costes y barreras técnicas (Henkin, 1998). Esta medida incorporó sectores populares urbanos y clases medias rurales al uso regular del correo (Henkin, 1998). Las tarifas especialmente reducidas de la tarjeta postal ampliaron aún más la base social —incluidos trabajadores emigrantes y población rural— y reconfiguraron prácticas de escritura, lectura y sociabilidad (Prochaska & Mendelson, 2010).

La integración postal reforzó la cohesión territorial y los vínculos con comunidades emigradas en América (Carrasco Marqués, 2009). Esta expansión convirtió el correo en un instrumento crucial de modernización social y política en el período 1869-1914 (Carrasco Marqués, 2009).

Referencias

  • Carrasco Marqués, M. (2009). Las tarjetas postales ilustradas de España circuladas en el siglo XIX (2ª ed.). Edifil.
  • Carrasco Marqués, M. (2018). Catálogo de las tarjetas postales ilustradas de España 1887-1905. Casa Postal.
  • Carreras y Candi, F. (1918). Idea de la Filatelia española. El Filatélico Español.
  • Henkin, D. M. (1998). The postal age: The emergence of modern communications in nineteenth-century America. University of Chicago Press.
  • Hill, R. (1837). Post Office Reform: Its Importance and Practicability. Londres.
  • Museo Postal y Telegráfico (2023). Rowland Hill, creador del primer sello postal de la historia. Disponible en: https://museopostalytelegrafico.es/rowland-hill/ [Acceso: 14 octubre 2025].
  • Prochaska, D., & Mendelson, J. (Eds.). (2010). Postcards: Ephemeral histories of modernity. Penn State University Press.
  • Riego Amézaga, B. (1997). Santander en la tarjeta postal ilustrada (1897-1941): Historia, coleccionismo y valor documental. Fundación Marcelino Botín.
  • Riego Amézaga, B. (2011). Una revisión del valor cultural de la tarjeta postal ilustrada. Fotocinema, 3, 225-240.

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